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miércoles, 30 de noviembre de 2016
El pintor de batallas (obra de teatro)
El sábado, viendo El pintor de batallas en el Teatro Romea de Murcia, me venía a la memoria la novela original de Pérez-Reverte, hace ya diez años. Vaya tela, diez años. La historia la resumen muy bien los actores en una de sus presentaciones.
La obra es hiel, es redención y venganza, es dolor y recuerdos, son preguntas con respuestas dolorosas, calvarios en los que sacar demasiado rencor. ¿Todos los actos (conscientes, involuntarios) que hacemos tienen repercusión? ¿Debemos cuestionarnos cada uno de nuestros actos? ¿Podríamos dormir tranquilos haciéndonos estas preguntas una y otra vez? Quizás nos volveríamos locos. Demasiado pirados estamos ya para desenfocarnos con cuitas sin Werther. Goethe volvería a terminar sus días como la primera vez.
¿De verdad la maldad es genética? ¿Podemos olvidar todo lo que hemos hecho y tuvo consecuencias? Demasiadas preguntas para terminar noviembre. Y todo lo demás, también.
Spotlight
Ayer enlazaba en este Gintonicdream (alabado sea Glen Rice padre y todos los que hablan de sí mismo en tercera persona) la columna losantiana que se refería a la prog-hez periodística que cloaquea en su reino. Pero de vez en cuando hay historia como la de Spotlight que hacen que te reconcilies con el Periodismo. Salí asqueado después de seis meses del segundo ciclo de Periodismo. Me aburría soberanamente en las clases de Derecho del Periodismo (o como aquello se llamase), en las que un tipo nos dictaba al más puro estilo 20-N. Sentencias pantojianas y similares. Aquello no era Periodismo para mí. Y Spotlight trata un tema delicado: abusos de cientos de curas en el católico Boston, el patriciano Boston, en el trebolístico Boston. Casi nada. Con la Iglesia hemos topado. Otra vez. Pero tuvieron arrestos (más, menos, demasiados, pocos, cada uno que decida la cantidad). Vaya historia la de Spotlight. Hay que ver(la) y tragar bilis, hay que verla y denunciarla. Una y otra vez. Y ver como el tipo que escondía el asunto, el que ocultaba todo, fue mandado a Roma. Menuda recompensa. Siempre se pone en duda la realidad de lo cuantitativo. ¿Que porcentaje de curas han deshonrado a los que son buenos sacerdotes? Evidentemente una minoría. En la película se habla del 6%. Menudo disparate. Ese seis, tal que así, es disparatado. De traca. De cárcel para esos animales con sotana (o con lo que lleven ahora). Pero es más importante lo que dijo Baron, el director en aquel entonces del Boston Globe, ahora en el Washington Post, en una entrevista al mundo. Son las amenazas de las empresas las más peligrosas. Por supuesto. No hay duda. Son las empresas las que nos gobiernan. De eso no hay duda. Pero que nos desviemos del camino. Gracias al cuarto poder, no estamos salvados pero siempre tenemos alguna esperanza de salvación. Alguna, para evitar que venga el primer desgraciado y nos sodomice en la rectoría, en la sacristía o en mitad del campanario. Y todo lo demás, también.
Coda: Y vaya piezas pianísticas del señor Shore.
Coda 2: Pero que no todo el monte es orégano, y el laurel se muere de aburrimiento en el jardín. Siempre recuerdo que hay curas obreros que salvan el honor de la institución, como el de mi pueblo en el 81, que ayudó a la familia de uno de los miembros del PCE que fallecieron en accidente de bus. Y sí, existieron los curas obreros. Hay pruebas de ello.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Progr-hez
Estamos leyendo "de todo" tras la muerte del dictador cubano Fidel Castro. Absolutamente de todo. En la balanza de la Historia (mayúsculas, minúsculas, medias tintas, grises de otra época) está claro que no solo contamos a los muertos por su peso y número. Hay diferencias cuantitativas. Por supuesto. Pero cada vida es única y eso no se puede olvidar. Lo lamentable es el hedor periodístico. Recuerdo que cuando estaba matriculado en el segundo ciclo de Periodismo, no veía a nadie con un periódico en la mano. Ni Dios. Con un par. Yo llevaba cuatro autobuses en el cuerpo e iba con las hojas de tinta en las manos, y me miraban como bicho raro. ¿Qué es ser periodista? No hace falta ser licenciado o graduado (o lo que salga de la próxima Bolonia, que la habrá). Simplemente, hay que ser honesto. No hablo de ser aséptico, hablo de humildad y objetividad. Y estamos muy hartos de la progr-hez. Muy hartos. Y todo lo demás, también.
