viernes, 4 de abril de 2008

Despierto.


Ayer vi Despierto (Awake). Saqué 2 conclusiones de la peli. Primera: no se puede confiar en los médicos. Segunda: siendo multimillonario no se puede confiar en nadie. Si en 21 gramos la trama se centraba en las repercusiones que tenía en las personas un trasplante de corazón (con antecedentes, precedentes[que no es lo mismo], causas y consecuencias), en Awake el argumento se centra en torno a un individuo con una cardiopatía importante al que un grupo de medicuchos (y sus secuaces) pretenden utilizar como cheque en blanco al portador. Nada es lo que parece. Aquí el más tonto es capaz de hacer piruletas sabor gin-tonic. Al final te das cuenta de que únicamente puedes confiar en tu propia familia, la única que te une con lazos de sangre (aunque sea de un tipo raro y minoritario). Nadie hace nada sin esperar nada a cambio. Las almas caritativas están en las misiones y en África con los negritos desnutridos. También refleja el mundo aparte del multimillonario (un tipo que no se ha subido nunca en un metro [si se sube en el cercanías de Murcia ni despierto ni nada, muerto sin capacidad de trasplante, al instante se va al crematorio]). Aunque hay un factor que no he citado y que te hace cambiar, lo que sea, incluso subirte en un metro y casarte de madrugada (dice el gran Manuel Alcántara que la diferencia entre el rico, el millonario y el multimillonario está en que éste último, a la hora de comprarse un yate, no pregunta ni por curiosidad el precio). La mejor bailarina de Sin City, Jessica Alba. El enigma de la peli. Porque hasta el mismísimo diablo tiene cara de ángel.

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