viernes, 19 de noviembre de 2010

Poemas para zurdos

Los que visitan habitualmente este Gintonicdream saben que no soy de poemas, que para poesía pura y dura, para desamor del bueno ya escucho a Los Planetas. Pero, de vez en cuando cae en mis manos alguna joyita que hay que destacar con boli rojo. Ya hablé por aquí de Virginia Cantó cuando presentó Fe de erratas. La lectura de Poemas para zurdos no es complicada, siempre y cuando te preguntes si puedes escribir Amor con mayúsculas y con la mano izquierda. Hay universos recurrentes en este libro: el tiempo, las miradas, los relojes, el amor, las caricias, y, sobre todo, los besos. ¿Existen epicentros concéntricos que marcan horas? No lo sé. Dice Virginia en Coja su turno que "vivir es hacer cola en cualquier cola" y también que "vivir es esperar turno en cualquier turno". En Juego de la Oca, nos dice que "vivir no es tan sencillo como nacer". Nada es sencillo en la vida y necesitamos estímulos. En ella, la poesía es importante. Son 91 páginas de momentos concretos de tiempos concretos, de mañanas entre sábanas y de recuerdos romanos, parisinos, junto a la bahía del Hudson, de Manhattan o de cualquier día que merezca ser recordado. Me gusta que hable de la "arrogancia de tus ojos", de esas situaciones en las que te ves pero no reflexionas lo suficiente sobre ellas. En Carpe Diem, ilustra con palabras las situaciones sin medias tintas: "Yo, sin embargo, cojo el vaso y me lo bebo de golpe". Como tiene que ser. En Alpino me recuerda al Sr Chinarro con su rayo verde al escribir que "a esta caja de colores le falta tu cuerpo". También es original en su Apéndice del Corán y en Preposiciones indecentes. Pues que merecen la pena estos Poemas para zurdos. Y, como muestra, Yo no sé:

"Yo no sé que es querer pero te quiero.
Solo sé que te siento inagotable
en el hueco que dejan mis costillas,
piel y agua en el trazo de una arteria.

Yo no sé que es decir pero te digo
en cada fonema en letra que reinvento,
me humedeces la lengua con vocales saladas
que me abrasan al decir tu Verbo.

Yo no sé que es sentir pero te siento
siempre azul y vivo en lo que toco
en la huella dactilar con que rastreo
la sombra que sepultas cuando ya te has ido.

No comprendo la vida en diccionario,
la prisión de una palabra para tus manos lentas.

Yo no sé decir, ni quiero,
Amor, labio, volveremos a vernos algún día;
no quiero ordenar mi mundo en alfabetos
para saber que estás y ya te has ido.

Quédate siempre así, sin nombre,
que no puedan encontrarnos en los mapas
ni el callejero azul de las ciudades.

Yo no sé que es saber pero te escojo
sin haberlo sabido."

9 comentarios:

Una dijo...

Si es que ya sabía yo que en el fondo eras un romántico.

supersalvajuan dijo...

En el fondo de mi vaso de ginebra.

Felipe dijo...

Dejate ya a lo planetas... esos no son poetas, ya quisieran.

La música siempre será grande, pero la poesía tiene el doble de mérito, porque va sin música... un gran porcentaje de fuerza del mensaje de la letra se intensifica sin la música... la poesía sola por sí misma te hace crear música en tu cabeza... Habrá que seguirla de cerca..

rakel dijo...

Y te hace pensar el librito verde...
Y te hace coger lapiz y papel e intentar darle la vuelta a un poema, para encontrar su verdadero significado.´..
Y me deja con la boca abierta.

alfonso dijo...

pues nada, que siga escribiendo

Anele dijo...

Estoy muy cansanda, cajas, y mas cajas, risas con amigos y un único Gintonic de Tanquerai, a lo mejor mañana soy capaz de leerlo con menos atención.
;)

Palabro de verificación: Corte

Sarashina dijo...

Hola, Salva, que te digo "hola" porque voy hasta el mismo cuello, y no de la botella, de trabajo y de afanes, y puedo pasearme poco por los blogs.
Me habían hablado de esta chica, pero no sabía que hacía una poesía tan interesante. Promete.

Elisabeth Wittgenstein dijo...

hay que darle una oportunidad a la poesía <3
pd. Felipe, qué dirás, los planetas son amor.

supersalvajuan dijo...

Felipe, no puedo dejarlos.
Nurse Jackie, tú ibas más rápida que yo..
Marqués, no digo nada.
El cansancio, Anele, es un estado mental.
Fuensanta, pues descansa un ratico, tú que puede finquear.
Elisabeth, esas oportunidades son perdidas.