Hace 2 horas
martes, 31 de julio de 2018
lunes, 30 de julio de 2018
miércoles, 25 de julio de 2018
martes, 24 de julio de 2018
Y si peso mucho puedo adelgazar...
... lo necesario para entrar en tu bolsillo.
Coda: Prometo no morderte el corazón si me sacas a la calle...
lunes, 23 de julio de 2018
domingo, 22 de julio de 2018
viernes, 20 de julio de 2018
jueves, 19 de julio de 2018
Julio, los entierros y todo lo demás
Que no. Que no te acostumbras. A julio, a los entierros, a ese círculo que nunca se cierra. El tío más fuerte, y mira, me acaban de decir en la puerta de la iglesia. Es lo que hay. Esa disyuntiva de llegar al cementerio y decir unas palabras. Buenas no se puede decir. Hay que pensar un poco. Yo utilizo el "no tengo palabras" para salir del paso y llegar a Ciudad Juárez.
Tampoco digo eso de "lo siento". Como que no me sale. No. A estas alturas de la película no hay centros de gravedad permanente. No. Por mucho que lo diga un Franco un 19 de julio. No.
miércoles, 18 de julio de 2018
Cuando conocí al Chapo
Sin investigar mucho sobre el tema llegué a Cuando conocí al Chapo. Si investigas un poco, encuentras información de todo tipo: chascarrillos, machismos, jodiendas con vistas a Sinaloa, historias sobre el Chapo, jodiendas que conocemos por series o por lecturas atemporales. La historia de Cuando conocí al Chapo es la historia de una utilización, la historia de una persecución, la historia de una humillación. La historia de Méjico. Otra vez. Tres capítulos que muestran el modo de atemorizar y arrinconar a una persona. ¿Inocente? No estoy yo aquí para juzgar. ¿Hubiera ido yo a encontrarme con el Chapo Guzmán? También es una historia de dinero, de telenovelas y de Teresita Mendoza, de mezclar realidad y ficción, de dejar(se) usar por tipos sin escrúpulos. Y siempre hay que buscar ejemplos, meter miedo, joder la marrana, apostar por una jugada para que otros se coman el marrón. Cada políticucho sin escrúpulos ni programa tiene un Franco que desenterrar. ¿14.000 millones de dólares? ¿Entregar al Chapo a Trump como una cabeza de un Juan Bautista al inicio de su mandato? Un tuit, una carta, una familia, unos amigos, una vida que nunca volverá a ser igual. Nunca. Ya lo dijo FP: Never, never, never. Mejicanos persiguiendo mejicanos. Una novedad, ¿no? Abogados, películas, viajes, entrevistas. Visiones distintas del asunto. (In)capacidades manifiestamente mejorables. Villarejadas hay en todas las latitudes. En todas. Montajes, imprudencias, asuntos mal presentados, digestiones que acaban en vómitos. Mal de altura, blanqueo de dinero, acusaciones falsas, tequilas y fiestas de fin de año. Mensajes de teléfono alterados. Mentira sobre mentira. La sierra, el canto del gallo, y seguimos preguntándonos: ¿Dónde está el dinero? Y todo lo demás, también.
martes, 17 de julio de 2018
PATRIA
Terminé PATRIA un 15 de julio de 2018. En la primera de muchísimas escenas, Tacones sobre el parqué, escribe FA que no debemos renunciar a la alegría. No pide nada el autor. Casi nada. ¿Qué pensar después de semejante libro? ¿Qué no pensar después de la obra de Fernando Aramburu? Ya junté letras por aquí refiriéndome a Los peces de la amargura y sobre La gran Marivián. Ante PATRIA, antes o después, hay que posicionar(se). Y no olvidar. Hace unos días se cumplían años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. PATRIA es una obra sinfónica, con acordes que a veces te hacen reflexionar sobre la maldad humana; a veces, sobre abrazos que sobrecogen. Tal vez no sea fácil resumir (fácil no, imposible) PATRIA, o sacar una sola conclusión. Mi generación, la de finales de los 70’s, se atragantó muchos días comiendo (o dejaba de comer) viendo muertos en el Telediario. Me acuerdo de Vallecas; me acuerdo (como si fuera ayer) de la bomba que mató en Murcia a García Rabadán; me acuerdo de muchas. Le decía a mi gente si podíamos cambiar la tele de canal, que no me apetecía ver destrozos humanos mientras le metía el colmillo al conejo del arroz de mi madre. Tal vez, fue por tipos como yo, los que preferíamos cambiar de canal, por los que no se le daba solución al “conflicto vasco”. Es muy complejo. En PATRIA también hay veces que la comida sirve de tapón a otros asuntos. Es complicado. Muy complicado. A lo mejor, desde la distancia, se pensaba que nunca nos tocaría (hasta que nos tocó en la capital del Segura). Un ejemplo. En el curso 93/94 empecé a tener de compañero a Josu Iturbe, que acababa de llegar de Basauri. Nunca le pregunté por el País Vasco. Veinticinco años después, todo sigue estando ahí: los atentados, los minutos de silencio. Recuerdo que trabajando en Beniel, en el curso 2007/2008 se rezaba en el instituto cada vez que se producía un atentado mortal y había algunos compañeros que odiaban hablar del tema. Del asunto. Del conflicto vasco. ¿Cuántas veces no hemos escuchado eso de “putos vascos”? ¿Cuántas veces no se mezclan churras con merinas? PATRIA pone un ejemplo que no está de más. El del fútbol. Xabier, el hijo del Txato, el asesinado, socio de la Real Sociedad de San Sebastián. Solo he visto dos veces en directo a la Real Sociedad dos veces en directo en Nueva Condomina siendo abonado del Real Murcia. Una vez en primera y otra en segunda. Y otra vez con los putos vascos de mis alrededores de la grada llegándome a mis tímpanos. Aramburu