Coda: Decía ayer Alsina que el personal ignora el USA Today y luego cada uno tiene el Trump que se merece. Y como subrayó Javi Gómez, es la gran desilusión en la que vivimos. Es lo que nos toca.
¿En qué te gusta reincidir?
Es verdad que el problema anda por barrios. Por demasiados barrios. Excesivos. Nos es bueno llegar con himnos como el precedente de Viva Suecia y que una alumna, a eso de las 8 y 5 de la mañana te diga, para empezar, que te pareces a alguien que se hace llamar Wismichu. Tal que así. Debimos ser muy malos en una vida anterior. Ni el capítulo cuarto de Atlanta. ¿Eres gallego? Esa ha sido la pregunta de la alumna a esas horas intempestivas, a esas horas. Fuera de lugar, fuera de sazón.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Versión del día (Jesús de Los Planetas por Airbag)
Siempre Airbag. Siempre himnos, propios y ajenos. Siempre grandes. Esta última vez fue la versión de Jesús.
La tolerancia, la historiografía y los momentos de lucidez
En esas que estaba el viernes, rodeado de mantas (te haces mayor cuando te abrigas sin que nadie te lo diga ni te obligue) viendo los dos primeros capítulos de España dividida: La Guerra Civil en color, cuando volvía a mis retinas del famoso cartel de If You Tolerate This Your Children Will Be Next. Los siguientes. En las guardias en los institutos me gusta poner esta canción de los Manic Street Preachers y si algún alumno pregunta, pues les cuento un poco el sentido de la historia, la importancia de los Manic Street Preacher. Con sus maniqueísmos y su única visión de la guerra, pese a ello, hay que escucharlos. Hay que prestar atención. Siempre.
Coda: Strummer siempre presente, que no se nos olvide. Preferencias, ideas, listas. Todo es difícil de seleccionar, de preferenciar, de situar "por encima de".
Reflexiones postcondomineras
Que la victoria no oculte el juego de un equipo. El inexistente juego. La segunda parte que vimos del UCAM ayer en La Condomina (no vieja, la de toda la vida, lo otro fue un invento para ganar mucho dinero) fue lamentable. Salmerón tiene opciones de seguir, pero Reverte debería ir pensando en mover ficha antes de que sea demasiado tarde.
sábado, 26 de noviembre de 2016
¿Hoy toca escuchar a Joy Division? ¿A Hombres G?
¿Estaban preparados los obituarios de Rita Barberá en las redacciones el pasado miércoles? Los de Fidel Castro lo estaban desde 2006. Cuestión de tiempo. Libros de estilo de los periódicos. Himnos que no recordamos del pasado. O no queremos recordar. Hoy toca reescuchar himnos de niños de 19 años. O tal vez, no.
viernes, 25 de noviembre de 2016
De charlas (los viernes)
No nos vistamos de piratas, por lo que pueda pasar. Pese a todo, siempre nos queda Beck.
Scrotal Recall (Lovesick). Segunda temporada
No siempre vale acabar con puntos suspensivos aunque muchas veces o hacemos. Eso ocurre con la segunda parte de Scrotal Recall (Lovesick). Demasiadas piedras en el camino; demasiados obstáculos que superar; demasiadas pruebas para un decathlon en el que al final falta el oxígeno. Pruebas, pruebas, pruebas. La vida es una sucesión de pruebas y es difícil de superar. No vale con intentarlo, hay que buscar nota que sobrepasar, no fallar, no caer en los mismos errores. ¿Cómo no equivocarnos? ¿Cómo no equivocarnos y no hacer daño a los que están cerca de nosotros? La dificultad de acertar es manifiestamente baja. Muy baja. Siempre, en mitad de ese recorrido, hay asuntos inmorales, hay decepciones, hay cracks del 29 y del 73, hay un dolor que no tiene fin. ¿La lucha es el objetivo? ¿Se pueden bajar los brazos? La segunda temporada de Lovesick, con su apariencia de comedia sin pretensiones, (se) mete en jardines, en demasiados jardines aunque el olor al césped te encante. No siempre las flores huelen bien. Se pudren rápidamente. Nada más triste que un 8 de noviembre en un cementerio para dar(te) cuenta de que solo una semana después, la plenitud de las flores es decrepitud, es mal olor, es un lapo escupido en un océano que no se regenera sino que está más contaminado que hace cinco minutos.
jueves, 24 de noviembre de 2016
Canciones para superar noviembre
¿Qué nos pasa? ¿Por qué somos inestables en noviembre? ¿Por qué nos cuesta tanto animar(nos) ante la cuesta de noviembre?
