jueves, 31 de enero de 2019

martes, 29 de enero de 2019

El reino

La expulsión del reino. El reino, aunque con su matiz cronológico (1993-2008), es extrapolable a cualquier lugar de la España Contemporánea. A casi cualquiera. Si encontráis algún político (totalmente) íntegro, mandadme su referencia. Vicesecretario autonómico (o lo que sea) que baja a los infiernos. Solo hay que leer los créditos y los agradecimientos del director (a ciertos periodistas) para hacer(se) una idea de lo que va El reino. El maldito reino. Se puede poner algún pero (Antonio de la torre) pero el retrato es bueno. Muy bueno. Quizás se excede un poco el asunto con el anapastorismo de la periodista, pero, al final, la ilustración con imágenes la tenemos demasiado cercana. Umbras y similares, lumbrerísticos auditorios y juntas y ERE's, y mi hijo tiene dinero pa asar una vaca e innumerables ejemplos. Para acabar con las Páginas Blancas, ahora que nadie tiene ya las Páginas Blancas. El maldito reino del que te expulsan, te largan y se te cae el castillo de naipes sobre el que edificaste tu vida. El maldito reino del "telediario convertido en película". El maldito reino en el que lo que pasa en el barquito se queda en el barquito hasta que es sextatizado. Antes o después, todos tenemos un Crematorio. Un maldito reino que pasa de las comilonas a las persecuciones. Ese IBEX-35, también conocido como IBEX-3, el que nos maneja y nos (des)gobierna, el que nos lleva con la correa como buenos lindos chuchos. Pero el barco, y las comilonas, y vivir por encima de nuestras posibilidades. ¿Y qué más da? ¿Qué más da? ¿Qué? Esa gran mentira en la que vivimos contrasta con la luz natural de las oficinas del partido, sol que nos ilumina y nos manda a tomar viento. Y de la comilona al drama, pero que nos quede a mano siempre un Yamazaki o un MM con la tónica por otro lado. Y los gallegos pero sin cremita y sin narco al ladito. Y las cloacas, y los fontaneros de las cloacas, y el barniz para un partido que no tiene brújula. El partido y el país. Todos a pique. El Principio de Peter, la política y la importancia del Cuarto Poder. Del peloteo al pelotazo y tiro porque me toca. Siempre hay un Pedro Jota, un David Jiménez, un Pedro Cuartango... pero todo tiene un precio al dirigir un periódico (y meter ahí a Petón). Hilando fino. Operación Amadeus. La reunión como funeral, la familia como escape diario. A veces te preguntan el motivo por el que el personal se mete en política. Rinoplastias al poder. ¿A cuánto esta semana el kilo de mierda? Deja la película buenas frases: "Cuídate de tus enemigos y, sobre todo, de tus compañeros de partido". De tus compañeros de partido, "que son peores". Decepción tras decepción. A la enésima potencia. Y cuando llega la decepción todo es cuesta abajo, y eso se nota en el bar (pasando de ser maestro a ser escoria). "¿El poder protege al poder?". Todo es mentira. Y el FIB, y recordar cada uno de los conciertos. Adolecen las adaptaciones, los comentarios, los libros en la ausencia de una situación geográfica concreta. Aquí sirven Los Planetas y los Artic Monkeys y Placebo para hacernos una idea (con y sin trajes, con y sin máquinas que destruyen el papel). Viva el desfalco, y la PAC y pasar territorio rústico a suelo urbano y todo lo demás. Y siempre hay un listado de puticlus en los que nadie estuvo. Y siempre hay una alineación del Zaragoza (o de cualquier equipo) que recordar. Y mejor no pensar, porque pensando te metes en líos y no te metes en política. Y no, hay políticos que nunca pensaron lo que hicieron. Nunca.

lunes, 28 de enero de 2019

Sobra un do

Ardales como ejemplo

Todo es posible en España, todo es posible en Ardales. Ahora que el 26 de mayo de 2019 está más cerca (o veintitantos, da igual), toca analizar. No todo es el Ayuntamiento de Gijón. No todo es Más Madrid. No todo es. No todo. No. Ardales malacitano en el que en 2007 Falange Auténtica ayudó a a IU a desalojar al PSOE del ayuntamiento. ¿Mal? ¿Bien? ¿Juzgar? ¿Somos politólogos para juzgar este asunto? ¿O el de Gijón? No señor. No. ¿Ardales es el camino? ¿Unidas Vox ¿Ardales como bandera? ¿Ciudadanos Vox? ¿PSVOX? ¿Mareas y gaviotas? ¿Qué será lo siguiente? Romanones al poder: "Cuando digo jamás, quiero decir hasta esta tarde". De aquí a mayo, todo es posible.