pone el ejemplo de la visita de la Real a jugar contra otro Real en Zaragoza. Las matrículas, los coches dañados simplemente por una maldita matrícula. “Los putos etarras” englobaba a muchos. Incluso a víctimas fuera de Euskadi simplemente por llevar una matrícula guipuzcoana. O no. O, quizás, simplemente, sea una anécdota dentro del dramón que es PATRIA. O muchos dramones en una gran obra con muchos daños colaterales. Los cursis nos han hecho mucho daños hablando de daños colaterales y, sobre todo, de “zona de confort”. Se habla, se escribe, de aproximadamente unos 250.000 exiliados. Depende de la fuente. ¿Pocos? ¿Muchos? ¿Hubiera sido yo un abertzale si hubiera nacido en el País Vasco o Navarra o en Iparralde? Vaya usted a saber, pero muy probablemente, sí. Pero, aunque expresión cursi, me quedo con los daños colaterales de PATRIA. No solo es el muerto, el Txato, en su pueblo; no solo Bittori, su esposa, que decide marchar a San Sebastián y que no puede enterrar en su pueblo a su marido; no solo sus hijos con unas vidas personales destrozadas de por vida. No. Es todo. Es el día a día. Por la familia de uno de los miembros del comando encargado de su asesinato, igual. Y luego, las enfermedades, los vecinos, las fiestas y las pintadas. El maldito día a día. El amigo Zoilo, vivió aquello en primera persona del singular estando su padre trabajando en Intxaurrondo. El patrón trabajando en la cárcel de Sangonera la Verde también me contó como estaban los etarras en prisión y el modo de comportar(se) y los brindis los días de asesinatos. Alguna vez en clase, explicando en 4º de la ESO y en 2º de Bachillerato asuntos de la España contemporánea, les he dicho a los alumnos que piensen por un momento. ¿En qué? ¿Qué pensaría yo si tuviera un hermano como Bolinaga? La respuesta (casi) siempre es la misma: ¿Quién es Bolinaga? Les pongo la cara de Bolinaga antes y después de salir de la cárcel. Les repito la pregunta y los pongo en la tesitura de ser familiar de Gregorio Ordóñez. Tampoco saben quién era [del obispo Setién no he tenido oportunidad, pero ya lo haré si Adelita me permite seguir en el negocio]. Ese es uno de los grandes problemas: que no se habla. Parece que se ha olvidado. Y no. No podemos olvidar. Una tarde (reconozco que no lo escuché en directo), Dieter Brandau empezó su programa recordando el nombre de todos y cada uno de los asesinados por ETA. Sí. Igual que el 11-S de todos los años se recuerda en USA el nombre de los asesinados tras aquella masacre, nosotros no debemos olvidar. ¿Cómo lo vamos a olvidar? Ahora no se entiende lo que está haciendo Grande-Marlaska al frente de Interior, pero eso será para otra entrada y con más ganas. No podemos olvidar Hipercor, no podemos olvidar a Zamarreño, no podemos olvidar a Fernando Buesa y su escolta Jorge Díaz, no podemos olvidar a Fernando Amor ni a Tomás y Valiente, no poemos olvidar el atentado a Aznar y cada uno de esos nombres. Tampoco podemos olvidar el GAL. Tampoco. Por supuesto. Ni el papel de los medios de comunicación, altavoces y señaladores en dianas con nombres y apellidos. El cuarto poder y sus daños colaterales. Otra vez. Y tampoco, yo que no falto a misa, el papel de la Iglesia, de Setienes y adláteres de Setienes, Serapios que rimabana con sapos y que pasaban a cobrar el impuesto revolucionario en nombre de ETA antes de hacer la misa de 8. Recogiendo el dinero rapidito, que no puedo llegar tarde a los oficios. Aramburu hace pocas referencias a PNV, a Herri Batasuna, a LAB y otras organizaciones que fueron fundamentales para el conflicto vasco. Y recuerda, con razón, que los familiares de muchos que estaban a favor de Franco eran los más radicales del independentismo vasco, los más herribatasunizados. Nada nuevo bajo el sol. También les recuerdo a los alumnos en clase lo que hizo el PNV cuando estalló la Guerra Civil en el 36: en cada territorio, una cosa. Aquellos Aguirres trajeron estos Ardanzas, estos Ibarretxes, estos Atutxas. O tal vez, no. El árbol, las nueces, los chicos de la gasolina y todo lo demás. Empieza uno quemando contenederos y autobuses y acaba pegándole tiros al vecino o pasando información para que le peguen un tiro al jefe. Da igual. Mucha mierda sobre mierda. Recuerdo, como si fuera ayer, las veces que nos pararon el fin de semana que ETA acababa con una de sus treguas (trampa) y en el que iba con mis padres camino de Huelva para pasar allí unos días. No recuerdo las veces que había controles en las carreteras; o las veces que al bajar el Puerto de la Cadena estaban haciendo controles. En fin. Sé que me dejo muchas cosas de PATRIA, pero es que hay que leer el libro. Y, quizás, pasados unos meses, releerlo. Te trae a la cabeza demasiados asuntos y demasiados nombres: Pakito, De Juana, las Gestoras ProAministía, Bidart, y otra vez la imagen de Gregorio Ordóñez en aquel programa de Antena 3, y Miguel Ángel Blanco aquellos días de julio, y los tipos riéndose de todo en la Audiencia Nacional en sus peceras correspondientes, y el bar Tánger, y los pisos francos, y Ortega Lara desorientado y con aquellas barbas, y los funerales con aquellos policías y guardias civiles y otros compañeros llorando, y los cócteles molotov en las sedes de los partidos políticos, y tantas y tantas cosas. Por eso y por tantas cosas, hay que leer PATRIA.
