Hace 24 minutos
lunes, 8 de junio de 2009
El refugio de mi padre.
Da gusto quedarse tranquilo después de una buena película. Eso me ha pasado con El refugio demi padre. Tipo que, después de la huída obligada, vuelve al redil tras la muerte de su padre. A veces sólo puedes quitarte de en medio, largarte, coger calor o frío, pero largarte. No hay otra opción. Pero cuando vuelves, sólo queda drama. Drama y más drama, porque el pasado siempre es un hijoputa que deja cicatrices dentro y fuera del alma. Pero siempre en el alma. Y no gusta ese pasado, pero está ahí. Todo está ahí, las tormentas interiores, la búsqueda del éxtasis, la familia desconocida, el renacimiento tardío. Como dicen en la peli, “nacemos solos y morimos solos”. Al final, únicamente tenemos soledad. Es una negación, pero es así. Y las pesadillas tienen que salir de alguna manera. Las guerras quedan como estampa barnizada, se llame Bosnia o se llame ruptura sentimental, se llame emoción sangrante o se llame padre cabrón. Y el viaje a ninguna parte es la solución. La única solución. Quizás quede alguna esperanza, como esa vía en mitad de ningún sitio. Y sueñas en escapar, en pensar que puedes escapar, aunque siempre queden infiernos en tu disco duro. Pero todo es obvio, hasta la trivialidad. La distancia, los pensamientos, el olvido del amor, los poemas oxidados, las miradas, la guerra y todo lo demás. Una película dignísima.
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4 comentarios:
Eso debería haber hecho yo, ver una película, pero me pongo con el ordenador y al final na'
La apuntaré...
No la he visto, pero lo de los refugios de la memoria es sugerente. Se la he pedido a la mula.
Miel y limón. Aspirina mañanera y no tararear (o así).
http://www.youtube.com/watch?v=NFeSF0I-hQg
Necro, te va a gustar.
Sigo en el limbo.
Saludos.
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