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sábado, 3 de marzo de 2018
Mañana me largo de aquí
Empieza Mañana me largo de aquí de Santini Rose con Vivo en el 86. Y para empezar, bofetón en la cara recordando a Raúl Bravo. No a Raúl del aguanís, no al que debutó con Valdano en Zaragoza, no el de las Champions del 98, del 00 y del 02. No. Del otro. Del lateral, el que se fue a Grecia. De Raúl Bravo, bautizado por algunos como el nuevo Roberto Carlos. Ni hablar. Cuando en las guardias empiezo a hablar de fútbol y funciona el ordenador de turno e internet y vemos videos de aquel Real de Zidanes y Pavones, de Queiroz y las lágrimas de Rubén, y Borja, y aquella historia que nos vendieron con los galácticos. Vaya historias me acaba de hacer recordar Santini Rose. Por cierto, sin sin ver Los Odiosos Ocho. Y me hace recordar no solo a aquellas plantillas y los cambios de entrenador por Santos Inocentes (una banestada, ni más ni menos), y a Branderlei Luxemburgo, a López Caro, a García Remón... Vaya tela. Digo que me hace recordar la primera pieza, Vivo en el 86, el tiempo pasado en el que ibamos al cine y hacíamos experimentos con botellas y frigoríficos casi vacíos. Y sí. Siempre se encuentra algún litro entre tantas telarañas dentro del Balay de turno. Ahora no; los LG son unos frigos bestiales, y vienen sin telarañas. Pero ese es otro berenjenal del que hablaremos otro día. ¿Es nuestro plan A el que siempre se lleva a cabo o uno alternativo se convierte siempre en infinito? ¿De verdad que los mocitos felices multan a erasmus borrachas de las que salen en las canciones de Fran Fernández? Va a ser que si. Casi siempre. Y si, como casi siempre alguien, antes o después, hace referencias a berenjenas, o pies que se convierten en berenjenas, o piernas color berenjenas como al gordo de la bici que saludo todas las mañanas en la Glorieta de España y que baja a cagar al parking que contiene restos de la muralla mursiyística. A lo que iba, que suben los impuestos. Y no: no puedes fiarte de un peronista que vende carne donde no hay carne. A todo argentino le toca su Videla, antes o después. Y sí, a mi también me pasa en el Huerto de San Blas: los de la manguera te mojan, y no levantan la cabeza, y te cagas en sus muertos más frescos y les da igual o no te oyen o no sé. No sé. Y no. No he acabado rodeado de gente como McNulty. He acabado rodeado de gente mucho peor que McNulty. Desgraciados, con y sin despacho, hay muchísimos. Más que piedras. ¿Somos más de Daltrey que de Townshend? La segunda pieza de este puzzle se llama Es porque no son mis amigos y empieza con referencias a una Rieju. No. A unas Vespino, no. A la Derby de 49, tampoco. Ya no hay ángeles ni nietos (o tal vez, sí). Tampoco demonios. Solo infierno. "Como si de pronto fueras Cassano". Casi nada. No hay comparación igual a esa. Como Cassano, ese ser de aspecto altamente sospechoso al que el ombligo le podía pegar en la napia mientras intentaba correr de blanco. Y Raúl aguantó a todos estos. Y los retiró a casi todos. Y si: en esta segunda pieza aparece la referencia a Queiroz. No es casualidad. Las casualidades no existen. La primera vuelta de Queiroz fue buena, pero de eso no nos acordamos. O no queremos acordarnos, que no es lo mismo. Tampoco de aquella final de Copa del Rey (sin pitos, que todavía no estaba Echenique por tierras de Alfonso I el Batallador reconquistando Zaragoza). Siempre hay un 1118 y siempre hay alguien diciendo que Queiroz era muy malo y que debió quedar(se) de segundo del United con Ferguson. Siempre la misma cantinela, siempre escondiéndote en el quiosquio del tío para robarle mierdas varias. Y yo que pensaba que los de Fuente Librilla hace unos años iban al instituto de Alhama y no al de Mula... Siempre errando, siempre gerundirizando el error. Hermanos que no van a ningún sitio... según los padres. ¿Y para qué queremos ir a otro sitio? ¿Qué tiene de malo hacer una vida propia? Y no me acuerdo de ninguna canción de Pavement. ¿Murcia es un agujero negro? ¿El Segura es mierda pura? ¿Por qué nos rebajamos ante las 3 sectas peligrosas? Nombre de la tercera pieza (no sé si es de esquina, lateral o central), Esto es raro. Como cualquiera de mis días ante tanta peste y tanta mierda. Todo es raro. Una Sandra y dejar(te) tirado en mitad de ningún sitio en la capital del reino valcarcel. ¿Volverá a ser Sean Connery presidente de la CARM? Si vuelve, que mejore los autobuses y los trenes a Cartagena, que ya está bien de sufrir. ¿Range Life era de Pavement? Mejor no pensar a estas alturas del horario de autobuses. Crespillos. ¿Por qué no se habla de los crespillos fuera de Cartagena? Puentes nuevos, puentes viejos, bandas llamadas Nuevo Régimen. ¿Para qué otro nuevo régimen si podemos seguir estudiando a Artola y al Antiguo Régimen? Y sí, ahora más de uno habla del Cartagena de Monteagudo y su posibilidad de ascenso, pero algunos todavía recordamos al de Aranguren (aquellos dos últimos partidos de liguilla necesitando un solo punto) o el de JIM al que Samper le abrió la puerta de Nueva Condomina para que los del puerto ocuparon nuestros asientos de abonados. Volver a casa no es una decepción, es otro paso más. El conductor de la ruta que tarda 35 minutos entre Murcia y Murciapuerto tiene pinta de Ian Curtis pero no suena Atmosphere en esos buses que enchufan los estudiantes para cargar sus celulares y que apesta a todo lo apestable desde las siete de la mañana en adelante. Esos autobuses nacieron oliendo mal. Tampoco suena el Desorden de Los Planetas. Y siempre es difícil elegir en el supermercado los macarrones, los tallarines y cualquier producto de pasta que acabe en ese. Tanto o más, por cierto, que las cervezas con infinidad de consonantes, como bien recordaba siempre Alfredo Díaz. Y Boyero, como a casi todos, nos gustaba más cuando estaba en El Mundo. Arrebatos tenemos todos, incluso el de enamorarte de una erasmus más o menos ebria, más o menos con nombre rara, más o menos prima de los hermanos De Boer. Y no todos en Murciapuerto creen que hay futuro más allá de Marrajos y Californios. No. Difícil elección. No digo más de las últimas 5 páginas de esta tercera pieza, porque son una ilustración de los que nos pasó, de lo que nos está pasando y de lo que nos pasará. Todo es mentira pero hay 150 líneas que son verdad. O casi verdad. Leed, pijo. Bueno, abro un (mini)paréntesis. Roberto Martínez hizo muy bien vendiendo en ese preciso momento a Fellaini al ManU, y por ese precio, que al nivel que estaban Barkley, Mirallas y compañía el Everton hizo un temporadón bestial (no sé si Paul Preston pensará lo mismo). La siguiente pieza empieza hablando de trabajos y ocupaciones y se llama poca cosa. Y omite que los entrenadores son como los profesores y los médicos: un mal necesario. Y, en muchas ocasiones, equívocos inenarrables. Más de uno (antes de Alsina) habla de la experiencia mística de ir al FNAC gabacho novocondominero (sólo he ido una vez) y de subir en el tranvía de Plaza Circular (solo subí el día del Bando de La Huerta de 2010). Vaya experiencias. De dodot para arriba. Tampoco sé si es buena idea hablar de Don Draper y de H.S.T. en un relato, pero el intento es decente, de no engañar, no es pacojemezismo. Y únicamente he escuchado a los Housemartins en un bar de Murcia, solo en uno y varias veces y gracias a la lista de Pachi en El Sur. Y si aparece Kiko Amat y Cosas que hacen BUM sabes que el asunto no puede acabar bien. Y el chándal samperista y sus secuaces de faro roto y solo falta que Astrud te diga que te he están soltando de lo lindo. Una paliza de las de toda la vida. Aunque ahora que todos critican a Amat por escribir sobre esos ladrillazos que nos obligaron a leer, hay que volver a reivindicarlo por su fluidez y sus cuitas cotidianas, y recordar Rompepistas y todo lo demás. El puzzle llega a su ecuador (¿o era trópico?) con la pieza titulada 324. ¿Quién guarda litros vacíos de ambrosía de Espinardo? ¿Con qué motivo? Si Os Resentidos cantaban a la Galicia Caníbal, Santini Rose hace un viaje por la capital del exsultanato de Sean Connery, y por su ruta pasa por La Merced, pasa por Santo Domingo, pasa por Obispo Frutos, pasa por Victorio, pasa por Doctor Fleming (pero se olvida de ir Mirando al suelo y Antonete Gálvez), y recorre en su ardiente oscuridad de fuego Repúblika (Trocadero de toda la vida) y Revólver y REM, e Ítaca y el Zalaca antes de ser Circus y también incluso González Adalid y las gaviotas sufren el fuego como si no hubiera mañana. Y el fuego bíblico se extiene a los barrios y plazas y pensar que los sueños se hagan realidad. Si Ciudadanos es el partido más votado en unas elecciones en Cataluña, cualquier asunto es posible. Cualquier. Cualquiera puede ser MLK y darle al botón del sueño. 