Coda: Joder, Sergio, he tardado demasiado, pero ya me lo he leído.
Coda 2: Y me ha hecho recordar esta entrada de MMC que leí en mis clases de 1º de Bachillerato la última semana que trabajé allí.
El Chapo. Segunda temporada.
Desde el principio, la segunda temporada de El Chapo cumple las expectativas. Sangre, venganza, cárcel, política, mierda y más sangre, y más venganza, y más cárcel, y más mierda. Una y otra vez. En bucle. ¿Quién encuentra a quién? Gringolandia, miedo y asco en Sinaloa, cambio presidencial, cerveza sin moscas. Sombreros y jodiendas con vistas al golfo mejicano. ¿Quién caza a los cazadores? ¿Quién busca una huida sin pretensiones? Dinero, narcos, diferencias nada comprensibles, olor a miedo. Y la política manchándolo todo. Otra vez. La segunda temporada de El Chapo no deja títere con cabeza: los aliados se convierten en los más irreconciliables enemigos. No hay medias tintas: se asesinan esposas, se matan a hijos, se acaban con hermanos. Partidos corruptos hasta la médula, policías que venden a sus madres, presidentes asquerosos hasta más no poder. El mal no es el Estado, es cada una de las personas que forma el Estado. Y no son solo las muertes. Muy graves son las desapariciones. Estos doce episodios son un pulso entre cárteles, una particular Escuela de mandarines sin Miguel Espinosa. Y queda hilo para dar(le) a la cometa de la tricolor mejicana con jota. Y todo lo demás, también.
lunes, 16 de julio de 2018
Downton Abbey. Primera temporada
He tardado siglos (desde su estreno) en ver la primera temporada de Downton Abbey y no sé el motivo. DA es una serie de cambios, es un folletín de los buenos, es un dramón de proporciones postisabelinas. De los que hay que ver porque es una sucesión de sorpresas. No se pueden sacar conclusiones a la primera impresión; ni a la segunda; ni a la penúltima. Nunca. Cada minuto, una posible sorpresa, una puñalada trapera, un llanto incomprensible. O tal vez, no. Y para empezar, empezamos con el uso de la palabra “mayorazgo”. Viva el mayorazgo. Y empieza DA con un hundimiento, el del Titanic. Y ese hundimiento, lleva a los herederos del mayorazgo bajo el agua. Y como buen mayorazgo, hace falta otro heredero (varón). No vale que el jefe actual del mayorazgo tenga tres hijas. No vale. Hay otro heredero y hay que cumplir lo establecido. Pero por ahí andan la madre, la mujer, las niñas, la madre del nuevo heredero, los pretendientes y pretendientas (viva Bibiana Aido), los lacayos y criados y toda la parafernalia. Todo el Belén, y bien montado. Y menudo castillo. Castillo de los buenos. Pero los tiempos cambian y la guerra está a la vuelta de la esquina. Siempre hay una guerra a la vuelta de palacio: en la habitación contigua, en el castillo contiguo, al otro lado del Canal de la Mancha, o, como siempre, en Alemania. Hay que empezar DA sí o si, se vayan los ojos de la condesa viuda al oeste o al este, al norte o los jodidos dominios de los Plantagenet. Y todo lo demás, también.
jueves, 12 de julio de 2018
¿El latín?
Ahora que la ministra de turno (o deberíamos decir de cuota) quiere adoctrinarnos en todo, recordemos que el latín nos salva de muchos asuntos. Incluso siendo de Cabra. Y como digo en clase, que no se nos olviden los bombardeos, ni el de Guernica ni el de Cabra.
martes, 10 de julio de 2018
lunes, 9 de julio de 2018
10 años sin Sergio Algora
Braudelianos todos, o todos los que pensamos en Braudel (de vez en cuando), decimos que valoramos el tiempo por los cambios y no por la duración. Eso del tiempo de reloj, del antes y después, lo dejamos para los comentarios de texto que no ponen en el la oposición de Geografía e Historia, no vaya a ser que alguien lo haga. O lo haga bien. 10 años. ¿Por qué si he leído Los idiotas prefieren la montaña y no El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II? Vaya usted a saber, como vaya usted a saber el modo en que algunos comen fuego y otros encuentran a Rabelais como ejemplo de algunas cosas. Lucien Febvre se preguntaba ese motivo: ¿cuándo dejamos de ser (en este caso cristiano) algo? ¿Hasta cuándo somos? ¿Vivimos en el pasado o evolucionamos gracias a una guerra (mundial, divorcio, muerte)? ¿Por qué Nerea de Patria en Zaragoza y no en otra ciudad? Todos, antes o después, sufrimos blochnianamente La extraña derrota. El derrotismo es un fenómeno social, político y que está, antes o después, en cada uno de nosotros. No es fácil decir que no. No. ¿No podemos releer No tengo el placer con la misma intensidad que la primera vez? ¿Qué pensaría Sergio Algora al escuchar a Carolina Durante? ¿Qué pensamos después de releer A los hombres de buena voluntad? ¿Dónde están los mejores ángeles? Pues eso, que el tiempo va a lo suyo y, nosotros, pensando en relojes. En malditos relojes.
