Hace 52 minutos
viernes, 24 de junio de 2011
El beso
No me refiero al de tito Gustavo. No. Klimt lo dejamos para otro día. Tampoco al de Judas, el de todos los días. No, me refiero al beso de Vancouver. No hay nada como una derrota en deporte para provocar estas cosas.
Pues nada, velocidad.
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3 comentarios:
Muaks,muaks,muaks.
y es que hay besos no parecen lo que son...
saludos
nada es lo que parece
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