miércoles, 24 de abril de 2019

Juan José

Lectura rápida la de Juan José de Joaquín Dicenta. Tabernas, taberneros, bebedores y mala vida en general. No me gustó Germinal, se me hacía interminable y poco tragable. Cartas, vino y tipos que apenas saben leer. ¿Qué hacer al salir de trabajar en lo que no hay Dios que trabaje? Buena visión la de Joaquín Dicenta en ese momento. La calle y los granujas, y el gobierno que nos oprime y todo lo demás. Da igual el tiempo mecánico, el de reloj. Los problemas de los trabajadores serán siempre los mismos cuando nos gobierna la vergüenza. Dice Ignacio en JJ que estas revoluciones, como todas, sirven para hacer un cambio de cromos, pero siempre salen ganando los mismos. Los de siempre. La utilización del proletariado para comprarte el chalet en Galapagar. Siempre hay, como dice RB, un "macho alfalfa que cambia pañales" que sale ganando. Hasta del garrafón se habla en JJ (nada nuevo bajo el sol). Y el caciquismo, el voto por el vino y las pesetas. Nada nuevo bajo el sol. Ahora son enchufes, antes eran enchufes, siempre serán enchufes. Hoy sería políticamente incorrecto (la puta corrección y las cebolletas en vinagre) escribir lo que escribe JD en JJ: "La política, pa los políticos; la mujer, a ratos, y el vino, a cualquier hora". Ahora se pondría el feminazismo (con y sin delantal) a darle a la tecla y al tuit y a perseguir a JD y a buscar sus fotos del Facebook buscando exnovias que pudieran acusarlo de violador. Seguro. Y las comparaciones entre la guerra y el alcohol, y tildar a todas las mujeres de malas. Habrá que mandárselo a leer a los líderes y lideresas y lidereses del partido del proletariado español: Unidas Podemos. Bueno, del proletariado desde la distancia. Y llamar "infiernacasas" a la Celestina de turno. Grandes definiciones y adjetivos los de este Juan José. La ecuación es la de siempre, no cambia. Trabajo es igual a cansancio y sueño. Y el cansancio y el sueño nos llevan a meter(nos) en jardines, regados o sin regar. Pero cuando los jardines están regados te puedes embarrar. Y si te embarras, estás perdido. Y nada tiene solución. Y, como en Juegos de guerra, "la única manera de ganar es no jugar". Y hambre. Porque JJ es una historia de hambre. Y de celos ("antes se borra el querer que la tinta"). Y más sobre la maternidad y el abandono, sobre la orfandad y la mala uva y la decencia y la falta de ella ("la madre es la sola mujer que no engaña"). Y la mendicidad y los abusos y los malos tratos. De todo hay en JJ. Y el daño que hacen las palabras. Hambre y frío hasta la saciedad, hasta la desesperación. "No es justo que un hombre trabajador se quede sin trabajo". Y de ahí, a la desesperación, a la locura, a hacer lo que no está en los escritos. Y las consecuencias de esa desesperación, de esa locura, de esos disparates que no están en los escritos. Y el drama. Y todo lo demás, también.

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