viernes, 7 de marzo de 2008

Pozos de ambición.


He visto Pozos de Ambición. La lucha por hacerse grande nunca es fácil. Y luchar contra la naturaleza tampoco. Los primeros magnates del tema se hicieron a sí mismos, con sus manos. Los demás, lo heredaron. La vida, la muerte y la superstición. Sobrevivir era una necesidad, 625 líneas de expiación interior. La muerte era hábito, costumbre. La superstición siempre ha sido la superstición, y, a principios del XX, con los cambios ocurridos, se le daba a cualquier cosa una respuesta sobrenatural. Pero las sectas, y los sectarios, siempre tienen su castigo, en vida y muerte. Tragaron mucha porquería estos primeros dueños de pozos petrolíferos. Pero el crudo no da la felicidad, o la vida familiar no es siempre la ideal, la perfecta, la deseable. Y una bolera es un buen sitio para expiar pecados. Aunque siempre no sea necesario delegar. Ya se sabe: petróleo sangriento.

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