lunes, 1 de febrero de 2021

22 juli. Primera temporada

Otra vez. Otra estupenda recomendación de Lorenzo Mejino. Hay que leer su crítica y ver la serie. El orden, que lo ponga cada uno. 22 juli. Pasan 10 años y no nos acordamos de los asuntos, de los atentados, de los terremotos existenciales, de las jodiendas con vistas a la patata. No nos acordamos o no queremos acordarnos que, a fin de cuentas, viene a ser lo mismo. No queremos. Nos negamos a entender o querer entender. Puestos a negar, ni queremos saber de nada. Los dramas no importan. Los féretros blancos, los coches fúnebres, el dolor existencial, la etiqueta pegada a la piel de por vida: el hermano de un asesinado, la madre una asesinada, el padre de un asesinado. ¿Y de fondo? ¿Cuál es el trasfondo? ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué un imbécil hizo lo que hizo? No se trata de justificar lo injustificable, ni de buscar dobles barajas. No. Los disparates no tienen justificación. Ninguna. Y eso pasa con 22 juli. Nada está justificado: ni la tardanza policial, ni la investigación periodística, ni los recortes en sanidad. Nada. Mierda sobre mierda. Siempre ponemos a Suecia, a Noruega, a Finlandia por encima del bien y del superbien. Siempre. Pero no es oro todo lo que reluce.

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