"Estos días dormir es un lujo". Palabra de este gran tipo, único, inigualable, como es El Libanés.
Llegué a esta Roma Criminal, a esta primera temporada, por curiosidad. No me la esperaba. Y sí, ya me hubiera gustado a mí haber estado alguna vez en la banda liderada por el Libanés. El Libanés y todos los demás. Estos doce capítulos muestran a un personal que no duda en utilizar el plomo cuando hay que utilizarlo para convertirse en los reyes de Roma. No tienen problemas el Libanés, y Fabrizio y el Dandi. Ni enfrentare a quien tengan que enfrentarse. Pero el pasado es muy cabrón, y los tres, como el resto, pero sobre todo los tres, tienen problemas con el pasado. Con el cabrón del pasado.
Y es verdad que dormir es un lujo con tantos imperios que derruir. O heredar. El Libanés y su banda, o la banda, construyen y destruyen Roma a su antojo.
Pero Roma Criminal es la historia de Italia de las últimas 4 décadas: es la mafia, es Aldo Moro, es el atentado de Bolonia, es la asquerosa política, es la corrupción policial. En definitiva es toda esa mierda que tanto nos gusta.
Coda: Y de droga no puedo hablar, que no la he probado y no es plan de desenterrar al hombre de la camisa verde y preguntarle. O tal vez si.
En estos seis capítulos, los gamberros son un trimestre más cafres, un trimestre más salidos, un trimestre más de todo. Pues eso, Forever Inbetweeners.
No valen los trucos de magia en la Edad Contemporánea porque todo es mentira. En dos sentadas me he leído Las Hogueras Fosfóricas, que ha publicado Ediciones Baladí. No sé si tiene razón Rubén al decir que los pájaros se equivocan. No sé si sus vuelos son erráticos. Este es un libro de palabras. ¿Escogemos las palabras adecuadas? ¿Y quién entra a un chat erótico?
Me dio al principio un poco de miedo. Leí, con poca distancia entre ellas, palabras como nakshatras y behetría. Pero cuando Tristam y Marge empiezan a chatera, todo es cuesta abajo, como un jueves a las 3 de la mañana. Apariencias, malentendidos, malos funcionamientos, gilipolleces varias...
¿Vale la pena mentir cuándo no conoces a alguien? ¿Tan importantes son las apariencias? ¿Hemos hecho de la apariencia una rareza? ¿Por qué anhelamos cosas que no tenemos? ¿Por qué no nos conformamos con nada? ¿Qué más da 30 ó 40 años? Siempre recordamos a Braudel, a Febvre y a Bloch, siempre recordamos que le tiempo hay que medirlo por los cambios y no por la duración. Las Hogueras Fosfóricas es el estrés del siglo XXI, es la búsqueda entre las mentiras, o, como dice Rubén, "el silencio como una lluvia gris".
Cuando leí Contra el viento del norte (esa novela para mujeres que cogen medios de transporte aéreo), le achacaba la falta de velocidad. Un email parece prehistórico, un trozo de silex maltallado en mitad de la nada. En Las Hogueras Fosfóricas el chat le da la velocidad a unos diálogos que, puestos, puedes creer o no. ¿Pero la pregunta va más allá? ¿Cuánto mentimos al día? La respuesta es simple: mucho. A los demás, pero , sobre todo, a nosotros mismo. ¿Nos refugiamos en el lado oscuro cuándo estamos abatidos?
Y pedir perdón perdón no vale para nada. La fatalidad es la única lotería que nos puede tocar, lo demás son milongas. Pues eso, que si tenéis horita y media libre, aprovechad que siempre hay una hoguera que apagar.
Coda: Rubén, Jenna Jameson ya no se lleva. Toca actualizar. Para la segunda parte, si puedes, cambia a la señorita que más ha sufrido el dos contra uno (y no hablo de baloncesto [pregunta mítica que le hicieron a Kobe Bryant]) por Sasha Gray, la reina de la penúltima temporada de El Séquito y de Internet. Y todo lo demás.
