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jueves, 27 de octubre de 2011
Breaking Bad. Cuarta temporada.
Recuerdo cuando Andrés Montes canturreaba aquello de "que verde era mi valle". Y, yo, añado, y que bonitos los lirios del valle, y la ricina y todo lo demás. En esta cuarta temporada, a pesar de que los inicios van ralentizados, vuelve la sobriedad azul, incluso en plan zafiro. Pero la cuarta temporada de Breaking Bad es un paso adelante, una opción en la que ya no hay vuelta atrás. Si hace falta fuego, habrá fuego; si hace falta muerte, habrá muerte. Todos, antes o después , sacamos nuestro lado cabrón cuando hace falta, pero hay momentos en los que siempre has de ser un cabrón. Un puto cabrón. Lo importante es la supervivencia, lo demás es básicamente prescindible. Y si tiene que salir un ratatatata, que salga. Y punto.
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4 comentarios:
Defenderé hasta la muerte mi derecho a ser un cabrón, el derecho a que tú, ese y aquél quieran ser más cabrones que yo. Lo que no entiendo es de donde sacáis tanto tiempo para ver tantas series.
Yo lo flipo.
Necro, a mi me falta mucho tiempo, y últimamente veo pocas series. Y me encanta ser un cabrón.
"En un país de garrulos, el cabrón es el Rey"
La cuarta de Breaking Bad es una pasada... el final es la rehostia.
Mañana Kaiser Chiefs llueva o no, copón. Lo que no sabía yo es que salen a las 12 de la noche, tio... habrá que hacer tiempo porque a los otros paliceros no tengo ganas de verlos (habrá que hacer tiempo en... ¿uno o dos bares, por ejemplo?).
Paco, alimentar el hígado es una obligación y en el reino valcarcil, más aún. Ayer empecé a ver The Shield, tela marinera también.
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