martes, 27 de octubre de 2009

Nocilla Lab.


Primera parte desconcertante. No me esperaba (nunca) un comienzo así para Nocilla Lab. Comienzo de narración sin puntos, sólo comas y más comas. ¿Eso para qué? La verdad es que primera impresión fue de sorpresa. De excesiva sorpresa. La verdadera esencia de Nocilla Lab, el verdadero Agustín Fernández Mallo se muestra en la segunda parte, con esos fragmentos impactantes que tanto relumbrón le dieron por parte de público y crítica. Lo demás sería darle demasiado hilo a la cometa. Lo más llamativo viene en la última parte, cuando el autor se reinventa y se duplica, y sale su cara borgiana y bioycasariana. Crea otro yo, y decide jugar con él. La conclusión que saco es es equivocada, tal vez, pero hay demasiada heterogeneidad en Nocilla Lab. El refrito historicista de las anteriores se vuelve ahora novela de autor, fantasía, ficción y cintas de video. Quizás sea este otoñotan raro, quizás este calor insospechado, quizás sea todo mentira. ¿Qué harías si te encontraras un euro con dos caras? ¿Qué harías? ¿Dudarías de de ti o dudarías de todo? ¿Se pueden repetir dos islas separadas por una gran lejanía? ¿Sería posible encontrar cajas y cajas de ropa íntima? ¿Pluro placer? ¿Escozor emocional? ¿Se puede terminar una novela de Paul Auster? ¿Realmente ocurrió algo en Chernóbil? ¿Mallorca o el Caribe? ¿Alguien recuerda Mundo Obrero? ¿Se puede duplicar un proyecto? ¿Por qué acaparamos fotos en las cámaras digitales? ¿No son muy moñas Belle and Sebastian como para escucharlos en el siglo XXI? En fin, que en la vida, como en la novela, no hay que creerse nada, porque todo es mentira. Y no me creo Nocilla Lab. Y punto.

13 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Se pueden terminar todas las novelas de Paul Auster.Hasta "Leviatan".
Doy fe de ello.
Si fuera Saramago diría otra cosa...

García Francés dijo...

Lo intentaré si Dª Natalia dicen que es posible, amigo. Paul Aster tiembla que llego.


PP y PSOE se merecen una buena patada en el culo

miquelet dijo...

Habrá que apuntarla en mi lista de futuras lecturas.

Salud.

Ciudadano B dijo...

Uy, yo me compré Lab el otro día en la Feria del Libro... en cuanto termine 2666 me pondré con él. Tengo demasiadas expectativas sobre ese libro... espero no acabar defraudado.

En cuanto a B&S, son moñas, sí... pero a mí, y precisamente la canción del cuckoo, me pone de buen rollo.

Y a todo esto, sabeis lo de la "quedada de blogueros" organizada por la feria del libro??

Un saludo!

Amor dijo...

¿Puro placer? Sí ¿podría ser de otra forma? Hasta el placer impuro lo es.

Leandro dijo...

Si encontrase un euro con dos caras, lo guardaría para jugarme las cosas a cara o cruz.

Se pueden terminar casi todas las novelas de Paul Auster. De hecho, no estaría de más que terminase alguna que parece interrupta. Pero me gusta, salvo en Tombuctú.

Yo recuerdo Mundo Obrero. De ver cómo lo repartían en las calles, básicamente.

Acaparamos fotos en las cámaras digitales, y videos en las cámaras digitales de video, porque tenemos miedo a la muerte. Es la razón por la que hacemos casi todo lo que hacemos.

No, no son nada moñas. Ni en el siglo XX ni en el XXI. Son magníficos.

Leandro dijo...

Algo curioso. Y puede que hasta te guste.

rakel dijo...

Es lo que pasa después de comerte tres botes de nocilla, que te duele la barriga y te empachas.
Prueba con nutella la próxima vez...

Vivo con Hades a tiempo parcial dijo...

Todo lo que existe es, y por tanto es certeza (verdad). La interpretación sobre su esencia es lo que puede fluctuar.
Trilogía de Nueva York. Que chuli.

(El Oráculo ha decidido utilizar palabras como "chuli" porque le mola).

Chicho dijo...

Ya tenemos anillo....

jm dijo...

Terceras partes nunca fueron buenas

Inma g dijo...

Pedazo de concierto el de los planetas en radio 3, precisamente lo revisioné la semana pasada.
Y pedazo de grupo Belle and Sebastian.
En cuanto al libro, no lo he leido, cuando la gente da tanto bombo a algo suele terminar siendo infumable.

Insanus dijo...

Tengo ganas de leer algo de Mallo, sí.

Ahora estoy con El Arpista Ciego, el último libro de Terenci Moix, que es una pasada, qué pedazo de despedida en forma de novela.