¿Fue Lord Byron quién lo dijo? ¿Aquello de qué los Balcanes no tenían solución? ¿Tú no hubieras hecho lo mismo que Mladic? ¿No te hubieras cepillado a los musulmanes entre 16 y 60 años? Aquellas guerras trajeron estas Sbrenicas. Y todo lo demás.
"Ella es la chica mas guay del universo, siempre va enfundada en su chupa de cuero, es una inmigrante, viene de transilvania y a todo el cole...se le cae la baba... tiene dos colmillos y una piel blanquecina...es lo mas bonito que he visto en mi vida....es muy puf y se salta las clases,mi corazón hace boom cuando chupa mi sangre.
Ella es la vampira que cambió...mi vida... cuando un sábado noche me mordió en mi coche y ahora estoy perdido porque me he convertido en su amante clandestino, en su amante vampiro uououo..
Siempre de chanel de la cabeza a los pies...con sus duros tacones pisandome tiene un acento rumano y sensual, tiene fotofobia....ella es especial... me estoy desangrando pero soy tan feliz que podia morir ahora y aquí pues me siento dichosa al ver que tu me elegiste de entre todos los chicos ¡Ya nunca estaré triste!
Por las noches quedamos en el cementerio y hacemos el amor sobre las tumbas hasta ver el sol nacer y me sientooooo tan tan bieeeeeen....
Ella es la vampira que cambió...mi vida... cuando un sábado noche me mordió en mi coche y ahora estoy perdido porque me he convertido en su amante clandestino, en su amante vampiro uououo...ella es la vampira que cambió...mi vida... cuando un sábado noche me mordió en mi coche y ahora estoy perdido porque me he convertido en su amante clandestino, en su amante vampiro uououo". Pero la que nos interesa es la otra.
Ya están en las librerías, y, si no está, estáis tardando en pedirlo, Las Hogueras Fosfóricas, el último libro [por poco tiempo] de Rubén Castillo Gallego. A Rubén empecé a leerlo por las críticas que hacía en el suplemento literario de La Verdad, y, después, con esas curiosidades que tiene el reino valcarcil, nos encontramos a través de su blog y luego en una buena finca pasando una buena noche. Esta novela estoy obligada a leerla muy pronto aunque ahora tengo seis libros pendientes en mi mesa coja, entre partidos de NBA de ahora y de siempre y capítulos de The Inbetweeners. Y, por supuesto, docentes obligatoriamente, y, el resto también, leed (si, lo escribo terminado en dé), Las grietas del infierno.
Han cazado, cuando han querido según casi todos, a Mladic. Si no era entregado, Serbia podía seguir llamando al jodido timbre de la Unión Europea todas las veces que quisiera, que nadie iba a responder.
Mientras allí se mataban Europa y Yankilandia miraban las jodiendas con vistas a la bahía como si no pasara nada. Hasta que la sangre empezó a salpicar y hubo que intervenir, no fuera que la sangre salpicara. Y, un ejemplo, fue Sbrenica. Sí, otra fosa de terror. Otra más. Pero, sí siempre podemos ser nosotros un Mladic cuando la tormenta se pone jodida.
He tenido la oportunidad de ver en directo por la tele la rueda de prensa de Carmen Chacón en la que dice no a las primarias. Vaya marrón, por cierto. Nervios. Muchos nervios. Ojeras. ¿Días sin dormir? La pregunta del día es la siguiente. Si nos fijamos en la mano derecha de la ministra, ¿cuántas veces toca el pulgar el índice de su mano derecha? Cosas que pasan.
Puede que lo pensaras hacer alguna vez. Puede que, incluso, más de una. Pero casi 2.000 euros son una pasada. Una pasada de comer, por supuesto. Y todo lo demás.
Imaginaos a cuatro colgados de cualquier instituto. Vale, vale. No tantos. Sólo a cuatro. No están ni entre los más ni los menos. Hablamos de clase media. Y la clase media en masculino singular sólo piensa en una cosa. En una sola cosa. Y esa clase media son The Inbetweeners. Cuatro colgaos de mucho cuidado. Y muy peligrosos. Demasiado. La imaginación, como el pensamiento, es manifiestamente peligroso. Muy peligroso. Y los padres, peores que ellos. La verdad es que podéis verla perfectamente en una tarde de estas de calor, que no está mal sumar risas de vez en cuando. Y, por supuesto, nada de pretensiones. Para eso, podéis poner cualquier tertulia televisiva por la noche. Para reirte un rato, en plan adolescente borderline, The Inbetweeners.
