Hace 2 horas
martes, 31 de octubre de 2017
Ray Donovan. Quinta temporada.
¿Cómo hablar de la quinta temporada de Ray Donovan sin parecer un chiste ambulante comparado con cualquiera de los personajes de este friso? No hay explicaciones causales en torno a los Donovan, porque hace muchos capítulos que esto no solo trata de Ray Donovan. Todo este círculo de poder, toda esta red de relaciones, toda esta gran teoría general de sistemas donovista es imprevisible. La sangre llama a la sangre. La novedad son los saltos temporales para recordar el dolor y la muerte, la sangre y la familia llevada a unos límites que acaban en cárcel, fiscalía o muerte. Y entre los puntos suspensivos y los signos de admiración, entre los andares resacosos de Ray y los vientos que llevan sus coches y sus bates de baseball, todo es posible. El cáncer, la improvisación, la camiseta número cinco de los Celtics, una Susan Sarandon que pide favores y los devuelve, catanas que no vienen de Santiago El Mayor, visitas al mar a dejar cadáveres, allanamientos de morada, luchas de poder en cadenas televisivas, estatuillas que cambian de manos, hijos con desviaciones, militares marinos que no toman cerveza, hijas que no saben la suerte que tienen de tener un Donovan en sus vidas. La venganza en Ray Donovan, antes o después, llega: la familiar, la institucional, la de Abby y la de los saltos al vacío. Salud para todos excepto para los que no adoren a Ray Donovan. Del plan a al plan jota, sin llegar a terminar el alfabeto, porque aquí todavía queda mucho que sudar, beber y batear. Embarazos que marcan saltos, experimentos médicos que quitan y devuelven la vida, psicólogos con experiencia militar, robos que desatan un Apocalipsis, negros que buscan su lugar en el mundo. De todo, pero con mucho dolor. Y todavía tengo esa camiseta con el cinco bostoniano en mis retinas. Y todo lo demás, también.
sábado, 28 de octubre de 2017
viernes, 27 de octubre de 2017
Ecos, robots, viernes que no acaban nunca
Vuelve el ciclo mesiánico, vuelve la rotonda tras la rotonda como en la Francia de los 60's, vuelve etiquetar, programar y enlazar permanentemente. (Des)ubicados del mundo, tened cuidado, os ven, os observan, os tratan como gilipollas incluso desde el amor fraternal. O tal vez, no.
jueves, 26 de octubre de 2017
A tiro limpio
El pan nuestro de cada día en la capital del reino valcarcil. Sí. No sabemos cómo acabará el asunto, pero esperemos que no pase ninguna desgracia. Y no entiendo cómo el señor alcalde no suspende en ese momento el pleno ante las palabras que se escuchan. Lamentable.
Esperpento
Llevamos décadas de esperpento. Siglos. Pero lo de los últimos días es un chiste sin gracia. Puigdemont, sus secuaces, sus adláteres. Habla a las 5 y 5 de la tarde, y se para el mundo. El chiste sin gracia continúa, con una bandera de la UE al fondo de la imagen. Y no entender nada de lo que dice. Reproches. Habla de reproches. Dice que nadie le puede reprochar nada. Urnas, chiste, banderas, lápices de colores. Habla de "A por ellos". Habla de participación, compromiso y serenidad. Me quedo sin entradas del diccionario de la RAE. Habla también de responsabilidad. Hablar para no decir. Otros hablan en tuits de 155 monedas de plata. Habla de paz y civismo. Y no me entero de lo que ha dicho. Que siga el chiste, que siga la historia. Que siga...
miércoles, 25 de octubre de 2017
martes, 24 de octubre de 2017
Halt and Catch Fire. Cuarta temporada.
En esa montaña rusa que es Halt and Catch Fire, encontramos una cuarta temporada, un epílogo de diálogos mágicos, de palabras definitivas, de llantos que demuestran que somos humanos, que fallamos mil veces y que incluso, podemos mezclar piña con chili. O tal vez, no. Empieza con el éxtasis de la victoria y la derrota siguiente. Cuando tengo alumnos comprensivos, les digo que disfruten cada momento porque suelo comprobar que el axioma maldito se cumple: después de un buen momento, viene el caos. Viene el puto caos. La decepción. Lo más grande. Beber un caldo caliente en el sahariano desierto a 50 grados y desnudo. Todo se va a la mierda. Hay juegos imposibles, peregrinos que dan un abrazo, infartos que hacen decir palabras, emocionar(se) con calabazas, caprichos de jersey verde, apariencias que nos hacen perder el norte, el sur, el este y el oeste si hace falta. La cuarta temporada de Halt and Catch Fire es pérdida, es decepción, es lágrima continua, es la descomposición de un equipo, es una pincelada perfecta en mitad de ese caos que comento a mis alumnos. Parece (ser) que hay dolor (bien)entendido. Mentira. Mentira. Mentira. No existe. Somos caprichosos en mitad del hambre, somos secretos en mitad de un grito. Hay últimas visiones, hay patillas que enamoran, hay envidias por el amor que tienen otros. ¿Realmente estamos preparados para una pérdida económica? ¿Y para una física? ¿Y para una emocional? No estamos preparados para el caos. Y equivocar(nos) otra vez, y no encontrar plan B. Ni plan Z. No hay letras en el alfabeto para el caos, para definir una muerte una inesperada. No hay capuzones en agua sagrada que (nos) salven, porque estamos condenados al pecado del error. Y empezar, como se debe empezar: con una pregunta. Y buscar ideas, mil ideas, porque siempre es posible algo bueno con una excelente idea. Y todo lo demás, se resume en una carta, en una foto, en un sentimiento, en un guión que roza la perfección. Y punto.
