Hace 4 horas
jueves, 2 de enero de 2014
Las clases ociosas
De mañana en mañana, de tema en tema, con el ruido de fondo de la hormigonera asesina que el concejal de turno ha empleado a sus amigos constructores, aparecen ante tímpanos ociosos himnos con los que ilustrar con palabras el estado actual de la cuestión. Y todo lo demás.
“Las clases ociosas nos dicen que debemos
darles las gracias
no nos lo dicen, más bien nos lo mandan
gracias por cualquier trabajo basura
gracias por las hostias, gracias por la usura.
Ante ti me arrodillo y me doy golpes de pecho
gracias oh gran jefe, tú eres tan bueno.
Ante ti me arrodillo y me doy golpes de pecho
gracias oh gran jefe, tu dios es tan bueno.
Tu dios es dorado, tu dios es verdadero
tu dios es mi dios, nuestro dios es el dinero.
A ver qué tal se te da tragar monedas de dos euros
así hasta el millón, y flotar, y nadar
en alta mar
con ellas en el cuerpo.
Las clases odiosas nos dicen que debemos
darles las gracias
no nos lo dicen no, más bien nos lo mandan.
Claro que sí, vuestra mierda nos la comeremos.
Lustrar vuestros zapatos con la lengua
es más, mucho más, de lo que merecemos.
Y gracias por los desahucios
gracias por los bonzos, por todos los suicidados.
¡Cada cuatro años os votamos!
¡Cada cuatro años os votamos!
El poder es lo vuestro, para nosotros
algo ajeno.
Y si nos mandáis morir de hambre
será porque adelgazar es bueno.
A ver qué tal se os da alimentaros
sólo de billetes de quinientos
y tragar, y acumular, y cuando llegue el momento
de cortar, de rajar
de ver qué tenéis dentro...
¡los que comen caviar
nos mandan comer cerdo!
¡los que no paran de mentir, de hablar
nos mandan callar...
callar o caer muertos!”
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2 comentarios:
Es desagradable la letra. Aunque a veces la realidad también lo es.
Habla de mucho y de ahora
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