Me he leído ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel gracias a Marina y Don Importante. En el prólogo, José Luis Sampedro lo deja bien clarito. El cambio de los últimos tiempos, de las dos últimas décadas hace que vivamos una vorágine sin precedentes. No sé si el Estado del Bienestar tiene los días contados. No lo sé. Los ejes del libro nos hace cuestionarnos la "democracia" actual.
¿Democracia? ¿Lo que tenemos es una democracia? ¿Por qué nos gobiernan los bancos y no los políticos de verdad? ¿Cuántos de nuestros políticos saben redactar un discurso en condiciones? ¿Cuántos redactar simplemente? ¿Por qué tienen los altos ejecutivos de los bancos esos sueldazos? ¿Tenemos que llevar a cabo la rebelión contra los mercados? ¿Cómo lo hacemos?
Siempre habrá dictaduras, siempre totalitarismos (no me voy a poner ahora a discutir la etiqueta de las dictaduras). ¿Por qué el 11-M ha llevado a USA a esta debacle intelectual? ¿Justicia en el siglo XXI? ¿Libertad en el siglo XXI? ¿Es posible? No lo sé. Contamos con la ventaja de Internet, porque los grandes medios de comunicación están vendidos a esos mismos bancos de los que antes hablaba. ¿Y por qué sigue existiendo terrorismo en el siglo XXI? Como dice Sampedro al final del prólogo, hay que recordar a líderes como M. L. King o Nelson Mandela, dos de los tipos que no me he cansado de repetir este año en clase.
¡Indignaos! se ha convertido en uno de los libros de cabecera de la revuelta de Mayo de 2011 en España. El libro habla de muchas cosas en pocas palabras, en tan solo 39 páginas. Hessel es un anciano. Un anciano. Nació en el año 1917 y con su biografía se podrían hacer varias teleseries de cojones. Y los abuelos saben mucho. Y, sí has luchado contra el nazismo, más todavía. Son continuas las referencias a la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que participó, recordando artículos como el 15 y el 22, y a la Resistencia francesa ante el nazismo. Hessel habla de luchar contra la derrota, de hacer ver al personal que hay que luchar. Pone al final el ejemplo de la franja de Gaza y lo que pasa allí aunque no se vea a diario en el telediario. Pues eso, a luchar contra la indiferencia, que ya falta menos para el verano. Y todo lo demás.
Esta tarde nos hemos acercado para ver al Real Murcia ganar al Lugo. Se ha sufrido más de la cuenta en la primera parte, pero es lo que toca en mayo. Sufrir.
Y tracas para todos, joder.
Del resto, mejor me silencio, que tengo bilis que sacar.
Buscad una tarde. Buscad media noche. Buscad 240 minutos. Se trata de una obra maestra. Una obra maestra. Sobran calificativos para The Crimson Petal and the White. Que si. Lo tiene todo. Y, encima, y a veces debajo, a Romola Garai, y tienes un ángel para ti.
Como si habláramos de una canción de Los Planetas, o de cualquiera, nos vamos al axioma eterno: "De la tortura a la felicidad". Nada es fácil en la vida. Nada. Y si vives en el Londres de 1874. Para Londres ya tenemos el London Gin, pero eso es otro cantar. Todo gira en torno a Sugar, el papel de Romola Garai. Prostituta con pretendientes pero con gustos literarios. ¿Incompatibles? Va a ser que no. Sugar lo ilumina todo. Y tiene pretensiones. No piensa vivir de por vida en el burdel de la chica de Expediente X. Pasa por varios estadios la buena de Sugar. De plebeya a Diosa. Pero los altares, con corsé o sin él son peligrosos. Siempre. Las ataduras no son buenas.