A Parla (Recordando 1996)

Recordar, recordar, recordar. 1996. Parla TV. El Niño Gusano. Entrevistas gamberras. Hasta la Mona Lisa envejece... hasta que deja de envejecer.

Las familias

¿Hasta cuándo durará el poder en el reino valcarcil? ¿Y en el lugar de Sean? ¿Y en el waliato de PAS? ¿Y en lo inclasificable del nini lorquino? ¿Qué pasará en las elecciones de mayo? ¿Se repetirá la historia de siempre? Escribe Tristante sobre el chiringuito gaviotil, sobre el lobby del pedigrí en la frontera de reinos, entre café tibio y café ardiendo. ¿El límite? Pone énfasis JT en la fórmula mágica de mitad de los 90's (¿hasta...?) La dichosa fórmula mágica del control burgués. Partido, empresa, partido, empresa... casi como el final de Rebelión en la granja. Casi, que no todo es igual. ¿El final? Dependerá de Ciudadanos (Sánchez, otro Ciudadano Marín [murciano, no andaluz, que pasará de llevarle cafés a PAS y FLM para hacerlo a DC...] JT, en su análisis, teoriza sobre la importancia de los resultados en la capital del Segura para extrapolarlos a nivel regional. Vaya usted a saber. Pero como Algora en sus tiempos de El Niño Gusano, habrá que esperar, "el más triste final del cuento". Del puto cuento.

Cartagena en la frontera

Adoctrinar. Una y otra vez. ¿Puede el profesor mirar para otro lado cuando el adoctrinamiento es bestial? ¿Se puede olvidar lo que te enseñaron en las facultades? El adoctrinamiento no es diálogo, es monólogo. La terapia como consenso del olvido y el nazismo en el siglo XXI. El adoctrinamiento. Y todo lo demás.

Estertor niki

Entrevista a Joaquín Rodríguez en La Razón hablando un poco de todo. Viva Jimena, el grupo, lo que se acaba y lo que nunca ocurrirá. Lo que nunca volverá a ocurrir. Las vocaciones tardías, como las vueltas al negocio, son peligrosas.

Los Ulayar

Hay una parte de la historia de España que no (se) quiere recordar. Que parece que nunca existió. Nunca. Amnesia. Nunca, nunca, nunca, como Florentino hablando de DB. Pero no. Pero la historia de los Ulayar no te suena (do menor) porque nunca se compuso una canción sobre ellos. No. Nunca, nunca, nunca.

Los incorregibles

Nos recuerda FJL a los peronistas, a los incorregibles, a los que nunca cambian, a los que nunca dan su brazo a torcer pese a la mierda que los precede. Guerra comparado con los de ahora, Dios. Pero no cambia. Siempre igual.

domingo, 27 de enero de 2019

Sánchez, di algo

Y admite preguntas, no como ayer.

La gasolina, el motor y todo lo demás

sábado, 26 de enero de 2019

jueves, 24 de enero de 2019

miércoles, 23 de enero de 2019

Visca Venezuela libre y soberana (II)

Lo ha puesto hace un rato Hugo Izarra en su cuenta de Twitter. Grandes momentos del cine. Vivan los calzones limpios y por fuera.

Han vuelto Los Nikis

Ya era hora.

Visca Venezuela libre y soberana

Coda: Viva la diversidad. Como español, como orgulloso de ser español, viva Venezuela libre y soberana. Viva la fraternidad. Viva España, pijo.

lunes, 21 de enero de 2019

La barba unamuniana

Decía el hombre de la camisa verde que el no se dejaba barba porque no tenía una barba unamuniana. La barba unamuniana. ¿Quién la tiene en el siglo XXI? Casi nadie, es verdad.

