Me ha dado permiso Pedro para poner unas fotos de la charla que dio el profesor García del Toro en Aljucer la semana pasada. Hubo garum para todos, realizado por las manos del famoso profesor. De los efectos terapéuticos del producto elaborado tengo mis dudas. Todo esto ha surgido por la famosa destrucción—pérdida—venta o lo que sea del famoso escudo del Molino Oliver de Aljucer City, the most famous downtown of the farm of Murcia, que en las famosas pasadas navidades desapareció por arte de birlibirloque. En la foto, los restos de lo que era parte del molino. Esto es como la canción de Lori Meyers, El Dilema (pero sin J Planetas haciendo de portero, qué portero).
Si no te vestiste en el carnaval, todavía puedes disfrazarte del hombre supercervecero. Viva la Estrella de Espinardo.
Quizás para encontrar el escudo deberíamos haber recurrido al Detective cantante. Acabo de terminar de ver la peli, y, como estoy hablando de arqueología, he de decir que me parece una piedra. Un verdadero ladrillo. Jesús, la pone bien, aquí en esta crítica. A mí me parece una bazofia. Tienes razón, Jesús, no me deja indiferente, es una mierda.
Como Engels y Marx, y todos esos barbudos piojosos están muertos, hemos descubierto otra nueva opresión. En este caso la que somete un hombre sin cuello, Nate McMillan, a uno de los bases con más talento dentro de la NBA: Sergio Rodríguez (desde el Charco, near of the Verdolay, otro Jesús considera al hombre sin cuello un pedazo de entrenador). Entre todos debemos hacerlo libre: sergiofree. Vamos, Gente, Barullo.
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