Genova.

¿Los dramas van mejor con el frío o con el calor? ¿Es mejor sufrirlos en invierno y padecer su penitencia en verano? De eso trata Genova de Michael Winterbottom, y no de lo que pasó al equipo de la ciudad italiana, que se quedó sin Liga de Campeones pese a tener los mismos puntos que la Fiorentina. Por eso siempre es importante llegar a los 69. En todo. Dramón que he visto con calor. Y no me gusta el calor. Sudar en mayo y junio es como escupir en pleno invierno: desagradable y asqueroso. El sufrimiento, si hay que pasarlo, siempre estará ahí. Y más si se te muere tu mujer en un accidente de tráfico provocado por la menor de tus hijas. Luego vino todo muy rápido (hospital, entierro, discursos, postentierro). Y luego, después del primer luego, vino todo muy lento, y un piso en Chicago, en la ciudad del viento, en la segunda ciudad polaca del mundo, aunque seas Colin Firth (cada día es mejor actor) se hace muy pequeño. Haces las maletas y te vas a Génova a trabajar en la universidad, que a los de fuera siempre se les paga bien. Le alquilas la casa a un viejo y esperas que todo se olvide. Pero los días están ahí, siempre ahí. Y se hacen largos, y las noches, inaguantables.
En fin. Peli para dormir o para cuando el insomnio haga de las suyas, y para recordarnos que el infierno, a pesar de ser una cosa muy personal, casi siempre es peor en gente que está muy cerca. Y Génova está a un salto, que se lo digan a Colón. Y es imposible vivir eternamente. Y punto.