Juno.

Domingo tarde. Con muchas cosas pendientes, y previa recomendación del Tripas, decidí ver Juno. No quería verla, porque sabía que me gustaría. Y me encantó. Pero no puedo ser imparcial. Después de ver Hard Candy con el novio de Mariló y el mormón hace un montón en Centrofama (¿sala 3, 4 ó 5?), Ellen Page ya está en mi altarcito particular, junto con Cate Blanchett y sus secuaces. Pero a lo que iba. La historia de Juno es la de tantas otras veces: embarazo no deseado en adolescente (¿por qué siempre decimos quinceañeras y no deciseisañeras?). Dejémoslo en adolescente, que lo demás suena muy mal. Pero no en cualuquiera, no es la típica (como dicen con sorna en la peli) “sexualmente activa”. La cuestión es que el personaje de Ellen Page no es la americana tipo, porque la adolescente americana tipo no existe. Todo es relativo, no se puede generalizar. El papel de la señorita del altar, es el de una mujercita que está intelectualmente por encima de la media. Muy por encima, diría yo. Pero hay un día en que todo se complica. Un pipí dice que todo se complica. Dos pipís, son el jodido Apocalipsis. Tres, el copón bendito. Joder, sí que se pueden complicar las cosas. Pero como he dicho antes, todo es relativo y no se puede generalizar (II). Ninguna vez. Y aparecen el mapa de las opciones. Opción a, que diría el que sigue el alfabeto: aborto. La adolescente de 16 se plantea esta primera opción, pero es desechada rápidamente. Opción dos, que diría el matemático, la adopción. Y mientras, el dueño del calvo que originó el asunto, siempre asiente. Asentando en el desconcierto. Elecciones complicadas, siempre complicadas. Pero siempre bajo la madurez increíble de esta niña/mujer de 16. Ya no sé si se puede decir adolescente. Ya no sé que decir. Supongo que la habrá visto todo mesías, pero por si acaso queda algún despistado como yo, no sigo dándole hilo a la cometa. Me sorprendió, me agradó, me encantó. ¿Qué más puedo decir? Simplemente, recordar que tiene unas ilustraciones sonoras increíbles, desde Ray Davies y sus secuaces, pasando por uno de los grandes entre los grandes como fue Buddy Holly, girando por el tapiz de Belle & Sebastian y de Sonic Youth (incluída comparación con los White Stripes). En fin, una sencillita obra maestra.