domingo, 8 de julio de 2018
Dragon Rapide
En esas que está uno dándole vueltas a la cabeza, Tema 53, que si la Dictadura Franquista para arriba (España), que si una, grande y libre, que si que si todo lo demás, y me acuerdo, leyendo 5 temas distintos del mismo 53, del Dragon Rapide. Y que no había visto la película. Con los generales y sus cosicas, con su Franco y su golf, con el santo de las Cármenes y el asesinato de Calvo Sotelo, con su Juan March y su Juan Ignacio Luca de Tena. Tiene sus momentos, como cuando Mola habla del galleguito y la falta de decisión, y las dudas sobre Barcelona, Bilbao, Madrid y Valencia. Y grande la recreación vehicular de Portela Valladares antes de ir(se) a dormir, a acostar... mientras los otros se levantaban. Y todo lo demás, también.
sábado, 7 de julio de 2018
viernes, 6 de julio de 2018
Caganchos de la política
Después de la huida a Santa Pola, hoy tocan elecciones populares. Hipódromos al poder. Un 7%. ¿Límites? ¿Cuáles son los límites del postmarianismo? ¿Cuáles son los límites de este sistema canovista de elección? ¿Seguro que está desactivado el pucherazo?
jueves, 5 de julio de 2018
Trust. Primera temporada.
Un suicidio. 1973. El testamento de Shakespeare y la historia de su cama, y la oreja izquierda de Sutherland tiritando, y el precio del Times que sube. La herencia. El imperio. Vísceras de cisnes negro. Entierros. Petróleo. Tenedor de cocina. Suicidios y sucesores. Trust empieza hablando del Rey Lear y de accidentes, de llantos de españolas y tipos con flequillos, panuelos en el cuello y corbatas de funeral. Y el postfuneral, ese gran momento. Viva Trust. Y Rubens, el puto Rubens. La última adquisición. Y el último nieto por aparecer, y el mayordomo, y los 17 dormitorios libres. La crisis. La puta crisis. Y siempre nos gustan las curvas. Siempre. La propiedad no es un robo; desgrava. Y escuchar la palabra gracias después de mucho tiempo. Y los frisos del Partenón. Y si. Nos hemos hecho débiles. La democracia, los sindicatos y todas esas mierdas. Todo es petróleo. Va a ser verdad que no somos nada sin petróleo, me dicen mis alumnos después de explicar la crisis del 1973. Salir demasiado. Beber demasiado. Y la debilidad, el "condón financiero". Las renuncias, las mujeres, el hotel. ¿Se puede prometer la luna cuando no es tuya de momento? Celebrar las visitas, las llegadas, el tecleo de las máquinas de escribir. Y el harén. El jodido harén. ¿Visitar Marruecos o comprar Marruecos? Y la nuera con el dólar en la frente. Amigas, que no compañeras. El harén siempre crece. Siempre. La lealtad siempre se valora. Mucho. Hay pruebas que hay que pasar. O no. Pero el Mar del Norte siempre ha sido un plan B. La juventud, la falta de experiencia, centrar(se) cuando se hace de noche. Y todo eso para situarnos, contextualizar un secuestro. ¿Cobrarle a un rico del puño cerrado? Nunca se sabe. La historia de los Getty, empezando por Jean Paul y seguido de sus secuaces, da para mucho. La de su nieto, John Paul Getty III, también. Y la villa de Adriano, y la mafia calabresa y los puertos con forma de oreja, y las confirmaciones con cinta en el pelo, y los cuerpos quemados, y el cuchillo de la saga, y la compra de todo con dinero. ¿Tú tampoco sabes el modo de morir del Rey Midas? Trust tiene momentos mágicos, momentos que hacen pensar, momentos que no debemos olvidar. Y los sueños, como las pesadillas, a veces se cumplen. Con, o sin museos. El tema de los secuestros es un asunto no siempre bien tratado, pero Trust lo hace de forma dura pero realista. Nada de azúcar. No. Ya hay demasiados diabéticos en el mundo. Momentos de odio, momentos familiares que cada uno tiene porque el infierno era, es y será, un cosa muy personal.
