¡Indignaos!

Me he leído ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel gracias a Marina y Don Importante. En el prólogo, José Luis Sampedro lo deja bien clarito. El cambio de los últimos tiempos, de las dos últimas décadas hace que vivamos una vorágine sin precedentes. No sé si el Estado del Bienestar tiene los días contados. No lo sé. Los ejes del libro nos hace cuestionarnos la "democracia" actual.

¿Democracia? ¿Lo que tenemos es una democracia? ¿Por qué nos gobiernan los bancos y no los políticos de verdad? ¿Cuántos de nuestros políticos saben redactar un discurso en condiciones? ¿Cuántos redactar simplemente? ¿Por qué tienen los altos ejecutivos de los bancos esos sueldazos? ¿Tenemos que llevar a cabo la rebelión contra los mercados? ¿Cómo lo hacemos?

Siempre habrá dictaduras, siempre totalitarismos (no me voy a poner ahora a discutir la etiqueta de las dictaduras). ¿Por qué el 11-M ha llevado a USA a esta debacle intelectual? ¿Justicia en el siglo XXI? ¿Libertad en el siglo XXI? ¿Es posible? No lo sé. Contamos con la ventaja de Internet, porque los grandes medios de comunicación están vendidos a esos mismos bancos de los que antes hablaba. ¿Y por qué sigue existiendo terrorismo en el siglo XXI? Como dice Sampedro al final del prólogo, hay que recordar a líderes como M. L. King o Nelson Mandela, dos de los tipos que no me he cansado de repetir este año en clase.

¡Indignaos! se ha convertido en uno de los libros de cabecera de la revuelta de Mayo de 2011 en España. El libro habla de muchas cosas en pocas palabras, en tan solo 39 páginas. Hessel es un anciano. Un anciano. Nació en el año 1917 y con su biografía se podrían hacer varias teleseries de cojones. Y los abuelos saben mucho. Y, sí has luchado contra el nazismo, más todavía. Son continuas las referencias a la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que participó, recordando artículos como el 15 y el 22, y a la Resistencia francesa ante el nazismo. Hessel habla de luchar contra la derrota, de hacer ver al personal que hay que luchar. Pone al final el ejemplo de la franja de Gaza y lo que pasa allí aunque no se vea a diario en el telediario. Pues eso, a luchar contra la indiferencia, que ya falta menos para el verano. Y todo lo demás.