Otra versión (planetaria)

El Embarcadero. Primera temporada.

El Embarcadero revuelve el estómago con la vieja historia de las dobles barajas. De los sentimientos. De huellas que no hay que buscar porque sacan el ventilador de los cuernos. Dos barajas en la Valencia de la Albufera y de la mentira, de las triunfadoras en la empresa privada pero viviendo en la gran mentira ilustrada con mensajes en el teléfono móvil. Es lodazal familiar, mentira sobre mentira. Es un dedo que evita dolor (a veces). Solo a veces. Lluvia, atmósferas de llanto, patos y más mentira. El Embarcadero pone su argumento en la historia de una mentira pegado a un celular, a una madre que no es madre pero ejerce de víbora. Veladas de mentiras, de medias mentiras, de medias verdades, de videos que ves en un tanatorio. En tiempo de melones, cortos los sermones (cuanto más cortos, mejor). Y cuando te enteras de la gran mentira, todo salta por los aires y hay que volver al minuto cero. O no. Quizás nunca exista el minuto cero. Quizás es mejor vivir en una mentira, y no creer que cuando habías mirado a los ojos a alguien había algo de verdad. También reflexiona El Embarcadero con los que se conforman ser el 50% de un amor, el 50% de una vida porque siempre necesitamos un primer plato, un segundo y, quizás, un postre. Envenenado, pero postre. No sé lo que piensa el feminazismo reinante (el mujerismo cutre, como me dijeron el otro día con total razón), pero da igual. Hay mujeres, siguiendo la premisa de El Embarcadero, que piensan que es mejor compartir, no excluir, que ese cuñadísmo de cuñada de fiesta de guardar nunca debió existir. O tal vez, sí. Vaya usted a saber. Club de atormentados y de adúlteros. Culpa, pecado, penitencia. Y dinero y testamentos y toda la toxicidad del papeleo. También reflexiona El Embarcadero las actitudes ajenas que nos cambian al resto. No es lo mismo ver los toros desde la barrera que te toque un tercio (no estrellado) de banderillas. O lo que sea. Los motivos. Causas. Mentiras ilustradas, más o menos despóticas, más o menos paelleras, más o menos de venta de fotos por internet. Y el cambio, y las noticias inesperadas, y los orlas que no verán los padres. Y quitar(se) el uniforme, y romper lápices, y creer que un arroz lo soluciona todo. O casi todo. ¿Por qué creen las personas que son dueñas de los demás? ¿Se puede pasar esta vida sin mentir? Y todo lo demás, también. Coda: Y te das cuenta de que somos muy mayores cuando te acuerdas de una canción de Australian Blonde de hace más de veinte años.

domingo, 20 de enero de 2019

Si vas a disfrutar...

Como si estuvieras en tiempo de melones... O, mejor. Una canción, un himno, atemporalidad para acabar con la cerrazón. O lo que sea.

El penúltimo hit (sacado por Sonido Muchacho)

Otro himno para escucharlo en bucle. Hasta el infinito, estés o no torturado por tus vecinos, por las campanas de la iglesia más cercana, por los creadores del papeleo y por el cisma podemita. Vaya usted a saber: El Infierno (sigue siendo), una cosa muy personal.

Himno para el primer domingo de lluvia de 2019

¿El candidato?

sábado, 19 de enero de 2019

Padrecito (que estás en Villa Tinaja)

Nada. Otra. Dulce nada. ¿Por qué te quedas sin nada cuando pudiste tenerlo todo? ¿Por qué no abrazaste el españolismo en 2015 para cambiar el sistema desde arriba? ¿Por qué renunciar a España para volver a los errores del pasado? Coda: Mesianismo, error, disidencia, acierto.

Success. Primera temporada.