miércoles, 4 de julio de 2018
Cuando éramos los mejores
Regalo de Lali, los Reyes me trajeron un obsequio de Reyes. De dos Reyes: Magic y Bird. Me pilló pequeño, pero todavía recuerdo cuando Alfonso, José Antonio y yo hablábamos de aquellos partidos, de Cerca de las estrellas, de Ramón Trecet y Esteban Gómez. Antes y después del Dream Team. El libro se llama Cuando éramos los mejores. Casi nada. Ya lo comentó en su blog, pero aquí también toca reseña. Empieza con la introducción de Bird, hablando de competencia entre hermanos en los distintos deportes. La introducción es de marzo de 2009, todavía fresca la final del 2008 entre Lakers y Celtics que le hizo recordar las finales que ellos jugaron en la NBA y la de la NCAA. Empieza Magic su introducción recordando una cancha de Kentucky cuando vio por primera vez a Bird. Tal que así. Y empieza con la imagen de la final del 84, otra de tantas. Desde que ESPN dejó de emitir en abierto apenas veo NCAA y partidos de los Wildcats de Kentucky y casi no me acuerdo de Pittino aunque ahora ande por Louisville. Tiempo al tiempo, que somos viejunos. Muy viejunos. 1978. El WIT contra Cuba, Yugoslavia y la URSS. Suplentes ambos. Menuda condena. Ya se sabe que los entrenadores son como los profesores, un mal necesario. Todos somos los mejores aún cuando todavía no éramos los mejores. 8 días juntos. Tres o cuatro conversaciones a lo sumo. Poco para lo que luego fue. Y la primera y breve estancia de Bird en el campus, la ausencia de dinero, la decepción. De Indiana a Indiana State, pero las normas que no lo dejaron jugar hasta el año siguiente. Su debut ante Chicago State con 31 puntos y 18 rebotes. Casi nada. 25 victorias y 3 derrotas en su debut en la 76/77. Viva el observador de aves. Y en el caso de Magic, la gran duda entre Michigan y Michigan State, los sentimientos familiares y los propios, pero al final acabó con los Spartans (MSU). Sus registros, 25 victorias y 5 derrotas. Y ahora que me pongo en plan demasidado siencero, me quejo del estilo. Del libro. La primera frase del segundo capítulo no puede ser tan moña. Creo yo. Entrenamiento previo al MSU Vs IS y el entrenamiento y los de Indiana que van de cowboys con veinte minutos de antelación. Y la entrevista a Bird por parte de los Pacers de Indiana, recién llegados a la NBA procedentes de la ABA y en quiebra técnica. Y la promesa de Bird a su madre de que volvería a la casa materna con una carrera universitaria terminada aunque no hubiera dinero. Los Pacers traspasaron los derechos de Bird a los Trail Blazers de Portland, ganadores en el 77. La imagen de Bill Walton, pivot determinante, y la posibilidad de Bird de jugar con él. O tal vez, no. Y en el siguiente draft, los Blazers tenían las opciones 1 y 7 del mismo, y esperaban utilizar la segunda para Bird, escogiendo con el 1 a Mychal Thompson. Pero el gran Red Auerbach, puro en boca y a toda vela, eligió a Bird en la posición 6 para los Boston Celtics. Jugadas de los drafts, cambios que nunca sabes el modo de resolución que tendrán. Tampoco sabía yo, tantas y tantas cosas, que los Kansas City Kings intentaron también hacer(se) con los servicios de MJ. Será por asuntos que desconocemos... Y MJ quería ganar a toda costa, a toda bahía, a todo golfo y a todo cabo la NCAA del curso baloncestístico del 78/79. Incluso habla Cuando éramos los mejores de un partido entre MSU y el equipo de la URSS que televisó la HBO a nivel nacional (otra cosa son los que lo vieron), aunque también se hablan de otros datos como los de la final con el 24 de datos Nielsen. Y la reunión de los Spartans para mejorar, y esos falsos mitos, en plan Algora y Fernández, sobre la piel y el cabello. Indiana State en el horizonte, ese equipo que empezó congregando solo a dos y mil pico aficionados a principio de temporada y acabó terminando entraenando a puerta cerrada ante el exceso de fans. ¿Y de verdad únicamente en uno de sus partidos universitarios dejó LB de anotar dobles figuras? Así fue, y acabó el partido eliminado por faltas personales. [¿Debemos decir eliminado por faltas personales o eliminado con faltas personales]. Preposiciones al margen, Bird aparece en el libro con dos caras en su etapa universitaria: dentro de la cancha y en los entrenamientos, despiadado con el que no estuviera al 100% con él y el equipo; fuera, equidistante, amigo de la cerveza y silencioso. Cada uno en su casa, y, Dios, casi siempre, en la de todos (salvo en la final universitaria). Y final de temporada regular, y primeros partidos antes de la Final Four, y la deseada final. La tan manida y deseada final entre los equipos de Bird y Magic. Y el pulgar roto de Bird, y los scoutings fallidos y todo lo demás. Y la única ventaja del equipo de Bird en la final, y el 37-28 al descanso para Michigan State, y el primer estirón que puso a MS con 44-28 y las 4 esquinas de los últimos minutos sin reloj de posesión y el paso al baloncesto profesional y todo lo demás, también. El tercer capítulo nos lleva a mayo de 1980, a las finales de la NBA entre los Sixers y los Lakers. No pudieron enfrentarse Bird y Magic en otra final en su primer año de profesionales, ya que los Celtics cayeron en la final de la Conferencia Este ante Julius Erving. Llegaban los de Los Angeles a Philadelphia para jugar el sexto partido de la final con una ventaja de 3-2 pero sin Kareem Abdul Jabbar y el entrenador decidió que Magic ocupara su puesto en la pintura... ¿Marrón para el rookie? Y Magic ejerciendo de 5 desde el salto inicial, poniendo un 7-0 en el marcador para ir marcando territorio desde el minuto 1. Y la victoria ante los Sixers y pensar en otras temporadas. Y aquella victoria revisitada y volver a pensar en aquel draft que se jugó en una moneda entre Bulls y Lakers y pensar que hubiera pasado con la otra