martes, 29 de abril de 2008

Arritmias tenemos todos. O eso creo.

Anteayer ví ARRITMIA. Cuenta una historia elemental, historiza una historia. El cuento, es Guantánamo. La historia, Cuba. Entrelazado e ilustrado con los tópicos de siempre, las secuelas de la prisión ( o sus sombras) y la desesperación de una isla en la que sudar, además de una obligación es una necesidad. Hace pensar, sobre todo, en la capacidad de elegir y de las consecuencias, y repercusiones y todo lo demás. Y cómo hace pensar, me hizo escribir lo siguiente:

“ Se insta a tragar tierra. Tierra mojada, con olor a lluvia radiactiva. De cerca sentirás el horror. Electricidad por las venas a causa del uranio superenriquecido. Lo de cccccchernobyl fue una broma. O borma. El conocimiento táctil de la tierra. Expansión integra. Revelación emergente. Rayo, inconcluso, curiosidad. Revelación emergente. Rayo inconcluso, curiosidad descubierta en el infinito, en la noche interior. Las plaquetas proletarias intentan, hacen su trabajo, pero sufren y lloran. Quebranto interior que llega al cerebro, ideas repetidas. Primera persona, sin engaños. Tierra, además de la piedra. Maldito punto inicial, maldito punto de partida. Interior violento. Y punro.

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