Success saca los más bajos instintos. En situación de estrés, confusión, drama y mala sangre. Mal café, lo llaman otros. Venganza, los más espabilados. En el Zagreb sin Petrovic de las nuevas construcciones y la corrupción (no todo es España, no todo Crematorio), hay que sobrevivir. Quien se acerca a un cojo, si al año no cojea, renquea. Pues en esta Croacia, la de la recuperación tras la guerra balcánica (habrá más, al tiempo), siempre hay tiburones que aprovechan la oportunidad (las ministras del gobierno feminazi sanchista hablarían de tiburones, tiburonas y tiburonos). Vaya tela. Lo de siempre. Dramón y mala leche (para unir al mal café de antes). Hay que cuadrar el círculo, hay que represaliar, hay que grabar y hay que tomar medidas (coge la cinta, que tengo la cintura ancha). Policías que juegan a dos bandas, policía (mujer, aclaro para las seguidoras del feminazismo reinante, que a los hombres no los llamamos policíos) que busca venganza, construcciones que hay que terminar, enfermedades que hay que curar, gente que necesita gente, payasos borrachos y personas jodidas que buscan redención. Propuestas que (a veces) no se pueden rechazar, puñetazos, ratas muertes, adictos al juego y balcánicas cuitas. Pero hablando de serbios, croatas, montenegrinos, bosnios, kosovares, eslovenos y demás nacionalidades, siempre hay daños colaterales, tiros en la nuca, cagadas con olor a incienso y muertes prescindibles. Inseguridades, silencios, disparos, sangre, dolor, llanto y mierda sobre mierda. O veneno en una corte. Hospital y olor a desinfectante. Alcohólicos que venden la herencia al mejor alcohol. Da que pensar, y pensar te mete en líos, y abogados sin principios. ¿Cuántas veces te han dicho eso de "cuidado con lo que dices"? Muchas. Todo es mentira. De principio a fin. La ley no existe, existe u tipo que interpreta la ley. Y una pistola en dirección a tu sesera. Despertares, que mañana madrugares (otra gran frase del hombre de la camisa verde). ¿O no era suya?

viernes, 18 de enero de 2019

Repitiendo himnos atemporales

No va a ser todo hoy hablar sobre errejonismo, sobre teorías aristotélicas sobre el poder y sobre los semáforos que tardan mucho en llegar a un color que no es verde pero se parece a la mezcla entre el azul y el amarillo.

Mira, mira, mira...

¿En la cúspide sin cotizar?

Del Infinito al Cero

¿De la felicidad a la tortura? ¿Orfandad? ¿Construcción desde arriba? Procuro decir a mis alumnos que los grandes partidos se construyen desde la oposición. No siempre se construyen una vez que se consiguen alcaldías y cargos en autonomías. O tal vez, estamos, o podemos estar equivocados. Puede ser. Vaya usted a saber.

jueves, 17 de enero de 2019

miércoles, 16 de enero de 2019

martes, 15 de enero de 2019

lunes, 14 de enero de 2019

Ray Donovan. Sexta temporada.

En ese camino tortuoso, de saltos al vacío para no volver, es imprescindible no recaer en Ray Donovan. Otra vez. En la familia Donovan, todo es posible. Cualquier asunto imaginable entra en la órbita Donovan. Atracos, politiqueo, cambio de escenarios, policías corruptos, tías locas, dinero que va y viene, asaltos sin motivo aparente, pasado recalcitrante, actores locos, magnates del cine con pantalones y todo lo demás. Todo tiene un precio en la sexta temporada de Ray Donovan. Siempre hay que pagar el precio: boxeo ilegal, candidatas marionetas, perineo con escucha y suicidas que vuelven. Siempre vuelven los Donovan. Siempre, en el peor de los momentos, saltan y encienden la tensión. Y el cambio de escenario le sienta de perlas. Renovarse o bajar la persiana. Y los puntos suspensivos dejando el Infierno en el horizonte. Y punto.

sábado, 12 de enero de 2019

Black Mirror. Bandersnatch.

