domingo, 2 de marzo de 2008

No es país para viejos.


He visto No es país para viejos. La clásica lucha por el dinero. Lo despreciable nos entra por los ojos. Tanto luchar, incluido Vietnam, para morir (Josh Brolin), en un motel de mierda. Tanto trabajar (Tommy Lee Jones) para no saber que hacer cuando te jubilas. Tanto hacer el gilipollas (Woody Harrelson). Lo del Bardem es de traca, menudo cabrón interpreta. Es admirable. Me gustaría tener la capacidad de un loco, de poder cargarte a la chusma con la que te encuentras. La vida es un cara o cruz, y lo demás es una puta mierda. Fronteras y borracheras, alcohol, estrellas fugaces y mierda decadente. Música alucinante y alucinatoria. Sombreros y llamadas telefónicas. Botas camperas para una muerte indigna, como todas las muertes, dolor, sangre y entierros impagados. Lo de los viejos de siempre, no la escoria joven que tenemos ahora. Putos guays de diseño, putos niñatos de mierda de polo color rosa. Putos, que dirían los mejicanos con jota. De cactus y carreras por el desierto. Brolin se mete en el jardín desierto porque sueña con un julay mexicano moribundo que le pide agua. Si le hubiera pedido un gintonic bien, pero agua. La bebida que nos gusta es la que lleva alcohol. Si pudiéramos desterrariamos la otra. El sol que se mete por el horizonte y por los huesos y por la piel. La muerte de un subnormal a manos de un esposado. La cara del Bardem es de traca. El hueso fuera. La puta camisa. La leche y las comisuras, y el aparato de aire acondicionado. Un mexicano con equis, que no merece ser mejicano con jota, porque pide clemencia en una bañera, y muere como el cobarde que era. No sé si el apelativo de Shakespeare del Oeste, que tiene el autor de la novela adaptada por los inadaptados hermanos, el tal Cormac McCarthy, es apropiado. No he leído nada del tipo. Ni me importa. Podría llevarme una decepción, como la suegra con su yerno, paria y cadáver andante, iluso de escopeta en una Tejas con jota que hace sudar y llorar, sangrar en cualquier caso. Y perros fronterizos y perros que mueren en el agua. Como la vida y la muerte, cara o cruz. Una buena película, un buen momento para imaginar que todo pudiera solucionarse con una escopeta y quitar de la faz de la corteza a todas las manzanas (y las peras) podridas. Y todo lo demás.

2 comentarios:

jm dijo...

Sí, la verdad es que eso de volver al desierto a llevarle un vasito de agua es una autentica pendejada y por eso le pasa lo que le pasa. Si se es tonto hay que serlo hasta las últimas consecuencias

alfonso dijo...

El que no hace lo que quiere,puto nace,puto se muere....