No he leído el libro Petálo carmesí, flor blanca, pero es que 1038 páginas son muchas páginas, pero la adaptación de estos cuatro capitulitos sea fiel, hay que leerlo por cojones. Sin duda. The Crimson Petal and the White es la lucidez de la lujuria, es la emoción de la literatura, es la pasión terrenal y oscura, es la inmundicia de la más asquerosa calle londinense, es la pintura y el jabón, es lavanda que entra como la seda, es la enfermedad más cruel, es la mierda humana, es la canallesca del alcohol y las drogas, es la lucidez de la niñez, es una América por descubrir, es la crueldad familiar, es la atadura más sangrante y un montón de emociones más. Sobre todo, emoción. Te tiene el alma en tensión, desde la muerte hasta sangre que llena pies y rodillas. Visión obligatoria, emoción obligatoria. Es verdad que el infierno es una cosa muy personal, pero las vivencias de Sugar son varios infiernos multiplicados y no siempre buscados. No todo es lavanda en la vida, hay veces que sin merecerlo nos encontramos con la nariz sangrante en primera persona del personal. Y todo lo demás.
Lo de esta noche en la ciudad del viento ha sido una demostración de poderío. Y cogiendo rebotes. La victoria de los Heat tenía un tapado: Udonis Haslem. Vaya mates y vaya tiros. Ahora toca ir a Florida, tomar mojitos y todo lo demás.
Es costoso de corazón ver algunas pelis. A veces no apetece. Acostumbrados a Dexter Morgan, a Tony Soprano, a Omar y McNulty, al profe de Breaking Bad, jode ver pelis que hablan sobre el desamor. Sobre la mentiras del bipartismo amoroso, que, a fin de cuentas, es como el político. ¿Reacción? ¿Amor burgués o amor real? Al final, todos son burgueses. No sé si Two Lovers es una buena película. No lo sé. Pero es el día a día, el sufrimiento, la paranoia, los pies húmedos, calles de vida y muerta, antologías vitales que no cesan, divinidades terrenales y todo lo demás. Y, el amigo Joaquín Phoenix y Vinessa Shaw. Y punto.
Y, como siempre, anillo y vino, de la mano. Siempre.
Y me he llevado una grata sorpresa. En uno de los tablones de una de las aulas, sobre el corcho, alguien había escrito "disorden". Desorden, he dicho. Mañana es 18 de mayo. ¿Alguien recuerda de quién era esa canción? ¿Quién murió un 18 de mayo? Me han contestado que Ian Curtis, de Joy Division. ¿30 años? No, 31. Llevamos 31 años sin Ian Curtis. Y todo lo demás.
Apuntad El globo de Hitler como una de esas lecturas de verano. Coged el boli rojo y subrayad bien esta novela de Rubén Castillo Gallego, que ya nos lo dejó bien claro con Las Grietas del Infierno, que yo me encargaré de los gintonics y las cervezas. Y todo lo demás.
Es lo que está cantando la gente esta tarde en Madrid y en otros muchos lugares. Así que ya sabéis, que el domingo no se os olvide. Lo ha puesto Marta Cambronero a través de su twitter.
Ser profesor es una profesión de riesgo, sobre todo si molestas. Pensar te mete en líos, les suelo decir a mis secuaces en clase. Y, si encima, llevas pantalones de maricón, pues claro, no encuentras trabajo. ¿Nos merecemos un gobierno que nos mienta? ¿Nos merecemos un gobierno?
Coda: Y, para pantalones, los que se le caían al cantante de Los Nikis.
Coda: hay que decirle a Jota y Manuel Ferrón que hagan una modificación en La Reina de Inglaterra. Ahora deben cantar "que viva la hermana de la mujer del nieto de la Reina de Inglaterra!!!".