¿Qué capacidad tenemos de elegir? ¿Qué capacidad de escoger? Desde bien pequeños, casi ninguna. Familia, vecinos, maestros, curas, monjas, videojuegos. Lo que nos viene dado, a no ser un froilinístico sobrino y que todo caiga del cielo y tenas vacaciones gratis. Y si nos viene una teoría de la conspiración. Elegir, jugar, perder. Siempre salimos perdiendo. Todo es mentira. Música electrónica para soñar y escribir, paredes llenas de papeles, jefes locos y padres obsesivos. Y luego hay una noche de cine que te cambia la vida, un tren que escapa y te lleva al abismo, unos cereales que cambian tu desayuno. Locura, locura, locura. Elegir lo que no se puede elegir, destino que no se puede elegir, control que no se puede escoger. Nada se puede cambiar, nada nos aleja del abismo. Somos marionetas de otros, nunca hacemos lo que queremos. Elegir, dicen algunos ilusos. Viva la utopía, viva Tomas Moro, viva Erasmo, viva el quijotesco destino que nos espera y suerte si pillamos un Sancho que nos aguante y un espejo que nos refleje y no nos consuma. Vaya un timo esto de la vida, vaya un tocomocho nuestra existencia, vaya una jodienda con vistas al autobús de dos plantas, vaya un juguete de mierda. ¿No vivimos en un delirio continuo? ¿De qué sirve nuestro entretenimiento? ¿Este entretenimiento no es solo un pretexto para disfrazar nuestra vulgaridad? ¿Por qué ilustrar la paranoia con demasiadas opciones? Y el cine dentro del cine, y todo lo demás. ¿Es Bandersnatch otra simple tomadura de pelo (zanahorio)? ¿Todo nos lleva a sustancias que nos cambian las decisiones? ¿Espíritus que nos llevan a ningún sitio? ¿Todo son metáforas? ¿También el Pacman? En fin. El que quiera una opinión buena sobre Bandersnatch, aquí la tiene. Visiones. Será por finales, será por ilusiones, será. Solo falta José Feliciano cantando como en Fargo. Vaya usted a saber si el conejo necesitaba otra madriguera o el padre de la criatura un flequillo nuevo o una sepultura perruna. Nunca digas nunca jamás ni Hobbes era un pensador de pacotilla. ¿O era al revés? Versiones lineales para escapar de la opción. ¿Es toda la saga de Black Mirror una tomadura de pelo continua? ¿Es Black Mirror una pildorita para elegir nuestro futuro? ¿Fue todo mentira en el verano de 2012? ¿Somos un experimento providencial? Coda: Siempre nos quedará Tangerine Dream. Coda 2: ¿Llegaremos a algún sitio? Coda 3: Como al final de Juegos de Guerra, la única manera de ganar es no jugar. No jugar.

¿Irrepetible en el siglo XXI?

Vaya usted a saber.

Canto a España

Que no falte

Luther. Quinta temporada.

Vuelve Luther (entre contenedores) y la Navidad. Vuelve esa mirada y ese freno y ese apagón. Vuelven los exalumnos por la calle, vuelve la paranoia. Descargas eléctricas y pistolas, barba blanca y malas pulgas, dolor, llanto y desesperación. Y la luz que nos ilumina en mitad de la noche. Las huídas, los bosques, el dolor y las gargantas rajadas. Un poco de todo. Ayer, hoy y dos años atrás en Bélgica. Vuelve Alice, mala malísima como siempre, llevando a Luther al precipicio, al salto sin red, al asesinato y al dolor. Secuestros, enfermos terminales más asesinos que nadie, pinchos que buscan oidos, compañeros que mueren sin motivo aparente, sueldos de asesinos, maletines con precio a todo. Y unas esposas, y el precio del mal, y compañeros ausentes. Luther al poder en su Volvo destartalado. Y todo lo demás, también.

jueves, 10 de enero de 2019

¡Adiós, Susana!

Press. Primera temporada.