opción. Basket ficción, ese gran instrumento de futilidad. En este capítulo también se habla de la difícil conciliación del basket y la vida familiar (el primer matrimonio fallido de Bird, la nula relación con su primera hija, los flirteos ante los demás de Magic). Y la decepción de Magic con los resultados de novato del año (63 votos para Bird, 3 para Magic). Pero el tiempo pasa rápido y tito Red eligió en el siguiente draft a Kevin McHale y Robert Parish y se creaba el primer Big Three. A ese "mejor juego interior de la liga" formado por LB, KM y RP se sumó el base Nate Archibald con su 1,73. Y esa temporada 80/81, con la lesión de Magic en temporada regular perdiéndose 45 partidos. Datos, datos y más datos. Y los Lakers perdieron en primera ronda de postemporada (cuando todavía eran a 5 partidos) contra los Rockets de Houston. Y los verdes ganaron la final a los Rockets por 4 a 2. Ya estaba el empate a titulos de NBA entre Magic y Bird. Y los celos de Kareem. Y un Magic que quería jugar rápido y un entrenador que quería jugar lento. Corrilo y lío en un tiempo muerto en Utah. Despido del entrenador y llegada de Riley. Don Pat Riley. Y Magic como el malo de la película, como el que mandaba al INEM al entrenador de turno (lo hemos visto tantas veces, es más fácil quitar a uno que a quince, el entrenador es un mal necesario...). Y en la otra costa, los Celtics que perdían contra los Sixers en la final de la Conferencia Este, y había que esperar para ver la final entre Magic y Bird.... Otra vez. Y los Lakers, otra vez campeones en el 82 y Magic MVP de las finales con un triple doble de 13/13/13 en el último partido. Abuso de la estadística, otra vez. En la cuarta porción de Cuando éramos los mejores nos trasladamos al último día de enero de 1982, Partido de las Estrellas (todavía sin brillo). Nos cuenta el autor la dificultad que tuvo David Stern para llenar el pabellón, dando y regalando entradas por doquier. Pensándolo desde la perspectiva de marzo de 2018, parece un chiste (o tal vez, no). Estamos viendo este mes, coincidiendo con la locura de marzo, pabellones con más huecos que mi queso preferido. Y la sucesión de All-Stars fallidos, hasta la llegada de Stern a la posición de comisionado en febrero de 1984 cuando empieza a cambiar el panorama. Y el peso de la droga en la opinión pública que solo castigaba, miraba mal, a los jóvenes negros con dinero del baloncesto. Al resto, aunque abusaran, no les señalaba ningún índice. Y la creación del concurso de mates y triples en el 84, un antes y un después. Sin duda. Espectáculo puro. Y Bird como tema de debate, en palabras de Jordan. Y no solo por cuestión racial. Aparece el nombre de Lebron James. ¿Comparar en épocas distintas? Un marrón. Y en mitad de esa cuestión racial, Parish era parado por la policía cuando lo veían conduciendo su vehículo de alta. Simplemente, si, por ser negro. Todo esto lo cuenta el autor por la final del 84, la final que enfrentó a Lakers y Celtics, con una América negra posicionada al respecto. ¿Por qué? La impresión de los Celtics es que era un equipo blanco. Ni la mayoría negra de Boston los apoyaba. Era el blanco Bird y sus secuaces. Tal que así. Y el libro también refleja detalles de Stern, sus viajes en postemporada para ir a todos los campos, a presenciar in situ la eliminación de los equipos (La Parca le pusieron de sobrenombre). Aquella primera final en la NBA entre Magic y Bird se la llevaron los Celtics por 4-3. Y la televisión. A CBS, ABC y NBC, se sumaron la FOX y la ESPN. No solo en abierto. La televisión por cable fue fundamental para el desarrollo posterior de la NBA. 12 de junio de 1984, inicio de la quinta parte del libro. Los Celtics acababan de ganar la final a los Lakers. Pero no solo de esa temporada habla la quinta píldora: habla de la rivalidad de época de Jerry West y Pat Riley, de las seis finales perdidas por el GM de los Lakers y de su único título en el 72, de las nuevas plantillas, de la llegada de Dennis J. a Boston y de Byron S. a Los Angeles. De muchas cosas. Y las lesiones de Bird, y la falta de ganas de sangre de Kevin McHale, y Ainge haciendo de intermediario entre Larry y Kevin. Y la anécdota del partido de las estrellas del 85, el año de rookie de Jordan, cuando I. Thomas de los Pistons y Magic (aunque lo niegue) decidieron que en el Este no le llegara lo suficiente el balón a Jordan (no está solo el muro del rookie, está todo lo demás sobre el rookie). Y las finales del 85, pasando del luto a la claridad, a pesar de aquella masacre inolvidable. Vaya números, aunque se pasó de la tortura a la felicidad en la casa angelina. De Tragic a Magic y tiro porque me toca. Y un anuncio de unas Converse los unió en septiembre de 1985, y, de una manera u otra, su relación, cambió. Sus orígenes humildes, ayudaron. En el caso de Bird, los recuerdos de un padre que luchó en la Guerra de Corea y le marcó para siempre. 15 cambios de casa en 16 años para Larry. Esos números, estadísticas al poder, lo decían todo. Siempre en el alambre. El suicidio paterno fue la gota, la penúltima, que colmó el vaso. Las deudas tenían herederos. Todos tenemos un pasado. Incluso, el lema escogido "Escoge tus armas", con posterioridad fue mal visto. Nunca se sabe si las palabras utilizadas son las correctas. A continuación, el curso empezaba con los gravísimos dolores de espalda de Bird debido a una enfermedad congénita y la llegada de Bill Walton desde Clippers a Boston a cambio de Maxwell. Traspaso que unió a Bird, McHale, Parish, Walton, Ainge y D.J. en el mismo conjunto. Llegaba el tipo que había hecho, entre otros, que los Blazers ganaran el título en el 77, primero eliminando a Lakers en finales de conferencia y posteriormente a Sixers en la final. Y no solo en lo baloncestístico, sino que