domingo, 22 de octubre de 2017
Himnos alemanes para empezar domingos
Ayer empezaron, los listillos, los zares de la concordia, los regaladores de consejos con su contubernio. Se les llenaba la boca, aparte de mierda, hablando de la constitución, de la de aquí y de la de Alemania, del 78 y de Weimar. Como si estuvieran esperando el momento, como si todo fuera as marcado en la baraja. Vivan los domingos. Vivan.
sábado, 21 de octubre de 2017
155
A lo que nos ha llevado el inepto de Rajoy es algo que no tiene nombre. Inepto es poco. No sé cómo definir a este tipo que dice que nos preside. A la deriva. Todo a la mierda. Todo destrozado. Y nos quejábamos de ZP. Lo ha hecho bueno. A él, a Rubalcaba, a todos. Vaya tela. Vaya país. Ni problemas constituyentes ni leches en vinagre. Elecciones. Primeras espadas fuera y nuevos cuchillos. Nuevos temas. Nuevas situaciones. Y todo lo demás, también.
viernes, 20 de octubre de 2017
¿Por qué ya no salen grupos como Australian Blonde?
No toca preguntar(se) por el desastre del Sevilla en Champions. Hoy vamos a asuntos más profundos...
jueves, 19 de octubre de 2017
Aunque los jueves esté encerrado...
...siguen sonando los Who entre tema y tema, entre bostezo y bostezo. Y que no falten.
miércoles, 18 de octubre de 2017
Entrevista a Ángel Calvo
martes, 17 de octubre de 2017
Suburra. Primera temporada.
Resulta que el mal es cíclico. Y suena de fondo el himno de Italia, y suena Roma, y suena el Puerto de Ostia. Y está el asunto de la familia. Porque todo, queramos o no, es familia. Vaya concepto el de familia. Me gusta lo que dice la RAE respecto a familia y viene a la perfección respecto a esta primera temporada de Suburra: "Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje". Colateralidad. O cómo diablos se diga vivir en un clan gitano en Roma del que quieres huir sí o sí; o bajo la tutela de un padre policía con el que no hablas; o tras una familia que no te deja respirar. Tres ases para una baraja en la que se juntan curas lujuriosos, mafiosos amantes de los caballos y el concejal de turno que en el pasado estuvo repleto de buenas intenciones pero las olvidó para caer en la más asquerosa de las dependencias (la corrupción política). Buen retrato el suburrístico. Muy bueno. La familia, las putas que llegan a la familia, la envida familiar, la cortesía olvidada, los vicios en el clan. Todo se repite y no hay nada nuevo bajo la niebla romana, antes y después de la llegada de los caballos, de las exesposas y de los arribistas. O tal vez, sí. Nunca se sabe.
Coda: Y que suenen teléfonos, y lleguen los parques y los uniformes y todo lo demás.
No he visto ninguna
Y sí. No me ha pasado nada. Aquí sigo, de momento. Me conformo con la música y con la conversación sobre tito Hans sobre su música.
8 horas
Para empezar a dejar de dormir definitivamente hasta junio. Veremos si el cuerpo aguanta. O tal vez, no.
domingo, 15 de octubre de 2017
sábado, 14 de octubre de 2017
martes, 10 de octubre de 2017
domingo, 8 de octubre de 2017
Himno de aquí a Navidad del 2017
Ángel Stanich lo ha vuelto a hacer: un himno de esos que no decaen, rey del medio tiempo más templado que en fiebres anteriores. Escupe fuego.
sábado, 7 de octubre de 2017
viernes, 6 de octubre de 2017
jueves, 5 de octubre de 2017
miércoles, 4 de octubre de 2017
Discursos, alumnos y todo lo demás
Resulta gratificante hablar del cuadro, de Carlos III, del día anterior en clase y que alumnos te respondan y que existan algunos que incluso te escuchan.
martes, 3 de octubre de 2017
domingo, 1 de octubre de 2017
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