En tres tardes me he acabado con Una semana en el motor de un autobús. La historia del disco que casi acaba con Los Planetas. El autor, Nando Cruz, me sonaba de un libro sobre Oasis. Es una obra sobre la gestación de un disco. Sobre lo que costó hacer un disco. Sobre los motivos jodidos de la génesis de un libro. Y Los Planetas de aquella época no eran todos los mismos que son ahora. El primer capítulo te ilustra bien lo que te vas a encontrar. Te vas a encontrar con momentos psicodélicos, te vas a encontrar con momentos únicos, te vas a encontrar con canciones maravillosas. Eso que quede claro. Si alguno no ha escuchado todavía Una semana en el motor de un autobús, que lo haga. Que lo haga ya. Que lo haga cuanto antes. Que lo haga incluso si quiere seguir leyendo esto.
El problema de estos libros es que tienes saber, a priori, de que va la cantinela; y saber un poquito por que derroteros han pasado Jota y Florent. He dicho antes que es un libro sobre la gestación de un disco. Sí. Pero también es un disco sobre la relación de los dos líderes del grupo, de Jota y Florent.
¿Qué hubiera sido de nosotros si no hubiéramos escuchado nunca una canción de Los Planetas? ¿Seríamos los mismos? ¿Entenderíamos el desamor de la misma manera? ¿Pasaríamos del cero al infinito de la misma manera? Pues va a ser que no. Imposible. Todos hemos tenidos días, muchos días en los que no sabemos como hemos llegado a casa. Todos hemos tenido lagunas en plan Mar de Aral. Todos hemos tenido semanas en las que no recordamos buena parte de lo que pasó de lunes a domingo. ¿Algún problema? Si alguien quiere pasárselo bien no hace falta que se vaya de crucero una vez cada dos años. No, no. Otra equivocación. Que disfrute el lunes. Y que lo haga el martes. También el miércoles. Incluso el jueves. Y el viernes. Y, como no, el sábado. Y, para acabar, el domingo. ¿Algún problema?
¿No te acuerdas de lo que hiciste el otro día? Pues nada, para adelante. Tal que así. Y, a veces solo vale escapar. Y desde ese punto de partida empieza el libro Nando Cruz, lo que él llama el “escapismo total” de Florent. Además de Jota y Florent, el libro habla con muchísimo detalle del resto de la banda, de Eric, de Kieran, y de los que entraban y salían, como Banin, Jesulín, y de los productores como Kurt Ralske, y de los que estaban en el entorno de la banda como David López, Paco López y todos los demás.
Los ejes argumentales son la relación de Jota y Florent, por un lado y la dicotomía entre arte y realidad a la hora de confeccionar una obra como fue Una semana en el motor de un autobús. En este último apartado, Nando Cruz incide en las opiniones de Jota sobre la renuncia a determinados derechos que tuvo que hacer una vez que un grupo indie como eran Los Planetas fichó por una multinacional. ¿Se puede estar en misa y repicando? Pues no lo sé, yo voy a misa y alguna vez me ha tocado repicar campanas desde 30 metros y sordo perdido, pero no sonaba ni Desaparecer ni otras joyas orgiásticas como ese Segundo premio con el que se abre el disco.
Desaparecer. El autor la utiliza como eje y guía de la relación de Jota y Florent. Florent, con ese escapismo, desaparecía y Jota esperaba para realizar su joyita musical. Aquí está una de las cosas que no me esperaba de este libro, como es la significación que se le dan a las letras.
Yo las entendía como ese desamor al que antes me refería. Y no. No es así. Según la tesis del libro, todo es mucho más complejo. Y no levanto más las sábanas porque la cama está muy bien hecha, y el quiera hacerlo, que la deshaga.
Habla Nando Cruz de esperas angustiosas. ¿Y cuáles no lo son? El problema de las esperas angustiosas es creer que se estén convirtiendo en agonías largas. Y ya se sabe, las agonías largas son las peores. Pero las mayores derrotas son las diarias. No se trata de ganar todas las batallas, ganando la guerra el sol vuelve a salir todos los días, salvo que no quieras que salga. Pesadillas alargadas hasta la desintoxicación temporal. ¿Protagonistas en primera persona masculino singular? Joder, pues va a ser que si.
De los entresijos de la lucha artista Vs compañía hay escrito un montón, pero no está mal recordarlo, pero a veces cansa (como todo en la vida). En fin, que para los que nos gustan, no está mal leer sobre ellos. Para el resto, no lo sé, pero tampoco me importa mucho.
