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jueves, 22 de junio de 2017
Better Call Saul. Tercera temporada.
Todo es mentira en la vida. Todo es mentira en la vida del falso Saul. Todo. Se junta todo. Dramones. Enemigos en casa. ¿Son solo tres series en una o son más? Demasiadas historias en la tercera temporada de Better Call Saul. Al igual que en la tercera temporada de Fargo, la relación entre hermanos es el eje central de la historia, pero hay muchas más historias. No vale el pasado. El pasado es ahora. Y está aquí. Haciendo anuncios. Baterías en bolsillos. Juicios. Papel de los de toda la vida. El morigerado de turno, el criado bajo manto de rico, el más o menos posicionado no sufre; los que se buscan la vida, hacen lo imposible, posible, pierden. Siempre pierden. No llegará el día. No llegará. En mitad de esa lucha, en mitad de la pastilla cambiada, en mitad del taller paterno, en mitad del cobro del día, en mitad de las paredes de madera arrancadas, sale una luz: victoria, derrota, utopía. Saul sin tilde para sus amigos va cambiando, paga su servicio; su hermano, cobra a lo grande por el agravio. Las otras dos patas de la mesa, siguen su guerra. Cuatro series en una, cada momento a su lenta velocidad, cada uno estima un estado, una ilusión, un dolor tras un accidente, unos folios en mitad del desierto, unas zapatillas colgadas en un cable, un paso fronterizo donde parar, un bufete que controla tres estado. Siempre hay un 18 de julio para empezar una nueva historia que se hará vieja. Siempre hay un dinero que invertir. Siempre un sufrimiento para conseguir algo. Siempre. El problema es saber plasmarlo, moldearlo correctamente para expresarlo con imágenes, con palabras y, de vez en cuando, con la música adecuada. Y no siempre esa música es celestial. Y todo lo demás, también.
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2 comentarios:
La frase todo es mentira no tiene sentido.
Depende del contexto
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