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lunes, 25 de agosto de 2008
Camino del infierno.
He visto en Xtrm una peli sencilla pero creíble, Camino del Infierno. Si alguien se pone a verla y ve al principio a Meat Loaf que siga viendo. Los pedazos de carne son siempre pedazos de carne. Un asesino en serie que arranca corazones sigue una carretera interestatal yanki, desde Chicago a no se sabe muy bien dónde. Mientras realiza su viaje escucha una emisora en la que un dj pincha country y soul desvariando al personal y haciendo juicios de valor cómo sólo puede hacer un tipo al micrófono. Eso da envidia sana, un locutor que dice lo que quiere en antena. A ver si aprende en este país a hacer radio de verdad, que salvo honrosas excepciones la cosita está muy mal (si Cebrián levantara la cabeza). Personajes raros (payasos cornudos y despedidos, indias en busca del mar, hermanas distanciadas al entierro del padre que las desheredó), excentricidad estadounidense, pluralidad distante. La música como recuerdo del pasado. Y de vez en cuando joyitas, frases sueltas que hacen pensar. “¿Por qué trabajan los panaderos 70 horas a la semana? Un conductor de camión que llora la muerte de una esposa atropellada por un borracho. Y otra vez la música como catarsis, y el Jack Daniel’s como emblema. Y frases no tan hechas, no tan recalcitrantes, sobre el racismo y el gobierno (“marioneta de las grandes empresas”). Y deja en el aire otras preguntas, puntos suspensivos en medio de ninguna parte, porque tú que prefieres: ¿Qué buscamos una vida más fácil o una vida mejor? Qué no lo es lo mismo, la maldita retórica de la izquierda sobre la clase que verdaderamente trabaja (porque muchos políticos ya han dejado de trabajar, a ver si valoramos a los políticos que siguen en sus trabajos). En fin, peli sin pretensiones que muestra el verdadero vacío de muchas vidas. El páramo neuronal tantas veces repetido. El maldito vacío. Y punto. Porque al final, siempre acabas haciéndote la misma pregunta: “Si esta bien…”. Y todo lo demás.
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2 comentarios:
El problema con los políticos que han dejado de trabajar es que no los echamos... y no lo hacemos porque no nos damos cuenta de que los políticos no son otra cosa que empleados nuestros, que deberían trabajar para nosotros y a los que pagamos en teoría para eso.
Empleados de sus negocios es lo que son. La ciudadanía sobra para ellos.
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