Walton, amante del espíritu de Jerry García, supuso no solo el líder de la segunda unidad del equipo verde, sino un ejemplo a seguir en otros aspectos. Aquel equipo venció a las Torres Gemelas de Houston en la final por 4 a 2, pero por el camino dejó también a los Bulls de Jordan, aunque "Dios se disfrazó de jugador de baloncesto" en palabras de Bird, refiriéndose a los 63 puntos de Jordan en aquel partido de primera ronda de postemporada que Boston ganó 3 a 0. El epílogo de este capítulo es otra anécdota, con Walton pasando la noche en casa de Bird escuchando a The Grateful Dead, en su vuelta al estrellato. El siguiente capítulo nos lleva a la final del 87, otra vez enfrentando a Celtics y Lakers en la final. Otra más. Y si en la anterior llegó una antigua estrella de los Blazers, ahora llegaba a mitad de temporada otra. Mychal Thompson, padre de Klay, número uno del draft del 78 llegaba a los Lakers procedente de San Antonio. Otro pivot. Con otro condicionante. Muy importante: había sido compañero de universidad de McHale. Y su primer partido contra los Celtics, victoria por 106-103. Curioso, que no casual, que las casualidades no existen. Cuenta el libro los números de aquella temporada, con distintas estadísticas (en febrero del 87, por ejemplo, se pusieron 29-0 contra Sacramento, y completaron un primer cuarto sin recibir anotación en juego). Números, números, números. Mientras que los Lakers iban hacia el título, los Celtics tuvieron distintas lesiones (Walton apenas jugó) y la maldición de Bias, aquella maldita tragedia. Si. Pese a las lesiones de Bird y McHale, se enfrentaron a los Bad Boys de Detroit en una infernal final de conferencia con victoria céltica por 4-3. Fue el final de aquellas míticas finales con esos mismos protagonistas. En el 88, los Lakers vencieron a los Pistons por 4-3 (de esta serie si me que me acuerdo, de verla con la narración de Trecet). Para los que ahora nos deleitamos con Lebron y los Warriors, con los Rockets de La Barba y los Celtics de Brad Stevens, la página 265 de Cuando éramos los mejores nos recuerda que ningún equipo había repetido título desde los Celtics del 68 y 69. En el 89, como el año anterior a los Celtics, los Lakers llegaban con lesiones y con la retirada de Jabbar tras esas finales, en las que fueron pasados por encima por los chicos de Chuck por 4 a 0.Y en la siguiente, pese a las 63 victorias en temporada regular, fueron eliminados por los Suns en segunda ronda de postemporada (y los Pistons repetían título ante Blazers en la final por 4 a 1). Y aquello no era el final, sino que supuso también el final de Riley en el banquillo angelino. El noveno capítulo nos lleva a al 7 de noviembre de 1991, fecha del anuncio, por parte de Magic, de que había contraído el VIH, un capítulo de sensaciones intensas. Circunstancias de la vida, llegó a jugar el partido de las estrellas de esa temporada 1991-1992 y ser el MVP sin llegar a jugar ni un solo minuto en la temporada... De traca. Hay que releer este capítulo una y otra vez para valorar la salud y lo que tenemos. El siguiente capítulo nos lleva a un 7 de agosto de 1992, a un hotel de Barcelona en el que se recluía el Dream Team que ganó la medalla de oro en las Olimpiadas de la ciudad española. En ese contexto, en ese nivel de autoexigencia, saca el libro a a relucir una conversación entre varios miembros de aquel superequipo sobre el mejor equipo de la historia de la NBA. 25 años después siguen vivos, salvo el entrenador. Años después salió el famoso video de un entrenamiento, el llamado "mejor partido de la Historia", que tuvo que ser finalizado antes de tiempo para no acabar mal entre ellos. Montecarlo en el pasado de aquel Dream Team que hizo historia con Magic y Bird y compañía. Aquel equipo solo perdió un entrenamiento contra un equipazo de universitarios, futuras estrellas de la NBA, en su preparación en La Jolla, California, por 54-62. Lo que no cuentan las crónicas periodísticas, pero si Cuando éramos los mejores, es que al día siguiente, en la revancha, les ganaron por 50. Cosas que pasan. Recordamos lo que queremos recordar. La idea de los compañeros de Magic en el Dream Team era que pronto estaría muerto debido al VIH. El penúltimo capítulo lleva al lector a agosto de aquel mismo 92, cuando Larry Bird decide que debe retirarse. Pasado un tiempo, en la temporada 95/96, Magic volvió a jugar con los Lakers, pero jugando de cuatro, y con el recelo de sus compañeros. Aguantó hasta ser eliminado en primera ronda de postemporada por los Rockets. El último capítulo nos lleva a la entrada de Magic en el Hall of Fame en 2002 (Bird lo hizo en 1998). También recuerda como en marzo de 1994 Magic comenzó a entrenar a unos indómitos Lakers, dirigiendo el equipo hasta final de temporada con unos números manifiesetamente mejorables. Por contra, Bird llegó al cargo de entrenador en Indiana en 1997, estando tres temporadas, ayudado por Carlisle y Harter. En aquella mítica temporada, los Pacers llegaron al séptimo partido de la final de Conferencia Este ante los Bulls de Jordan (recuerdo que la noche del sexto partido de aquella serie falleció el primo Salvador). En la última temporada de las tres firmadas, en junio de 2000 fueron finalistas ante los Lakers de Shaq y Kobe y del maestro zen. Otra vez, los Lakers en su camino. En 2002, Bird volvió a Indiana Pacer como presidente de operaciones de baloncesto, donde tuvo que sufrir la famosa pelea ante los Pistons de 2004. Otra vez, los Pistons en el camino. Las consecuencias fueron bestiales sanciones a Artest y sus secuaces. Un Artest que luego ganaría la NBA con los Lakers. Recuerda también este último capítulo la final entre Lakers y Celtics de 2008, los Lakers de Kobe contra los Celtics de KG, Paul Pierce y compañia. Y todo lo demás, también.