A vueltas con el Cuarto Poder, a vueltas con el poder de la prensa, a vueltas de cómo gestiona un gobierno a la prensa, a vueltas de ver los poderes económicos dominando a la prensa. Demasiados puntos de vista, relaciones personales y jodiendas que hacen que paren las rotativas y que un juez de guardia decida que un periódico no llegue a nuestro kiosko de referencia. Jodiendas varias. Pero todo es mentira, como vemos en Sálvame cuándo estamos en un tanatorio Sergio y yo viendo una tele a la que nadie le presta atención. ¿Cómo ilustrar con palabras una tragedia? ¿Cómo vender un drama? ¿Cómo mirar para otro lado cuando eres culpable? ¿Pero ahora no es Twitter culpable de todo? ¿O era todo mentira? ¿O todo tiene un precio hasta en la muerte? ¿Qué vale una rosa de entierro y una de cumpleaños? Sé lo que vale una rosa, suelta, con papel chino de celofán, a 10 de diciembre, a 10 de enero ( y si hace falta, a 31 de febrero). Pero no vale. Todo mentira. Una y otra vez. Somos despiadados, somos cabrones, somos gente que aparentamos. ¿Cómo recordamos las muertes y las mentiras que contamos en las muertes? ¿Cómo vendemos a muerte de un matón? ¿Cómo vender "la muerte de un matón? ¿Cómo vender el efecto de un lápiz de labios fuera de lugar? ¿Cómo vender una mentira institucionalizada? ¿Por qué odiar al personal que no usa tarjeta de crédito? ¿Cuántos saben el precio de un periódico? No es fácil resumir Press en una lucha de egos, en seguridad nacional, en ver el tamaño de ciertos pensamientos. No. Es más complejo. Mucho más.

miércoles, 9 de enero de 2019

martes, 8 de enero de 2019

¿Y ahora qué? ¿Qué tiene que pasar hasta final de mayo?

Se están volviendo a retratar nuestros políticos. Otra vez. Toca retratar(se). Con opiniones sobre las infectas leyes de género, la corrupción, el AVE y la custodia compartida. El racismo, el portavoz negro de Vox, los fiscales y el juicio al golpe catalán. El miedo y que los malos triunfen. Las facturas de los viajes de Torra. La jueza de Zaplana y la prevaricación y la comparación con Bolinaga. Cobardes, monstruos, periódicos infectos, casas en venta, crucifijos y todo lo demás. Las manadas, pero con diferencias: no es igual la pamplonica que la de españoles con origen quiteño. Los musulmanes de Alicante y los secuestros de medio día. La derrota de los Mavs ante los Lakers. Videos, imágenes, semanarios y mierdas varias. Y las noticias de las que no se habla.

lunes, 7 de enero de 2019

sábado, 5 de enero de 2019

Derry Girls. Primera temporada.

Quizás se esté exagerando un poco todo con la primera temporada de Derry Girls. O tal vez, no. Vaya usted a saber (o cómprese un diccionario, o un sello de 45 céntimos y empiece a leer). El gamberrismo estudiantil femenino tiene muchas vertientes. Quizás muchos profesores (y no utilizo la mierda de vocabulario aidístico y de otros ministros zapateriles [o de felpudo ministerial]), no sepan lo que es entrar durante cinco horas seguidas a cursos de primero y segundo de la ESO. No. Las vacas sagradas, tanto o más que la vaca rubia gallega, está para otros asuntos: para rumiar en despachos. Pero no. Aquí, las que mandan, son monjas (tanto o más que las que visten medias y faldas negras y se ponen laca para masacrar la capa de ozono). Noooooooooooooooo. Aquí, en el colegio de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, solo va un alumno macho y solo para recibir sermones y broncas. De la bronca a la bronquitis, y tiro porque me toca. Y una bomba para empezar el primer capítulo, y un puente, y tienes que ir a clase aunque con bombas ande el juego. Derry Girls al poder. O al cadalso. O a la moda. O a la golosina que se toca. O a los niños de Etiopía. ¿Por qué ya no salen los niños de Etiopía con moscas a la hora de comer en el Telediario? No somos nadie. Suena a canción de Oasis aunque suene Dolores la de Los Arándanos, suena a bronca a subir al autobús, suena a bronca en el desayuno, suena a bronca a todas las horas. Palos de golf, resistencia irlandesa, cánticos nacionalistas, doble cristal, armario doble para el que dice que no es gay. Y los ejercicios chernobilísticos de buenrrollismo, todo mentira. Seguid, seguid, seguid engañados. Y esa relación barricada vs barricada, yerno vs suegro, desfiles frente a sermones. Sentirlo no vale de nada. ¿Quién dice mandarina de mierda? Vivan las barricadas, vivan los párrafos de Moby Dick, sin letras de Nick Hornby. ¿O era todo al revés? Desfiles, fronteras, relojes, años de cárcel, riesgos que tomar. ¿Por qué los viejos se enfandan cuando levantamos el tono? ¿Por qué no sirven alcohol en ciertos bares? ¿Sanciones por ser católico? ¿Media carga de lavadora es delito? Vanilla Ice, diferentes estándares de limpieza, camisas blancas y cazos secos. Viva Irlanda, la vida cotidiana y las bombas y la adolescencia llevada al máximo exponente.