En los partidos diarios de cada día, sin gracias que dar a entes que no se lo merecen, en mitad del cansancio, hay canciones que salvan. Brochas que untar en un barniz que sabe a gloria. Maravillas de segundos que no quieres que se acaben. Salvan y solo queda una semana para salir. Para la evasión.
Noviembre es una percepción engañosa. Himnos que nos ayudan en mitad de esa mano en el pecho. Abrigos sin motivo. Vikingos en el desierto.
Tienes que adaptarte. Piezas fuera. Volver a empezar. Acabar con todo.
Posesiones que abandonar. Gestiónar los momentos de otra manera. No solo hacerlo del modo "de toda la vida".
Y Ride, clásicos al poder, para el postre. Y todo lo demás, también.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
¿Miel y galletas?
¿Qué te evoca algo mágico cuándo cierras los ojos? Pregunta de trivial para un día de lluvia en el sultanata de Sean. ¿Montará Sean su nuevo partido regionalista? Agua, miel y galletas para todos.
lunes, 21 de noviembre de 2016
domingo, 20 de noviembre de 2016
El polvo y la ceniza de Rafael Martínez Cuadrado
El pasado día 7 de noviembre de 2016 estuve con Burbujaplanetera en el recital poético de Rafael Martínez Cuadrado en Zalacaín. Un clásico de Murcia en otro clásico de Murcia. A Rafa lo conozco poco. Ya no visito lugares tremolísticos ni yeséricos, pero antes me cruzaba alguna vez con él. Su hermano nos adelantó esa misma noche las partes del libro (Familia, El arte y el artista, Erótica, Toponimia y Meditaciones elegíacas) en las que muestra su ideario político, heterogéneo y distinto, su viaje del cero al infinito, su travesía de la tortura (desde el inicio la muerte de su hermano está presente) a la relativa felicidad. O tal vez, no. Solo nos impresiones para este momento. Lo primero que llama la atención, positivamente es el uso (ahora denostado por algunos, historicistas a veces, antihistoricistas otras) de las citas (Gaudí, el olvidado Cernuda, Gerardo Diego, Jorge Luis Borges, Rubén Darío, Aleksandr S. Pushkin, Leopoldo María Panero, Andrés Trapiello, Blas de Otero, Ramón de Campoamor, Luis García Montero, Rafael Alberti, Friedrich Nietzsche, Garcilaso de la Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Eloy Sánchez Rosillo, Giacomo Leopardi, Fernando Pessoa, Luis de Góngora, Pablo Neruda, T.S. Eliot, Kavafis, Cesar Vallejo y otros que no conocía y sigo sin conocer. ). Ya se sabe lo que toca con el pantalón de campana: sí, no, tal vez. Familia como nido, según don Luis, para empezar. No se puede estar sin ellos, o, quizás, sí. Las ausencias de los que ya no están voluntariamente provocan distintos comportamientos en los familiares que se quedan. Martínez quiere resucitar al hermano con el verso, describe las "noches lóbregas de duelo". Olvidar se hace imposible, pero los días pasan, aunque siempre hay recuerdos en momentos concretos. En Responso ilustra con palabras el descanso en "el limbo del olvido". Pero hay seres a los que es difícil borrar del disco duro neuronal. Demasiados truenos, demasiada lluvia para olvidar. En el Llanto dedicado a la madre resume los ojos de la progenitora y la bilis tragada con palabras encadenadas como "amargo ejemplo de tu espíritu agónico". En la versión b de El limbo del olvido reescribe que "y tu memoria anegará mi tristeza". Hasta el límite, hasta romper la presa y que llegue en primera persona del singular nuestro Tous particular. En La poesía es un arma cargada de pasado RMC subraya con bolígrafo rojo que "no es un juego el poema; es más que música, pero también es eso". Algunos ponemos la música por encima de la