“Sólo beber sin prisas y esperar”. Eso escribe Carlos Salem en una de las últimas páginas de Matar y guardar la ropa. Sabia elección, sabia decisión. Lectura tibia para engendrar malas conciencias, para un verano antiesquimal, para una somnolencia paranoica. Los personajes de esta novela son hijos de necesidades escogidas, de engaños permanentes. Porque todo en la vida es mentira. Todo es mentira. Los techos tienen falso techo. De las molduras y escayolas, mejor ni hablar. Ni de la leche desnatada, ni del puto café descafeinado. Nada es verdad. Y cuando nada es verdad, cuando vives en la mentira, resulta complicado relacionarse con la familia, con los amigos, con los compañeros de la Empresa. De la Empresa con mayúsculas. Porque siempre hay una empresa que nos controla, siempre un jefe por encima del Jefe. Hay Jefes con mayúsculas y jefes con minúsculas, y una botella de Four Roses esperando detrás de la barra de este bar. De de ese bar. Será por bares. Siempre hay bares, incluso en un camping nudista en Murcia. En Murcia tenía que ser. En Murcia y Cartagena, y todo metiendo a un superjuez por el camino [tiene narices la cosa, pero el Word lo cambia por supernuez; a partir de ahora será siempre el supernuez]. En fin, que hasta el Arregui que ya hemos conocido a través de Pero sigo siendo el rey, muestra aquí sus características primigenias. Siempre es el momento de hacer. Sentimientos, engaños, desamor, deseo, anhelo, esperanza y todo lo demás. Aunque todo sea mentira, mercancía mentirosa. Pues a esperar y a beber. Con o sin prisas. Será por bares.
¿Y el supernuez no era yo?
8 comentarios:
Demasiado negativo para ser jueves!Dame un tiempo y empezaré a darte la razón.
Compañero, el que escribe, que es muy de lengua de serpiente, prefiero las alegrías en el resto, aunque algunas veces me identifique con lo que dicen en cuantas palabras duras se refiere.
Saludos
Hombre, yo tomo un café sensacional, jajjaj. En una cafetera divina de la muerte que me compré.
Sí, vivimos rodeados de mentiras, es cierto, pero hay pequeños destellos que lo hacen todo más llevadero.
Hace unos días, mi hermana y yo estuvimos hora y media con ataques de risa viendo por la tele la esperpéntica Dirty Dancing: Havana Nights. Cosillas así, compensan.
Hoy está usted existencialista y me encanta cuando se extiende, busque y relea "La Naúsea" de Sartre, amigo.
En mi Show de Truman particular, los Led Zeppelin me parecen increiblemente reales.
Beso.
Que bonitos son los blogs con Led Zep.
¿Hay que vestirse para entrar al bar del camping nudista ese?. Y lo más importante: ¿Hay camareras?.
En Murcia hay bares hasta debajo de las piedras.
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