lunes, 23 de marzo de 2009

Gran Torino.

Viendo Gran Torino piensas que estás viendo a un Harry el Sucio en las últimas, rodeado de pedacitos de mierda amarilla (que dirían los hermanos Clooney y Tarantino en Abierto hasta el amanecer) y que escupe sangre. Sensaciones encontradas. Porque Gran Torino es una reflexión sobre la muerte, la vida y las relaciones humanas. Sobre las relaciones de familia. Porque puedes estar alejadísimo de tu propia sangre y amar a gente de otra raza. Los cursis y horteras hablan de multiculturalidad y mariconadas por el estilo, diría el señor Kowalski. Y empieza poniendo los puntos sobre las íes. Sobre las putas ies. Empieza reflexionando sobre la viudedad y sobre las palabras que se dicen en esos momentos, porque, a fin de cuentas, ¿qué se le dice a un viudo? Yo, cuando voy al tanatorio, suelo utilizar el “no tengo palabras” y “lo siento” (aunque no lo sienta). Por eso prefiero el “no tengo palabras”. Aunque, en realidad, nunca las he tenido, pero es lo mismo. Si no tengo palabras, pues no tengo palabras, que pollas quiere escuchar un tipo con el cuerpo presente de su familiar al lado, joder.  Recuerdo un día, hará año y pico, que al hijastro de una fallecida, en el velatorio, lo primero que le dije fue “Buenas” y “Qué tal”. Me miraron un poco raro. Cosas de la sangre, o de la falta de sangre. Pero como soy un cicuta, da un poco lo mismo. En eso incide la peli. En que hay que decir, siempre, las cosas como se sienten, al vecino y al enemigo, al cura y al curandero (que no son los mismos). En fin, que ha vuelto Harry el Sucio, con pasado Ford en sus huesos y su mala cerveza de siempre. Porque hace las películas creíbles, porque llamaba al judío, al blanquito, al irlandés, al negrata y a todo Cristo por su puto nombre. Como hay que hacer en las películas. Como había que hacer en la vida. Fumando y bebiendo lo que le apetece. Me recordó también momentos de Cazador Blanco, Corazón Negro, todo el día ciego esperando que pare la lluvia y esperando poder cazar. Y sin acomplejarse de ser americano, viéndose la bandera en cada casa, en cada tienda, en cada lugar. Y con frases únicas, increíbles, que te hacen comerte el coco, más aún de lo habitual. “Lo que más atormenta a un hombre es lo que no le ordenan hacer”. Palabra de Kowalski. Y punto.

12 comentarios:

Dani Clemente dijo...

Creo que también hay una gran reflexión patriota, ya que kowalski acaba identificándose más con la moral y los ideales de la familia monk, que no por ejemplo en los propios americanos (si es que se los puede llamar así porque al fin y al cabo también son inmigrantes)lo bueno de eastwood es que te hace reflexionar en mil cosas sin tener que soltar mil parrafadas enrevesadas para intelectualoides.
Gran peli cojones

Natalia Pastor dijo...

Me encantó "Gran Torino", y coincido con tu análiis sobre ella.
Altamente recomendable.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

¿Qué se puede esperar de un mundo donde la gente es más falsa que un billete de mortadelo?

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

ups! Mortadelo, suspensa en Lengua.

Sarashina dijo...

Sabía que te iba a gustar, lo sabía, porque es como tú dices, políticamente incorrecto y auténtico hasta la médula. A mí me encantó.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Clares, eso es lo que hace falta, gente auténtica. En cuanto pueda la veo.

Insanus dijo...

Me gustó Gran Torino, pero la conversión del viejo desde el prejuicio y la antipatía a la calidez y a estrechar lazos con los vecinos asiáticos es un "me lo creo y me funciona" o un "ni de coña". A mí sí me funcionó. Una buena peli, emotiva y un placer siempre ver a Eastwood en pantalla.

Lo de sentirse incómodo en funerales y velatorios es normal. Yo también tengo como frase standard "Lo siento mucho" y la apolillada "Le acompaño en el sentimiento".

Anónimo dijo...

Estaré atento a mi videoclub para verla.
Salu2

Leandro dijo...

Al ínclito Vizcaíno Casas le escuché que la frase no te digo nada sirve para cualquier situación. Un deceso: no te digo nada. Un suspenso: no te digo nada. Un éxito rotundo: no te digo nada. Una efeméride: no te digo nada. Un alumbramiento: no te digo nada. El secreto está en el tono. Haced la prueba. Yo la uso para todo desde entonces. Es el comodín perfecto.

Y la película, ya la veré cuando la pongan por televisión. Es mi sino. Ando ahora compartiendo con mis hijos El planeta de los simios (la de Schafner y Heston) y Encuentros en la tercera fase, los sábados a la hora de la siesta, en la Cuatro. Rotundo éxito, por cierto.

jm dijo...

Me la apunto. Tengo ganas de verla.

rakel dijo...

Le robaremos horas al insomnio y la veremos pues.

Lorkiano dijo...

Una de las pelis, junto a Watchmen, de las que he podido disfrutar en este puente. Un peliculón.
Salu2!