poesía, pero cada uno tiene el diablo que se merece. Definitely Maybe, y engañifas varias, y todo lo demás. En El poema, busca el autor la inspiración entre dioses, musas y trabajo minucioso. ¿Pero no tenía que llegarnos la inspiración cuándo estamos trabajando? Tal vez no, porque como FdQ indicaba, "es mengua de la honra". Recordando al antiguo residente de un manicomio canario, recordando películas míticas, RMC junta cinco palabras para situar "la vecindad poética del alma", aunque no siempre la encontremos. O tal vez, no exista, sea fruto de nuestra imaginación mientras vemos crecer la hierba. No sé si el dios del Aleph estaría contento de encontrar(se), en la oscuridad de un soneto entre Rubén Darío y John Keats, pero cada ciego tiene a la Kodama que se merece. Si William Randloph Hearst levantara la cabeza no sé lo que pensaría de su estirpe, no sé lo que pensaría del lujo y la estancia. O únicamente no pensaría. A veces, la invocación, la soledad, los amaneceres, no son suficientes para entender la poesía. En Búsqueda asume la comparecencia de otras retinas ("dame tú la quietud de tu mirada"). En Laberinto hay aullidos de desesperación por el contacto( "donde encuentres mi voz allí te espero"). En Blues para un aniversario frustrado se hace preguntas que muchas veces no encontramos a definir salvo cuando las vivimos en la singularidad de la desesperación: "¿Decepción? ¿Desamor? ¿Orgullo?". O simplemente las vivimos, con o sin desesperación, o simple rutina. Con la cuarte parte, Toponimias, viaja a lugares comunes en su existencia, recuerdos y momentos para olvidar iris reflejados en ninguna parte (para mí la parte más difusa del libro). Y si hace falta citar el Libro de Job, pues se hace cuando "nadie escucha mi voz". Tiene razón RMC en Taedium vitae que "no hay placer ni dolor en el presente; solo monotonía". Demasiada monotonía. En el Eterno retorno, con el calendario en la mano, asegura que "la oscuridad de ayer me ciega ahora". Ahora y siempre, que diría el otro con la lira en la mano. En definitiva, El Polvo y la ceniza es un ejercicio con el que pasan al presente distintos recuerdos y lecturas, canciones que evocan tristeza y rimas que causan dolor. Y todo lo demás, también.
sábado, 19 de noviembre de 2016
MCM (Mínimo Común Memo)
En eso que estaba yo, recién acabado un test con los jóvenes profesionales en ascenso (no son yuppies, son alumnos de primero de Educación Secundaria Obligatoria), pensando en mis cosas y comenzando un segmento de ocio (también llamado recreo) cuando me encuentro con La gran engañifa de 1996, artículo escrito por Kiko Amat en El País. Mientras junto estas letras, suena de fondo Apartament Story de The National. No sé si nos dejamos engañar en el 96 (el año que perdimos en penas máximas contra Inglaterra en Wembley, after extra time con fallos de Nadal y Hierro). ¿Nos dejamos engañar o necesitábamos un engaño en nuestras vidas? ¿Qué le exigíamos a la música? Y en mi pequeña colección de discos hay varios sencillos de Oasis. ¿De verdad nos dejamos engañar o escuchar a Liam y Noel nos hacía el hedor más pasable? A falta de reinas azules, porque no toda la época victoriana fue de color negro, nos quedamos a medias entre muros maravillosos y el déjate llevar. ¿O fuimos realmente mínimos, y comunes y memos? Sigo juntando letras, y las máquinas, caprichosas ellas, hacen sonar el Wait de M83. Caprichos del Youtube a falta de zumo de naranja. Y las cruces de tres santos en la guitarra de un acérrimo seguidor del City preBeguiristain. Y luego te llega Malasombra y todo te parece un sueño.
