Hace 1 hora
miércoles, 7 de octubre de 2009
Una de mis cinco canciones principales.
El otro día, con el hombre de la camisa verde, tuve una conversación de esas en plan demaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasiado sincero. El cabrón, si no estuviera trastornado por toda la mierda que se ha metido, que se mete y se meterá, tiene cosas que te hacen pensar. Y el otro día iba especialmente sereno. Y empezamos a hablar, de noches enteras escuchando a Juan Antonio Cebrián, escuchando a la hoy mediática Luján Argüelles, de la Rosa de los Vientos y de Turno de Noche. Porque Turno de Noche era espectacular. A mi toda esa porquería de los ovnis me la suda un montón, pero siempre hay gente que se lo cree (igual que yo creo en el baloncesto, y llevo veintitantos años viendo partidos de madrugada). En fin. Que se nos calentó la boca, y empezamos a hablar de la época más heroica y real, y, sobre todo, productiva, que ha dado la música: los años sesenta's del siglo XX. Y hablamos de Brian Jones y de los Stones. Y de todo lo demás.
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9 comentarios:
Vale, pues la semana pasada vi un vídeo de esa canción en Youtube así como cinco o seis veces. Una increíble casualidad. Digo yo que será eso.
Rubén, ¿curioso? ¿casual? ¿Eso también se trata en los talleres de letras? La cuestión es que los Stones (todavía hay gente que los llama los Rollin'''''''''''''') son de la gente que busca la sangre en la sangre. Será por leucocitos.
Sí, siempre pensé que Mick era vampiro. Es la única explicación posible.
(para MAD MEN te hago una entrada dedicada, así, al estilo gintonicdream estoy terminando de ver la Temporada1)
Una de las cinco. ¿Has caído ya en el desenfrenado frenesí clasificatorio de los chicos de Alta Fidelidad? ¿Cuáles son las otras cuatro?
Esa canción forma parte de la banda sonora de Entrevista con el vampiro,si no recuerdo mal suena cuando va Lestad en el coche. Se me quedó en la cabeza el Pleased to meet you, pero el título era otro.
Luján es una mercenaria dedicidida y su paso por Onda Cero era sólo una escala necesaria en su alpinismo. Está claro hoy que esa tía habría firmado cualquier propuesta de magazine o aburrido concursito televisivo con tal de salir de esa etapa de radio nocturna, ese antro de freaks.
Una noche, Cebrián le arrojó un piropo en plan troglodita, pero de buen rollo, sin ser insultante ni nada (ya sabes lo blanco que era el Cebri, más que Saruman), en plan "Cómo viene esta noche, Luján, cómo viene, amigos" y luego hizo un gruñido y rió con ese sonido tan contagioso suyo. Y entonces la muy petarda le pegó un cortazo: "Hay formas y hay formas de decir las cosas, Juan Antonio". Se hizo un silencio incómodo y alguien en el control metió música (supongo que Silvia). A cagar, Luján, vete a cagar.
Digo sí a todo eso. Viva Cebrián y vivan los Stones
Insanus, ¿Cebrián palparía? ¿Seguro que no? Que envidia, poder decir eso. Cuando suelto cosas de esas en las sesiones de evaluación, en plan sandinista, la gente me mira raro. Es, cada día más, soltar lo que piensas cuando sólo hay comemierdas a tu alrededor. De verdad. Frustración.
Hombre, su ceguera no era total, creo, o alguien le comentó que la becaria iba muy atractiva y bromeó sobre ello. Desde ese día, me cayó mal esa tía.
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