He leído en unas horas Los vivos y los muertos de Edmundo Paz Soldán. Es un claro reflejo de la situación de una sociedad en decadencia, de una sociedad en bancarrota emocional. El trasfondo de una juventud sin valores, la juventud que tenemos en los centros de enseñanza más preocupada por los deportes y el cheerleading. Paz Soldán ilustra el cambio que la muerte produce en las personas. El autor muestra las consecuencias de los accidentes de tráfico, de esas muertes accidentales que no lo son tanto. Todo es falso y repetido, todo triunfo irreal y marcas. Pero la sin nombre siempre está aquí, y siempre llama a la puerta. Estamos en la generación del IpoD, en la generación Youtube, en la generación MySpace. Y esa misma generación, también llamada generación Facebook, tiene distintos lugares reconocibles muchas veces: familias destruidas, hijos malcriados, infelicidad conyugal. Y, hay veces, que la perversión viene incluida en los genes. No vale ser fanático de CSI, o de Perdidos, o de Smallville, porque, por mucho que pienses que Superman va a llegar, y Tom Welling anda muy ocupado. Irónico. Quizás. Las cosas del desamor desairado. La Generación de G.W. Bush, la llaman otros. El deporte malentendido como válvula de escape. El sueño adolescente bajo sudores encontrados. Los vecinos salidos y reprimidos. La mentira y las falsas verdades a través de las drogas. La contradicción del duelo y la juerga, del llanto y la risa, del pañuelo y la coca. Los engaños repetidos. La desesperación en un coche y las sombras que pesan, y los nervios sin control. Las vidas decadentes acaban en muertes decadentes; el exilio es sólo un desencuentro. Porque hay chistes que no vienen nunca a cuento. Porque hay gente que se niega a reconocer que vive con un hijoputa, con un cabrón, que piensa que es mejor hacerse la ciega, que por un fenómeno de ósmosis interna las neuronas malas se convertirán en santas. Nada más lejos de la realidad. Las palabras como escape imposible, los sermones y los duelos, las palabras y las anécdotas. Todo bajo una ilustración sonora por la que pasa gente como Snow Patrol, The Magic Numbers, Green Day, Eminem, U2, Massive Attack, Nirvana, My Morning Jacket o My Chemical Romance. Y los recuerdos de infancia y el valor del cristianismo en Estados Unidos. El sueño del republicano medio americano, junto a su esposa que se fue creyendo el sueño de la republicana media americana. Y el sufrimiento innecesario, y la prensa, y la solución del divorcio. En definitiva, lo que retrata Edmundo Paz Soldán es esta sociedad de serie Z en la que vivimos, de presupuestos inmorales. De esa gente que cree que vive en vacaciones todo el año, en una puta película. El deseo de la redención como vía de escape. En definitiva, gran reflexión sobre la muerte inesperada, sobre el asesinato y el suicidio. El problema, es que esta mañana, ya he leído el periódico. Y nada me sorprende. Nada de nada.
Hace 2 horas
9 comentarios:
éste será fatal o peor?
Siempre me equivoco con los adjetivos. Y los superlativos son los peor.
Estaba esperando con ansias ese libro, parece que en algún momento deje de pensar en él y llego a España :$, por lo que dices me que parece Edmundo no va a desilusionarme con la temática....
Estamos inmunizados ante la destrucción..del tipo que sea. Un pena.
Ni idea del libro pero me le apunto...todo lo que sea aprender....es bueno...
Miedo me da que el deporte pase a ser competencia de ZP...al igual que si se lo llevara el Barbas..miedo...mucho miedo....
Jo vaya una supercrónica...te pega lo del periodismo eh?.....;)
Pues si que parece entretenido ese libro,como bien dices, vale con leer el periódico o ver el telediario de A3(el caso)para empaparte de penurias.Yo casi que no me lo leo que estoy sensiblona últimamente.
Pues eso. No he leído nada. Tal vez lo haga, pero después de haber comentado. Tomo la palabra momentáneamente.. y pregunto:
tu... Los Planetas, Lory Meyers, Hidrogenesse.. e incluso un disco de los expertos solynieve? Candil (mucho, demasiado? yo.. alumna tuya en Totana hace unos años?
Enfin, voy a leer. :)
Qué tal, doña Elena. Ahora tengo más olvidados a Los Planetas (no les perdono que no vengan al SOS 4.8). Aunque a tí el disfraz de tigre no te hacía mucha gracia. Y el último de Franz Ferdinand es una patata. La música está más muerta que la muerte. El Candil, siempre presente. Fueron pocas horas, se hicieron cortas.
Cuídate.
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