Lucha de gigantes.

En el curso 2006-2007, una excompañera, para más inri de música, me dijo que había ido a ver a Antonio Vega. Me dijo que lo habían tenido que llevar tomado al taburete en que cantó. ¿Y qué? Esa fue mi respuesta. ¿Y qué me quieres decir con eso? Eso fue lo que realmente pensé. Estamos en un país en el que juzgamos a todos por la fachada, por lo que se bebe, se fuma o lo que sea. Y el problema es el olvido. Si hoy, la mayoría escucha música de los 80's es porque, como dijeron un día en El mundano, se está haciendo negocio de la nostalgia. Y, no nos engañemos, la gente menor de treinta años ha dejado de escuchar la radio y ver la tele. Todo es ordenador. Y lo de ayer, para esta gente (estoy cometiendo la gran torpeza de generalizar, pero estoy día a día con cientos de individuos nacidos en los 90's y la mayoría cumplen el perfil) es caspa recalcitrante. Pero es que me estoy largando de rama en rama. Que juzgamos a la gente por su vida, no por su arte. Pero que yo sepa Antonio Vega no ha matado a nadie. Simplemente era un crack de la música. Pero siempre nos quedamos en lo mismo. En fin, que quizás sea yo el equivocado. Recuerdo que, al poco de morir Carlos Berlanga, se recordó en la prensa una anécdota. Alguien, en algún foro, poco antes de morir, había hablado de su aspecto. Él contesto que seguro que había vivido mucho más que esa gente que vegeta por la vida. Y, a ver si aprendemos de la Escuela de los Annales, que siempre nos dijo que hay que medir el tiempo por los cambios y no por la duración. Y una vida de 40 tacos puede tener mucho más que esa que se mea en los tobillos en los 80 y a la que limpia el culo un tal Rodrigo Teodoro de Jesús. Pues eso. Como yo no tengo sensibilidad, o eso dice la gente, dejo a la opinión de dos soles como Eva y Mar. ¿Qué más podría yo añadir? A sí. Que siempre le tildan de siniestro, triste y de todo lo demás. He visto cientos de veces este video de El Sitio de mi recreo con Emilio Aragón. Eso es vida. Hace unos días puse este video que aparece en 24 Hour Party People, que era el que recordaba Tony Wilson cuando le hablaban de la tristeza de Ian Curtis. Pues eso. Y que. Menos mal que las vacaciones, como ese himno de Berlanga, están cerca.