martes, 18 de noviembre de 2008

Historias del 18. Y no de julio.

La historia de P.

Es verídica como el frío hereje que hacía esta mañana, que hace mientras escribo esto, abufandado como estoy. Ya he hablado de P. aquí, alguna vez. Buen tipo, buena persona. Compañeros de colegio, hicimos amistad en el viaje de estudios. Y luego en el instituto. Pero había algún fallo en su Matrix cerebral. Algo podrido en su Dinamarca neuronal. Y en el primer año de instituto dejó de ir. O en el segundo. Qué más da. Es la historia de mucha gente. A lo que iba, con be. 7 y 28 de la mañana. Vereda Street. Se le había olvidado el dinero para el viaje de vuelta. Llevaba el de ida y no llevaba el de vuelta. A veces, no sabes muy bien cómo funciona el sistema nervioso de las personas. Cómo personas con talento pueden vivir así, de por vida. Cómo cuentan historias sin venir a cuento. La que ha contado hoy, espectacular. Riéndonos otra vez en el bus. Su padre, octavo de un capazo de hermanos. Casa en la huerta, me la imagino en blanco y negro. Un negro muy negro. Casas inhóspitas, como el hambre que pasaba el personal. El buen samaritano hace un enganche de luz de la calle, de aquella manera podéis imaginar, y, con la “pera”, se hace la luz. Y entonces te acuerdas de la primera vez que viste una bombilla encendida en una vivienda. Y todo lo demás.


La historia del Monty

Y no hablo de los Monty Python. No, no. Hablo del Monty. El tipo con el que siempre puedes soltar unas carcajadas. De cuánta gente nos hemos podido reír juntos. Me cago en la leche, que crack. Y hoy es un responsable padre de familia. Por doble partida. Como tiene que ser. Una de las miles que contó. No sé si es real. Pero me da lo mismo. Camino huertano. Puerta de su casa. Asfalto penoso. Sin luz artificial. Lugar olvidado por el ayuntamiento, como suele ocurrir todavía. Paga impuestos para esto. Pero eso es otro cantar. Que me pierdo, vuelvo a la historia. Monty, todas las noches sale a esperar a su padre que vuelve del taller. Su padre vuelve en la Vespa, ese gran invento que Cooper nos lleva a la memoria de vez en cuando. Un día como tantos otros. Monty sale a la espera. Pero parece que su padre no frena como siempre. Simplemente, no frena. ¿Se le puede olvidar a un padre una cosa así? Yo creo que no. Es más. No se le olvidó. Monty fue atropellado por un coche con el faro izquierdo fundido. Afortunadamente, sin consecuencias graves. Y punto.

9 comentarios:

miquelet dijo...

Como aquel que yendo en bicicleta quiso pasar por enmedio de esas dos motos que venían de frente de noche.
Era un coche.

Salud.

Sarashina dijo...

Cuántas historias penosas, divertidas, tremendas, hay en las vidas de las personas.
¿Por qué se perdió P.? Siento una curiosidad enorme por ese clic, ese momento crucial en el que la vida de una persona se tuerce. ¿O son muchos clics, uno detrás de otro?

Dánae Rain dijo...

Bonita y triste historia la de P. ¡y cómo me gusta cuando te pones nostálgico y tierno! Hoy son besos rabiosos que es la palabra de verificación

Mal bicho dijo...

Si alguien es capaz de contar con gracia como le atropellaron, sin duda es un crack.
Yo conozco a un tipo de perdió un brazo en un accidente de moto, y te meabas cuando de lo contaba, impresionante.

Leandro dijo...

Qué bien

Lupe Montero dijo...

Ay, yo se de una bastante despistada que en una ocasión fue a renovar el dni y cuando llegó el momento de abonar (porque hasta para eso que es obligatorio hay que pagar)resulta que no llevaba suficiente y tuvo que ponerse a pedir a la gente que había en comisaría...

M_a_R dijo...

Jo, para mí es incompatible escribir cosas coherentes con frio, enhorabuena, yo no sé;)

Natalia Pastor dijo...

Historias que son la vida misma:triste,que te arrancan uan carcajada,una sonrisa que te hacen pensar.
Yo coincido con mal bicho:tengo un amigo, que tuvo un accidente de moto con riesgo serio de perder el brazo derecho, y cuando oyo los comentarios del médico del O61,su unica preocupación era que no le perdieran el "Rolex".

supersalvajuan dijo...

A ver Mar (con guiones bajos), lo importante es que esté frío el hielo.
Fuensanta, muchos clics, muchos, demasiados.
Manuela, viva la rabia contra la máquina. Un besazo.
Mal bicho, es un crack, el surrealismo a la enésima potencia. Y lo dice un daliniano.
Lupita, a mí se olvida el pin del teléfono móvil. Qué puedo hacer.
Natalia. Un rolex, un Lotus, un Viceroy. Hasta la derrota siempre.

Pues eso, chup, chup...
http://www.youtube.com/watch?v=V7_u5sPF6QI&feature=related
Y punto.