viernes, 4 de enero de 2019

jueves, 3 de enero de 2019

París-Dakar

Otra año sin París-Dakar. Si algo tenían las Navidades de hace años, décadas, era el París-Dakar. No había fútbol, no había baloncesto salvo el torneo de Navidad del Real Madrid, y teníamos París-Dakar. Todos los días, en el Telediario de la Primera Cadena, información sobre el París-Dakar. Ya no. Le preguntas a los menores de 30, y ni puta idea. Qué maldita generación nos viene a enterrar. O escupir sobre nosotros. O, directamente, a mear nuestra tumba como Frank Underwood la de su padre. Tal que así. Y todo lo demás, también.

miércoles, 2 de enero de 2019

¿Por qué no suena Seguidores en las escuelas?

¿Por qué? Ahora que Mou está de vacaciones pagadas por unos estadounidenses que tienen como juguete al ManU, deberíamos hacernos más la pregunta mouriñística por excelencia: ¿Por qué? ¿Por qué Seguidores no se repite en bucle en colegios, institutos y universidades? ¿Por qué no hay una Elba española para mandar a coger flores a políticos de serie B? ¿Por qué no hay estatuas de Thomas Shelby por las calles?

1ª Versión de 2019

Cierto. Los testigos estaban sobornados. Siempre lo están. La justicia no existe. La ley no existe. Existe un tipo que interpreta la ley. Los Grandes se convierten en pequeños ministros, y de ahí, al infinito. No quiero picar piedra porque sí.

martes, 1 de enero de 2019

Sabotaje

¿Por qué no gastar el tiempo en otra La piel del tambor? ¿En otra La Reina del Sur? ¿No? Vaya usted a saber. Sabotaje está por debajo de Falcó, y de Eva. Muy por debajo. Espiar, espiar, espiar. La guerra dentro de la guerra. Agentes dobles. Pasadizos secretos. Hoteles. Saltos a ríos. Asesinatos. Cuadros que nunca deberían pintar(se) o quemar(se). Trenes. Carreteras. Aduanas y fronteras. Sabotaje es una buena novela. Es interesante. Se lee fácil. Sin complicaciones. Lo bueno es que deja preguntas éticas en el aire conforme lo vas leyendo: lo que hacer, motivos para hacerlo, temporalidad para llevarlo a cabo, pros y contras. Matar o no matar (mujeres). Preguntas y charlas con música de fondo. Arte burgués y caro barnizado de vanguardia (y hecho en la retaguardia, bien lejos del campo de batalla). El frente, bien lejos. Hay que buscar respuestas y buscar soluciones. Sea como sea. ¿Estamos preparados para recordar la guerra española sin ambigüedades? ¿Somos realmente (im)parciales a la hora de poner en la balanza a republicanos y nacionales? ¿Tenemos moral? ¿Tenemos equidad? ¿Podemos cantar mentiras según sople el viento? ¿Para qué sirve el valor? ¿Para qué sirve la fe? ¿Para que sirve el patriotismo? De tipos con esas tres cualidades (o defectos) están los cementerios llenos. Todo es mentira (otra vez). Agentes dobles, pasar(se) al enemigo, el Sena jodiendo la marrana con bancos húmedos y gabarras sin triunfo y aspirinas al poder. Y los ingleses, siguiendo el viento de Levante. Y Falcó otra vez engañado como una perra (por otra perra). Cosas que pasan. Mierda sobre mierda. ¿Y por qué no hizo Pableras un mural sobre el bombardeo de Cabra? ¿O sobre Paracuellos del Jarama? ¿No tocaba? ¿Hubiera hecho lo mismo? ¿La misma mierda? Y saltar, y amaralmente hablando (o cantando), "salir corriendo". ¿Dudas? ¿Preguntas? ¿Observaciones? ¿Cuestiones?