miércoles, 2 de diciembre de 2015

Deustschland 83. Primera temporada

Entras en cualquier clase de Bachillerato, dices Reagan, Andropov, Honecker... y alguien sabe quienes son. Luego te despiertas del sueño. En cada uno de los capítulos de Deutschland 83, nos ponen a toda la pandilla de políticos, competentes e incompetentes, e incluso Brandt y Kolh, con sus discursos y monsergas. Sencillito producto de la RTL, a la estela de grandes productos sobre espías e infiltrados, sobre familias raras y militares cabrones, sobre inteligencia nada inteligente y todo lo demás. No se puede esperar de Deutschland 83 un producto como The Americans. Pero no. La historia creada por el matrimonio de turno, nos lleva a un jovencito rubiales (encontrar un alemán rubio es como un gitano sin gafas, algo habitual) del ejército de la RDA a infiltrarse (tal que así) en el ejército de la RFA. Ni fotos ni jodiendas. Sustituye a otro tipo y nadie mira las fotografías. Increíble. Familia la del rubiales compleja: madre que cuida a su hijo sin padre (aquí no utilizamos madre soltera, las madres son madres tengo consorte o no), tía en la inteligencia de la RDA, libros prohibidos, novia sin principios, general al mando con familia difícil, compañero de litera con demasiados fotogramas torcidos y presencia del SIDA como martillo que golpea al personal y en seis meses te manda a la caja de pino. Y después de todo esto acabamos con la frase mítica de Volpini: "El diablo es un agente doble al agente de la Providencia". Y en el caso de Alemania 83, el infierno está lleno de buenas intenciones y de disparos (bien)intencionados. Y todo lo demás.

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