Scrotal Recall (Lovesick). Primera temporada
La conclusión que sacas cuando acabas de ver la primera temporada de Scrotal Recall (Lovesick) es que el pasado es un calendario con muchas hojas. Demasiadas. Y a veces, al recordar esas hojas quitadas del calendario y recicladas en panfletos de Podemos, en publicidad de alubias o en folios con los que hacer aviones, sacamos conclusiones. Equivocadas o no, pero conclusiones. Viva el jodido método científico. De nada sirve la observación; de menos la recogida de datos; casi nada la emisión de hipotesis; cero a la izquierda la comprobación de hipótesis. Siempre tropezamos en los mismos errores, siempre dejamos escapar el caballo ganador en la apuesta de nuestra vida, y no me refiero al Euromillones de hace quince horas. Demasiados errores en esas desperdiciadas hojas de calendario hechas foto de Susana Díaz o recordatorio del premio Mandarache. Somos clientes de nuestros errores, de nuestro calendario hecho hábito, cuando siempre debe ser habilidad. Hoy es 19 de noviembre. Recuerdo el 19 de noviembre de 2011. Algunos lo recuerdan como víspera de la elección del 20N, derrota socialista y mayoría absoluta desperdiciada por el PP. Yo no lo recuerdo por eso. Estábamos en la mesa, terminando la comida en la residencia catastral. Sonó el timbre, y me asomé a la ventana. El nieto de mi madrina vino a decir que le había dado un infarto. Usainbolizado llegué al 480 de la Carretera que lleva al Lugar de Don Juan (ahora Avenida). 12 minutos estuvieron delante de mí intentando reanimarla, para un total de 21. Anteayer, entre bolsas y naranjas, entre kilos de comida de perros a noventa céntimos, me dijo mi padrino que el tenía pensando un final de vida distinto. Muy distinto. Lovesick habla de ocasiones aprovechadas y perdidas, habla de pintas y ron con leche, se ríe de bodas y funerales, recuerda a vivos y muertos, alcance momentos de lucidez que hacen dar(te) cuentas de ocasiones y balas perdidas, de demasiadas hojas de calendario recicladas para asuntos absurdos.
Coda: ¿Por qué tanto tiempo sin llorar en un bar con una pinta en la mano escuchando a The Horrors?
viernes, 18 de noviembre de 2016
Los ánimos templados
Antes de cruzar por enésima vez esta semana el puerto cadenístico toca escuchar himnos que templan ánimos, que dan serenidad, que buscan luz en mitad de la oscuridad, que buscan estrellas en mitad de ninguna parte. Y todo lo demás, también.
jueves, 17 de noviembre de 2016
Otro Gasol en L.A.
La vida da muchas vueltas. Elegido por los Lakers en el draft, en segunda ronda. Decepción. Pero la vida da muchas vueltas, y mandaron sus derechos a Memphis con el traspaso de su hermano. Y anoche metiendo triple decisivo ante el enemigo angelino de los últimos años, estos Clippers con los que se han encontrado en más de una ocasión en la postemporada del Oeste. Vueltas y vueltas que da la vida.
Westbrook vuelve a sacar su fusil
Y lo mejor de todo es que está Mike en el banquillo bien cerquita. Muy grande don Russell. Otra vez.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Viva Sangonera (La Verde) libre
Grande el comentario de Federico sobre Echenique y su idea sobre la autodeterminación del país aragonés. Aquí todo el mundo olvida la Historia Medieval, los orígenes del condado de Aragón, su conformación reinal con Ramiro I, la formación de la Corona de Aragón, sus distintos niveles de intervención en la reconquista. Todos queremos una Sangonera La Verde libre; todos queremos un Aljucer libre; todos queremos algo libre; todos queremos; todos.
La España de Lopetegui
Sabemos como empieza la España de Lopetegui. No sabemos como acabará el asunto, y si los que tienen que coger las riendas lo harán, pero de momento el resultado es positivo. El talento como respuesta, el talento como premisa, el talento como símbolo del sistema.
lunes, 14 de noviembre de 2016
Penúltimo desastre condominero
Otro desastre de los de toda la vida, que diría el gran Guillermo Giménez. La peor versión de Mesones es la de Salmerón, al que ya pita la afición de La Condomina. Reverte debe cortar esta racha o nos veremos en un buen marrón antes que tarde. Y todo lo demás, también.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Las fieras y los domingos
Nada como escuchar al personal recordar los atentados de Francia de hace un año. Viva la demagogia. Mierda en cantidades industriales. Hemos estado mirando para otro lado, para otras quiblas mientras que las que teníamos en el barrio parecían invisibles.
Empezando el domingo...
Escuchando un poco de todo: educación, etiquetas, Concilio de Trento, falta de Ilustración, Sarajevo...
