lunes, 24 de marzo de 2008

Viaje a Darjeeling.


Ideas combinadas. Experiencia interior. Sentido común, en plan filosofía Hume. Lo dado y lo puesto. Las posibilidades y los límites del conocimiento familiar. Lo que cuenta la peli, es el viaje de tres hermanos que llevan un año sin verse. Se trata de recuperar el tiempo perdido, y de paso, la hermandad. Lo que ocurre es que las heridas abiertas son muy grandes. Mana mucha sangre. Como dice Roberto Bolaño al principio de Los detectives salvajes (“cubos de sangre”). Un viaje superorganizado y supercaótico. El deslumbrante horizonte asiático. Orientalismo y ferrocarril. La esencia de las cosas y el tiempo perdido. El devenir del tiempo y los perdonavidas. Pero es que los 3 individuos son raros, muy raros. Y nunca han superado la presencia constante de su difunto padre. Y en ese contexto, entre robos y traqueteos, entre trenes que se pierden en mitad de la arena, estos 3 tipejos sacan los trapos sucios. Los engaños, las apariencias, los dogmas que marcan nuestras vidas. Esa luz, ese mediodía oriental sin montes que atravesar, todo ello, ciencia de la vida. Y además, buscan a una madre que se ha hecho monja en mitad de la nada, en una comunidad acechada por un tigre. La peli está bien, pero siempre será comparada con Los Temembaum, también de Wes Anderson. No pasará a la historia pero se deja ver (un crítico diría que está llena de buenas intenciones). Pues nada, a racionalizar fenómenos. Viaje a Darjeeling.

3 comentarios:

Profe dijo...

Hola Salva, como siga leyendo tu blog no tendré tiempo de trabajar que era a lo que me había puesto :)

Meg dijo...

Supongo que será agradable de ver una tarde de esas de sofá.

¿Te gustó "Los detectives salvajes"? Lo leí hace unos meses y se me hizo eterno y dificilísimo.

supersalvajuan dijo...

78 páginas de Los Detectives salvajes. Dentro de poco seré un real visceralista.