Hace 1 hora
sábado, 19 de noviembre de 2016
MCM (Mínimo Común Memo)
En eso que estaba yo, recién acabado un test con los jóvenes profesionales en ascenso (no son yuppies, son alumnos de primero de Educación Secundaria Obligatoria), pensando en mis cosas y comenzando un segmento de ocio (también llamado recreo) cuando me encuentro con La gran engañifa de 1996, artículo escrito por Kiko Amat en El País. Mientras junto estas letras, suena de fondo Apartament Story de The National. No sé si nos dejamos engañar en el 96 (el año que perdimos en penas máximas contra Inglaterra en Wembley, after extra time con fallos de Nadal y Hierro). ¿Nos dejamos engañar o necesitábamos un engaño en nuestras vidas? ¿Qué le exigíamos a la música? Y en mi pequeña colección de discos hay varios sencillos de Oasis. ¿De verdad nos dejamos engañar o escuchar a Liam y Noel nos hacía el hedor más pasable? A falta de reinas azules, porque no toda la época victoriana fue de color negro, nos quedamos a medias entre muros maravillosos y el déjate llevar. ¿O fuimos realmente mínimos, y comunes y memos? Sigo juntando letras, y las máquinas, caprichosas ellas, hacen sonar el Wait de M83. Caprichos del Youtube a falta de zumo de naranja. Y las cruces de tres santos en la guitarra de un acérrimo seguidor del City preBeguiristain. Y luego te llega Malasombra y todo te parece un sueño.
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2 comentarios:
Lo que para unos es engaño para otros es simple elección.
¿Difícil elección?
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