Otra derrota en ACB
La profesora de Historia
De vez en cuando, y para desengrasar, y para entender resultados electorales, está bien ver alguna película. La de esta madrugada post Rockets Vs Spurs ha sido La profesora de Historia. Hay muchas similares, llenas de buenas intenciones, pero es difícil cerrarlas bien. En este caso, el círculo se cierra casi a la perfección, sin aburrir pero sin adoctrinar, sin hacer(se) larga pero poniendo énfasis y subrayando con rojo lo que hay que subrayar. Será por alumnos difíciles; será por directores que pasan de todo; será por profesores con vocación. Pese a todo, somos una profesión señalada, mal vista, se supone que bien pagada y que disfrutamos de muchas vacaciones. Cada uno tiene el diablo que se merece y debimos ser muy malos en generaciones anteriores, en generaciones presentes, para tener genocidios y holocaustos. Pero siempre hay un hilo de esperanza, un momento de lucidez, un freno cuando todo se va a pique. Pero siempre nos queda la pregunta del ¿y ahora qué? Habrá que seguir con la lucha, habrá que seguir esperando milagros en noches de tormenta, canciones que limpien la atmósfera, sondeos y rifas para encontrar, por fin, un buen profesor. Y todo lo demás, también. Aunque parezca utópico, hay que intentarlo. Siempre.
sábado, 12 de noviembre de 2016
viernes, 11 de noviembre de 2016
jueves, 10 de noviembre de 2016
The Fall. Tercera temporada.
¿Se puede ser paciente ante el horror? ¿Se puede intentar ser mejor que peor? ¿Se puede intentar olvidar? ¿Por qué atender a alguien que causa terror? ¿Por qué intentar entender a un asesino? ¿Por qué es más importante lo malo que lo cotidiano? Los puntos suspensivos con los que empieza la tercera temporada de The Fall son duros de compresión. Cantan Los Punsetes que lo importante siempre está en el exterior. Y puede que tengan razón. Y que los botiquines, a veces, se quedan pequeños. Y no tenemos respuestas para esas sensaciones: para los silencios cuando te dan la mano, para no saber decir te quiero, para encerrar diablos en el bote del jabón líquido fresa pasión hidratante y protector. Todo es difícil de entender en esta puta vida y, el horror, aún más. Y nada es lo que parece, o si pero no lo queremos creer. The Fall se despide a lo grande, con puntos suspensivos, con silencios y diálogos lentos, con sudores ante una cámara y un coche en una playa, con dolor y más dolor, con loqueros que quieren imponer sus criterios y con las grietas de los sistemas judiciales que gotean sin parar en mitad de la tormenta. No hay cielos para los que se merecen llegar al túnel del aguacero final antes de tiempo. Pero el tiempo, como si Bloch y Febvre y Braudel fueran historiadores no olvidados, hay que medirlos por los cambios y no por la duración. Y el aguacero del dolor sigue su marcha, desde el principio al final, sigue sin descanso, jodiendo la marrana hasta el final. Hasta el final de los finales, lineal y circularmente. The Fall es una serie que duele ver, pero que hay que ver. Retrata al personaje, al cabrón con momentos de lucidez, pero que es un cabrón. Con motivo o sin él, cabrón. Y que bien retratan algunos guionistas y directores a estos hijos de Satanás. Hay veces que piensas en apagar la tele y olvidarte del mal, del horror. Sabes que puede acabar mal o fatal, pero lo tienes que ver. Y todo lo demás, también.
Las estadísticas, los números, la democracia
No siempre es bien entendida la democracia. El último martes, esa madrugada viendo resultados de estados en USA, la victoria de Trump. Ahora todo tiende a relativizar(se) o a exagerar(se). Todo es mentira, una gran mentira. Nadie se preguntaba ayer el motivo de la venta de ideales obamísticos a las grandes empresas, porque mandaba más el vice que el presi, porque una gran mentira bien vendida se convirtió en un sueño que engañó a muchos norteamericanos del sur. Mapas azules y rojos, mentiras sobre el cristal, engendros políticos y el miedo de lo que está por venir. ¿Pero que eran los Bush? ¿Qué son la mayoría de gobernadores estatales? Stan, uno de los hermanos Van Gundy, hablaba ayer de lo que se le ha hecho a las minorías. Minorías, mayorías, guetos, impuestos con superdiferencias interestatales. Muy complejos los resultados para sacar conclusiones tan rápidamente. ¿Pero qué eran los Bush? ¿Nadie se acuerda lo que significaron y han significado los Bush? ¿Y no tenían ningún candidato peor los demócratas? El personal quiere cambios. No siempre tienen que ganar los Spurs porque aburren; no siempre tienen que ganar los Warriors aunque superen el récord de Jordan y sus secuaces; no siempre tiene que ganar Lebron S.A. (otro que dio su apoyo a la esposa de Bill). Que los dólares, muchas veces, nos impiden la industria armamentística, la América cerealística, las jodiendas con vistas al Golden Gate. No es hora de flores en el pelo, ni de hippies con móvil de 700 euros. Olvidad un rato la realidad y soñad. Y todo lo demás, también.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Escuchando al Pulpo con Abellán en Radio 4G
¿Cuántas mañanas escuchando a Abellán, al Pulpo de Mirasierra, a Fernandito, a Casoliva? Uffffffffffffffffffff Carcajadas y buena música. Un día, otro día, otro día, el libro, el disco, el show... Vaya época.