Coda: ¿Qué no se escribirá en el futuro sobre las finales de Lebron y Don Stephen?
martes, 3 de julio de 2018
El acercamiento
Los presos, presos son. Recordemos. Presos. ¿Y el pasado? Todo se olvida, rápidamente, en este país. Todo.
lunes, 2 de julio de 2018
Tomás Fernando Flores y mis años de plomo
Se está hablando y escribiendo mucho estos últimos días sobre la persona que debe dirigir RTVE. Mucho. Uno de los nombres es el de Tomás Fernando Flores, actual director de Radio3. Solo puedo opinar de él como oyente de Siglo XXI. En mis años de plomo, del 2001 al 2005 encerrado día y noche preparando oposiciones, algunas mañanas que no iba a la biblioteca lo escuchaba un rato antes del Bulevar de Chema Rey. Se están haciendo todo tipo de juicios de valor después de la marabunta de la semana pasada. Dejemos a los expertos, a los hombres de la casa, trabajar. Lo demás, pamplinas. A diferencia de otros, no será juzgado por su cuenta de Twitter. Otros, a diferencia de algunos, les dio por borrar y borrar y volver a borrar. ¿Cuándo dejarán trabajar a los empleados de RTVE en paz? ¿Hasta cuándo acabará la manipulación de las teles públicas?
domingo, 1 de julio de 2018
La democracia no existe
"En la Iglesia, la democracia no existe". Morir cada noche, sin cometas, como cantan Carolina Durante. Hoy no hay motivos excepcionales. Esas siete palabras han sido las primeras del sermón con calor. El primer sermón de julio. La primera homilía del domingo, celebrando San Pedro y San Pablo no el el 29, sino el 1. Malas sensaciones, buenas sensaciones, Hechos de los Apóstoles. San Lucas y el Quinto Evangelio. Pesimismo y jodiendas con vistas al feudalismo. "La Filosofía no sirve para entender a Dios; la Teología, tampoco; la Historia sirve para entender a Dios y el futuro de cada una de las personas". Egipto, Ramsés, el carro de fuego que se llevó al profeta y tantas y tantas historias vía Sr. Vera. El Verbo, el principio, los termómetros y la vuelta de la nueva Educación para la Ciudadanía. Lo dicho, no existe la democracia. Viva la jerarquía. Viva la gran mentira.
El enredo del 18 de julio de 2018
"...para que todos los españoles puedan pensar en la reconstrucción de España". Siempre hay que volver a la clave. Y a La Clave. Siempre hay que buscar una solución jurídica. Siempre. Lo que se quiere hacer el 18 de julio de 2018 es barniz. Barniz del bueno. Maniobra de distracción. Viendo los males de España, un cadáver en mitad de una fosa es el menor de nuestros problemas. Más que de distracción, planetariamente hablando, es maniobra de evasión. De vender una huida hacia ningún sitio. ¿Y luego? ¿Qué? ¿Cuál es el programa del partido en el gobierno que ha mantenido los presupuestos del PP? ¿Qué ha sido del Pedro Sanchéz y la bandera enorme de España? Otro día hablaremos de saunas, de las del Imperio Romano, de las de los cumpleaños de la crisis, la de la celebración que nunca se celebra. ZP ya convocó unas elecciones para el 20N. Acabar matando. Siempre la simbología. Pero el guaperas puede con todo, hasta con lo que la alemana no quiere. Pero a la alemana se le cae la baba viendo a Pedro (vaya foto). Ya, en mitad de este calor, nos falta escupir fuego stanichtiano. Que no se nos olvide la Historia, pero es que siempre hay dos Hurtado, el padre y el hijo de La Masacre de Manuel Chaves Nogales: el hijo comunista que observa como su padre es fusilado junto con sus 124 compañeros sin renunciar a sus ideales. Siempre hay un Badajoz en el recuerdo y un Paracuellos que recordar. Siempre pagaron los mismos. No hagamos juegos con un pasado que se puede volver cruel. Todos queremos ser adorados, todos queremos mantener nuestros cargos, todos queremos estirar el chicle aunque no tengamos chicle. Todos.
Coda: ¿Lo intolerable sigue siendo intolerable?
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