lunes, 19 de enero de 2009

Los robapiedras están contentos.

Acabo de leer esto. Seguro que los robapiedras estarán contentos. Los robapiedras. La mayoría se piensan que son arqueólogos. Pero no. Simplemente son robapiedras. Y para llegar a ser robapiedras en el siglo XXI han tenido que pasarse muchos años chupando tubérculos comestibles, nabos y otros órganos sexuales, tanto masculinos como femeninos. Vamos, que llevan 20 años haciendo trabajo de aliño con todo con el se cruzan. En la época de la facultad, llevando maletas al profe de turno, cuidando de sus hijos, dándole de comer al abuelo del canalla de turno. Cualquier cosa. Si hay que trabajar 15 años gratis, se trabaja. Si hay que expoliar bajo el nombre de la prospección general, se expolia. Todo es mentira. Y después de pasarte varios veranos robando piedras y monedas, y todo lo que esté a tu alcance, ya te lo crees. Te crees que eres un arqueólogo. Que daño hizo Indy a la profesión. En vez de hacerse de los Hoosiers, no, el buen señor va de arquepiedra y sirve de modelo para una pandilla de futuros ombliguistas. Porque, lo mejor, es que el grupo de robapiedras, íntimos a más no poder, saca su verdadero mini yo (que es al final lo que llevan dentro, después de chupar todo lo que han chupado, que aunque parezca leche condensada es otra cosa). Esos miniyos que se apuñalan, unos a otros, después de compartir años y años de excavaciones, babas de alumnas de 1º de carrera, carreteras secundarias, mierda en los ojos y soles asesinos. Puñaladas traperas a tutiplén. Pero, mirándose en el espejo, estarán contentos: además de tonto de calabaza, con gomina, novia tonta, no entender los comentarios de texto, intentar pensar y hablar a la vez, tuve que hacerme robapiedras. Sólo me falta llamarme como me llamo. Pero estoy contento, porque tal vez, volviendo a las andadas y haciendo de pelota de basket en manos de base negro de 1,91 que me bota como si fuera un puto poli blanco, me contraten en  este megaenterramiento de más de 4000 años de antigüedad. Porque, quizás, yo sea el más Antecesor de todos. El homo gilipollas que antecede a los demás. Y punto.  

5 comentarios:

Anónimo dijo...

para saber si hace...http://es.youtube.com/watch?v=CDYzaC3LJeU

espero ke tengas suerte...y ya sabes! la boquita cerrada.... x si no te gusta la leche condensada... jajaja

y a recoger http://es.youtube.com/watch?v=5c4TJAEZZlw, que es lo que toca...

Valentina. dijo...

Pues que desilusión!!
Yo que de niña quería ser arqueóloga, perdón, robapiedras.

Saludos

anselmo dijo...

Siempre he pensado que Indiana Jones era un robaperas, pero con carisma

teleman dijo...

Todo eso se convierte en mala leche condensada como has dicho. Pero también se convierten en pequeños vengadores que joden a las macroempresas y ministros de fomento de turno al encontrar yacimientos... ¡Mi tío de los estudios de impacto medioambiental le chifla llamarlos!

Mameluco dijo...

Si los arqueólogos son robapiedras, que somos los paleontógos ¿robahuesos?
Yo prefiero robar Huesitos en el Carrefur, por eso oposito para ser un chupón de estado o funcionario.