324 es desesperación y recordar cuando las cervezas eran innumerables, cuando las copas se multiplicaban por distintos números primos distintos de uno, cuando todo era de otro color diferente al rosa y al negro. Pero vuelves y todo es la misma mierda, la misma glasnot en los mismos bares tan inepta como casi siempre. No conozco pistolas ni revólveres ni armas cortas ni largas. Solo una vez entré a la segunda de esa lista y fueron 10 segundos de un olor inaguantable. ¿Reptilia por delante del Last Nite? No lo sé, difícil elección. Y una habitación del antiguo hospital, hoy con paredes barnizadas con la gran mentira, junto al Club de Tenis. La 324. Mentira sobre mentira, y quien esté libre de mentira, que calle ahora o vuelva a la crisis de los 40. Hablar de extremos canteranos, hablar de la lesión con la sub21 de Álvaro Benito en la primera etapa capelliana en la capital, hablar de Paco Llorente Gento y del nuevo Llorente aunque no sea extremo y lo Vitoria fuese una excepción prezidanística. Y falta resolver una duda prehospitalaria, hospitalaria y posthospitaliaria: ¿son peores los domingos por la tarde o los lunes por la tarde de invierno? Bajando a territorios australes de Mañana me largo de aquí (se) llega a la siguiente pieza puzzelística, titulada Es lo de menos. No sé si alguien se peina ya como lo hacía Figo o Don Draper. No lo sé. Cerrando el puzzle llega Algo movidico, una escena semicotidiana de Navidad y gintonics. ¿Mentiras más gordas que Sierra Espuña? ¿Desde cuando? Y no. Nuestra vida no es la de American Beauty. La siguiente pieza se titula No hay más que hablar y trata de ínfulas de escritores, de semanas eternas, de aguanís y referencias a profesores y bares de la capital del reino de Fernini. La penúltima pieza tiene el nombre de ¡Oh, Alice!, habla de futuros inciertos, de conversaciones fraternales, de bares y amor a primera vista. La última pieza de Mañana me largo de aquí es No te preocupes, Craig Dermody y tiene una letra mayor y unas pretensiones de acabar con énfasis. Ya lo dice el viejo manual del DJ: Hay que empezar fuerte y terminar de manera reinante. Escribe Santini Rose en este último relato sobre frustación e ideas yermas, asuntos que se quedan en la autovía del bancal y que no llevan a ningún sitio. Y no es Vieja Condomina, es la Condomina. La de toda la vida. Amistad, frases reconocibles, cerveza y pizza. El sueño de todo heterosexual antes de la derrota de lo cotidiano. Huir o quedar(te) definitivamente en Murcia. Escapar de una vida de sueños inacabados y cerveza que sigue teniendo muchas consonantes. Y dar(te) cuenta, otra vez, que ya no quedan rebeldes como tú, que todo el mundo habla de hipotecas y escucha Onda Cero y que no tienes amigos como los de antes, únicamente tipos con los que pasas ratos. Y todo lo demás, también.
Coda: Una de las pegas que le pongo al libro es el orden de las historias. O, como diría el hombre de la camisa verde, el (des)orden de todos los días. Debe ser difícil la elección, pero el (des)orden de los relatos si altera el producto, aunque leídos espaciados en el tiempo. ¿Qué sería de Una semana en el motor de un autobús si no empezara con Segundo premio y terminara con La copa de Europa?
Coda 2: La lectura de Mañana me largo de aquí fue completada con Jerry García y sus secuaces de fondo.
Coda 3: ¿A alguien no le satisface la fiabilidad de Modric?
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2 comentarios:
El orden de los factores no altera el producto.
En los libros y en los discos es importante el orden
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