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jueves, 25 de febrero de 2010
El pintor de batallas.
Relectura obligada de El pintor de batallas de Arturo Pérez-Reverte. Lectura obligada antes de Asedio. Muestra su pasado en las guerras, pero en la persona de un periodista gráfico. Un fotógrafo, vamos. Y una foto en la guerra de los Balcanes, la guerra de la desintegración yugoslava, tuvo consecuencias. ¿Pero es que hay algún acto que no tenga consecuencias? El fotógrafo hastiado de la vida tras la muerte de su musa se refugia junto al Mediterráneo recupera una de sus pasiones juveniles, la pintura. Pero no cualquier pintura, bucea en el pasado pictórico para hacer una gran pintura bélica, resumen del odio vivido, sinopsis del odio fotografiado, esquema del odio humano. Las putas repercusiones, la videncia, la venganza, violaciones una y otra vez, hoteles sin luz ni agua, abandono y desamor obligado. El pintor de batallas, a pesar de esa imagen sanguinaria y, a veces, desagradable, es un manual de Historia. ¿Qué diferencia hay entre Poitiers y Sarajevo? ¿Qué diferencia entre las Navas de Tolosa y Sbrenica? Puedes vivir junto a alguien durante décadas, pero el odio está ahí. La diferencia puede salir a relucir en cualquier momento. ¿Y no has deseado matar alguna vez? ¿Seguro? Sí, a ese de religión diferente, a ese de color distinto, a ese de camisa blanca de domingo. El infierno es ahora, y desearía matarte. Y muerto el perro, no hace falta veterinario. Y los que están en ese cementerio, en esa fosa común que está en cualquier parte, no importan. Sí, no importan. No importan porque todos murieron. Grandísimo el personaje de Ivo Markovic, ejemplo de tantos que sufren la guerra en primera persona masculino singular. El problema de las guerras no es morir, es quedarte solo. Y todo lo demás.
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6 comentarios:
Intentare no ponerme una camisa blanca en domingo, no sea que te entren ganas de matarme.
De lo mejores libros que me he leido.
;)
Cuánto puede escocer la lucidez
Qué razón tienes Rubén, la jodida lucidez.
Sobre todo la lucidez del que está en posesión de la verdad. Qué suerte, qué envidia
Analségico vs anestésico... se reduce todo a eso.
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