El inicio de La Barba
Espectacular Harden en su inicio de temporada tanto en puntos como en asistencias. Un crack en toda regla.
13 triples en un partido
Curry haciendo historia (otra vez) como bien nos lo cuentan los amigos de NBAManics.
martes, 8 de noviembre de 2016
Fauda. Primera temporada.
Llegué a Fauda hace meses gracias a la reseña de Lorenzo Mejino, esa enciclopedia de series internacionales inacabable. A falta de tiempo, entre paso y paso por el puerto cadenístico, de tarde en tarde he ido viendo esta joya israelí. Desde la distancia siempre nos equivocamos con adjetivos y epítetos sobre el conflicto entre palestinos e israelíes, entre buenos y malos, entre malos y peores. No hay buenos en esta serie. Todos salen derrotados. Podemos tener toda la tecnología del mundo, todos los drones del mundo, toda la inteligencia del mundo, pero no podemos hacer nada contra el fanatismo. Recuerdo cuando la banda terrorista ETA asesinó en Murcia al guardia civil García Rabadán. Se escuchó la detonación en la noche en kilómetros. Son esos sonidos los que quedan: ruidos, cristales rotos, gritos, finales de historia con pesadillas. Demasiadas pesadillas. Fauda, como todos los cuentos y parábolas de este conflicto que ya no sale en los telenoticias a diario. Alepo es ahora presencia continua, pero nos olvidamos de otros ejemplos en Asia, en África, nos venden una bajada de pantalones ante el narcoterrorismo en Colombia. Desde el punto de vista de la ficción, Fauda mezcla las investigaciones con la vida cotidiana, las relaciones personales saltan por los aires a la misma vez que los mártires hacen su trabajo. Gran serie que nos muestra algunas de las muchas aristas de un problemón al que no le sacamos punta. Y los puntos suspensivos siguen sin ser completados. Siempre hay tristes finales para los cuentos, como cantaba El Niño Gusano. El más triste final del cuento. Pues eso pasa con Fauda, eso pasa con este caos que parece no tener final aunque esté excelentemente narrado y contado.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Una más de Laso y sus secuaces
Derrota sangrante ante un FCB en cuadro. Sin soluciones desde el banquillo. Sobran las palabras pese al barniz en el marcador del final. Lamentable.
sábado, 5 de noviembre de 2016
Asturcón
Ahora que vuelvo a hacer guardias en plan salvaje, suelto canciones de fondo para ver el efecto. Y le digo a los rehenes del centro penitenciario que escuchen y busquen palabras que no conocen. El jueves tocó "asturcón". Siempre hay una guardia para enseñar algo, siempre hay una guardia para aprender algo. Y sí, un día usted morirá.
La penúltima arista de Alex Turner
Nada como madrugar los sábados, leer la prensa, esperar que pase el tipo limpiando la calle a las nueve y diez y escuchar a un Alex Turner tranquilo. Y todo lo demás, también.