Coda 1: el 11 de mayo de 1998 se publicó el segundo sencillo de este disco, Cumpleaños total. Curioso, que no casual, que las casualidades no existen. Coda 2: este disco, después de muchas vueltas me lo regaló el hombre de la camisa verde. Era el tipo que se sabía los Campos de Morsas Esférica desde la ce hasta la a, el muy cabrón.
No los vi en el SOS 4.8 pero hoy me lo han recomendado en clase. Habrá que escucharlo entero, y, si puede, sacar alguna conclusión. Al final no todo está podrido en Islandia, Portugal y Grecia.
Hay veces que no te esperas un final, pero los finales, felices o no, llegan. Siempre. Y, en mitad de la tormenta, cualquier cosa es posible. Cualquier cosa.
Si tenéis 5 minutillos podéis leer el interesante artículo de Puertatrás acerca de Bin Laden y la libre expresión en la NBA. A veces es mejor estar calladito si quieres seguir haciendo tu trabajo, porque una cosa es pensar y otra cosa es decirla en voz alta en Yankilandia.
Lo primero es que suena Loquillo, y, se parece demasiado a Memoria de jóvenes cansados. ¿verdad? Es cierto que no está Epi, no está Solozábal, no está Jiménez, no está Manolo Flores, pero se parecen.
Crematorio es la corrupción urbanística. Es un lugar concreto, pero podría ser cualquiera de la geografía española. Cualquiera. Como diría Estadella, o sus predecesores en el 1,2,3, díganme por cincuenta céntimos de euro el nombre de un municipio español con expedientes por asuntos urbanísticos. Por ejemplo... Ejemplos hay miles. Miles en España, seguro.
Y aparecen el promotor urbanístico, la familia del promotor urbanístico, los socios del promotor urbanístico, la mafia rusa relacionada con el promotor urbanístico, el alcalde sobornado por el promotor urbanístico, el concejal de urbanismo utilizado por el promotor urbanístico, el asesor del concejal de urbanismo también untado por el promotor urbanístico, todo el grupo de secuaces, el abogado del promotor urbanístico. Y, todo ello, entrelazado con arte, drogas y relaciones personales. ¿Vale?
¿Pero cómo se lleva eso a la ficción en vergel zapateril? ¿O deberíamos situarlo en el descampado aznarista? Da lo mismo la fecha. El problema es que las referencias que vemos a ciertas series de la HBO son demasiado evidentes. Enfermedad, hospital, ajuste de cuentas, prostitución... Y familia. ¿Se creen que pueden hacer Los Soprano? ¿La quinta temporada de The Wire? Y cositas de otros muchos sitios más.
Yo le hubiera puesto un poco más de Oz, no hubiera estado mal. La verdad es que no hubiera estado mal. Y aparece ese crack que es el estudiante, también conocido como Pepe Sancho.
Pues eso, que 8 capitulitos no son nada, y veréis reflejado a vuestro concejal favorito, porque está claro: ¿quién le ha dicho a una concejalía de urbanismo que no? Pues eso.
Ahora que ha descargado un ratico, apetece buena música prepartido y buena música postchaparron. Y ya he hecho lo que hay que hacer un buen día de lluvia. Espero que mañana arrecie. Y todo lo demás.
Ahora que se acerca el 22, y no me refiero al Dúo Sacapuntas, espero que tengamos en cuenta los brotes verdes y todo lo demás. Excelente lo que leo en La Huella Digital.
Yo celebro, siempre en la intimidad, escuchar un buen violín, pero hay que cosas que no se pueden celebrar. Las obligaciones no se celebran, se sufren.
¿Y tú qué piensas de Bildu? Hay distintas opiniones, pero mi opinión es que no tengo opinión. O tal vez la tenga y no la piense, porque al final pensar siempre te mete en líos. Pues eso, opiniones varias.
Y como no me gustan las sardinas, ni los lenguados, ni los que tienen ojos de lenguados, he recordado algo que no había que olvidar. Y parecía ayer cuando la vi por primera vez.
