jueves, 26 de marzo de 2020

Hunters. Primera temporada.

Empieza Hunters con escenas piscineras, sangre, salidas de un cine con teorías sobre Stars Wars y una paliza a un judío por temas de droga. ¿Dónde está la brújula aparte de en la radio? ¿Podemos descartar nuestros errores? ¿De verdad tenemos la capacidad de elegir? El 77. Casi nada. Y una abuela asesinada y unos cadáveres a los que dar solución. Y lo primero que dice un Al Pacino amarillo es algo sobre diarrea y enfermedad. Sobre una sociedad de diarrea y enfermedad. Una jodida sociedad que hace mucho tiempo se fue a tomar viento. Pasado de campos de concentración, número tatuado a la piel y preguntas varias. ¿Quién no se acuerda de los capítulos de Kojak?. Y recordar el pasado, la paranoia nazi, la locura que nunca debió ocurrir. Y desear la muerte a los demás, eso que deseas a muchos y no siempre ocurre. No. No siempre ocurre. Duchas convertidas en máquinas eliminadoras de gas. El hijo de Sam y los Ángeles del Infierno y la ruta de un autobús como seguimiento de un detective. Todo ajedrez es poco, incluso con piezas humanas. Impresiona esa secuencia del ajedrez humano. Sí que lo hace el contraste del verde con el de los cadáveres a la orilla del tablero. Le han puesto la etiqueta de tarantiniana a Hunters. ¿Pero qué es tarantiniano? Hay muchos Tarantinos, antes y después de Kill Bill. Muchos. Y a mí me gustaba el del principio, el de Reservoir Dogs, el de Pupl Fiction, el de Jackie Brown, el de Kill Bill. Quizás las gamberradas de otros guiones que no dirigió, como el de Amor a Quemarropa o Asesinos Natos. Pero el de ahora, me cansa. ¿Es Hunters tarantiniana? Quizás formalmente, quizás a la hora de mostrar, quizás a la hora de construir un relato. Ahora todo Cristo habla de la construcción del relato: del gobierno de Sánchez, del Delcygate, del problema catalán. Todo es relato. Todo. Relatos construidos bajo ciertos matices inconclusos. Y como en toda guerra, hay bajas en el bando nazi y en el bando judío. Y algunas frases, algunos chascarrillos que podían estar mejor pero que te sacan la sonrisa en mitad de esta paranoia del coronavirus: "Esto y más jodido que un pepino de mar en una orgía de sirenas". ¿Qué pijo es un pepino de mar? He tenido que buscarlo en mitad de un 4 de julio sangriento. Un jodido pepino de mar. "Art Garfunkel es la mancha negra de los judíos famosos". Vaya frase. Esa sí es buena. Si no te duermes escuchándolo... El IV Reich en el horizonte... Esa pregunta que se hacen los judíos: "¿No somos cómo los monstruos que matamos?". No sé, es un tema complejo, no sé sí es para tomárselo tan fácilmente. Vale tener la escusa de la guerra para ser un monstruo... O no. Un tema jodido de analizar. Muy jodido. Y luego, la otra banda: "Si un perro se caga en la alfombra, le restregamos el hocico en su mierda". Casi nada. Lo bueno de la primera temporada de Hunters es que no hay término medio: es una una guerra. Cada bando, fiel a sus ideas, a sus rencores, a su odio, a sus ansias ancestrales, va a los suyo. No hay redención posible. No. Se trata de hacer sangre... o más sangre. Salvarte a tí significa que hay que salvar no solo el mundo. Todavía más. Y la guerra de clases, y las apariencias, y las trenzas y la catarsis existencial (¿se dice así?). "Un héroe no es quien hace lo correcto, es quién hace lo necesario". ¿Es Fernando Simón un héroe? ¿Lo es Illa? ¿Quiénes son los héroes? Ahora que hay entierros con 10 personas como máximo (o con una, como esa foto increíble de Italia), nada como un oficio de despedida judía. Lo mejor es que los muertos no tienen que soportar esa paranoia: palabras para contener un dolor que no se puede aminorar. Y como un aceite de colza, un jarabe de maíz con un patógeno mortal para acabar con los negros y los desfavorecidos desde el inicio y propagar el mal. Una jodienda con vistas al Wuhan de hace dos meses. Pero que no se nos olvide la jodienda completa. No. Coda: Al final, aquí y en Argentina, todo es mentira. ¿Las guerras borran los recuerdos de las personas? ¿Borrará la guerra contra el coronavirus la memoria de esas personas fallecidas en las residencias de ancianos? No dejemos sin decir las cosas. Actos y no palabras. Y punto.

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