Rock Me Gently
Aunque Ray Donovan acabó, no me canso de escucharla. Una y otra vez. Ray es historia y nosotros, también.
viernes, 4 de noviembre de 2016
La penúltima de Laso
Tiene narices que teniendo una de las mejores plantillas de su historia (¿qué equipo de Europa tiene esos pivots?), el Real Madrid dependa de los momentos de Llull, Carroll y alguna que otra individualidad. Poco más para la sección de baloncesto del Real Madrid. La derrota en casa ante el Baskonia diezmado enseñó las debilidades tácticas de un equipo que, con otro entrenador, hubiera ganado muchas más Euroligas en los últimos cinco años. Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio. Y la victoria de ayer ante el Galatasaray no evita pensar en esas preocupaciones. Y todo lo demás, también.
jueves, 3 de noviembre de 2016
UCAM Vs Unicaja (Eurocup 2/11/2016)
Borroso y decepcionado por la falta de público. Pero con Baron y Benite en plan estelar. Deleite ante un Plaza que no sabe mover sus peones (otra vez). Estuvo bien, pero un Palacio de Deportes lleno hubiera estado mejor.
Coda: Cortesía de Don Importante.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Black Mirror. Tercera temporada.
Nada como el paso del tiempo, nada como las nuevas y viejas costumbres. Seis partes, seis trozos de tarta en esta tercera temporada de Black Mirror. Muchos la idealizamos con aquel primer capítulo: el cerdo político parabolizado con el cerdo de toda la vida. Pero hay muchos tipos de cerdos y, en modo zapateril, cerdas. El primer tozo de tarta, Caída en picado, tiene un cierto aire de caverna platónico. Individuos con trajes blancos, todo bien clarito, todo bien caramelizado, para la gran mentira del me gusta y no me gusta. Hay que gustar a los demás, que los demás nos valoren, que los demás dejen un pulgarcito positivo. Pero la caverna es cabrona y nos hacen caer en desgracia o visitar las alturas. Pero la caverna no es perfecta, tiene imperfecciones, y si siempre hay un gordo al que desprestigiar, un ángel caído, una oveja negra, un bulimia que no reconocer. Y cuando la caída es definitiva, no hay posibilidad de salvación ni paloma picassiana que te rescate. En Playtesting, el segundo trozo de tarta, otra vez sin vela, los recuerdos y la realidad virtual se hacen fantasma de la navidad del presente, recordando la lucidez de Línea mortal, aderezados con salpicaduras de Alzheimer, con dolor en 3d, con criaturas que nos devuelven lo peor del pasado y un futuro en el que no recordaremos nuestro nombre, ni el color de nuestros ojos ni la saliva que generamos en un pasado remoto. Jugar es divertido y peligroso, jugar es salir derrotado porque como nos enseñó Juegos de Guerra, "la única manera de ganar es no jugar". El compañero de clase que nos pegaba, el bufón en que nos convirtió, la araña en que se convirtió y el cuchillo que nos clavo. O tal vez, todo fue una invención nuestra, tal vez fue un dolor de muelas pasajero, una piedra imposible de orinar, un tumor imposible de extraer. La tercera pieza no empieza con tarta, sino con patatas fritas sobrantes en una hamburguesería en Cállate y baila. El horror de la web de tu ordenador hecho paranoia, hecho asunto robotizado, haciendo pesadilla los minutos siguientes. La cuarta porción no es de tarta, ni de patatas, ni de oxígeno que no riega las células: saltos temporales, películas cambiantes, estrellas caídas en desgracias, maquinitas que solo te meten en líos aunque esté presente el espíritu de H&CF. Pero deja un regusto de dolor que se te queda en el alma. Todo es mentira hasta en la muerte. Todo. Absolutamente. Y la quinta pildorita es La ciencia de matar, reflexión entre retinas sobre lo que queremos ver, lo que nos obligan a ver, lo que no queremos ver. Mentiras y verdades, medias tintas, jodiendas con drones y cacharritos que nos joden (aún más) la vida. Y el postre en este sexto menú de Black Mirror es Odio nacional, la joya de la Corona, el diamante pulido, la abeja asesina perfecta. El mal, como el infierno, es una cosa muy personal. Pero hay muy listos, o que se creían muy listos. Odio nacional es el Apocalipsis, invento que lleva la maldad en su interior. Y todo lo demás, también.
martes, 1 de noviembre de 2016
6 años en una tumba sin nombre
Esta mañana, antes de darle al michirón entre aguas de Espinardo, hemos tenido una conversación en el dormitorio/cementerio sobre el hombre de la camisa verde. Seis años y mes y medio después sigue con una lápida sin su nombre. Un espíritu del olvido. Una hermana que olvida. Una tumba sin reconocimiento ni recuerdo. Y todo lo demás, también.
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