miércoles, 9 de septiembre de 2009

El espíritu de Pepu.

Hemos empezado el partido con el espíritu de Pepu. Ese es el espíritu que hay que recuperar; se consiguieron medallas con Díaz Miguel, con Lolo Sáinz, con Imbroda y Moncho López, con Aíto, pero el espíritu japonés fue único. Hay que hacer transiciones rápidas, hay que correr, hay que divertirse. Los equipos del italiano Scariolo empiezan encorsetados. Algunos acabaron bien y otros quedaron por el camino (la derrota en la final del Tau contra el TDK Manresa sigue sin explicaciones). Pero los jugadores tienen que olvidarse del entrenador, así de fuerte. Los entrenadores de baloncesto son como los profesores de Secundaria: un mal necesario. Y hay cosas que no se explican bien. Claver tiene calidad suficiente para este equipo(no se puede aguantar sin un tres tantos minutos) y Cabezas pierde balones (tres seguidos) y no es cambiado por un Ricky que no tiene la confianza que tiene con Don Alejandro García Reneses. Veremos como va la segunda fase. Ya estoy mayor para taquicardias. Hasta la Gioconda envejece, por supuesto. Todo es parte de un todo, un listón difícil de igualar para esta generación del 80. Lo más grave es que a esta generación se la va a echar muchísimo de menos. Una barbaridad. Hay que disfrutar, pero yo llevo tres días sufriendo, y mi higado no está para bromas. Pues eso, que hay que recuperar el espíritu de Pepu (todavía, salvo Abellán, no se lo ha explicado al señor Sáez, que después de lo de Pepu en el Eurobasket de 2007 no dimitiera es muy fuerte). El bendito espíritu de Pepu Hernández. Y punto.
Coda: sigo pensando que nada es suficiente, y los compromisos no valen para nada. Ni siquiera los del amor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te he visto esta tarde, por la calle, pasando por enfrente del pin up... que cosas eh?

Anónimo dijo...

Calma, no sea que te vaya a dar algo....¿Qué tendrá el deporte que en vez de relajarnos, nos excita así?

supersalvajuan dijo...

Rocío, es que Little Murcia es así (camino de otro santuario, el Togo II).
Menda, algo bueno tenía que tener el sillon-ball.