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jueves, 2 de mayo de 2019
Senna (el documental)
Por los 25 años de la muerte de Ayrton Senna se emite por televisión el documental sobre su llegada y ascenso en la Fórmula 1. Me acuerdo de aquel domingo viendo la carrera a la hora de comer, con la emisión de Telecinco de fondo. Como si fuera ayer. Vaya día. Empieza el documental con competiciones de kart, con sus padres. Y empieza hablando de Dios. Y empieza fuerte a partir de 1984, con Prost desde el principio. Nos lleva el comienzo de la historia a Mónaco. A un 3 de junio. Sexta carrera. Desde el puesto 13. Lluvia. Adelantamientos y lluvia, hasta Nigel Mansell. Y se finiquita la carrera en la vuelta 37, segundo Senna, Prost primero. Dijo Senna al respecto: "La F1 es política". De ahí al 85. Cambio de escudería y llegada a Lotus. Otra vez vuelta en el documental a la familia. Segunda carrera del año. 21 de abril del 85. Lluvia otra vez. Vencedor en Estoril. Palabras textuales de AS: "Esto es como una droga". Y los títulos de Prost del 85 y 86. Habla el documental de Prost como el profesor, siempre con la calculadora en la mano para las cuentas y ser campeón. Y juntos Prost y Senna con Ron Dennis en McLaren, la lucha en casa (como luego vimos con Hamilton y Alonso, y después con Hamilton y Rosberg en Mercedes). Los dos gallos en el mismo corra. Y gallo contra gallo, vamos a un 14 de mayo del 88. Otra vez Montecarlo, y estando en primer lugar Senna se estrelló. ¿Motivo? Buscar la humillación de Prost. Y luego Japón, para acabar, y aquella salida de mierda, y otra vez la lluvia, y Senna en cabeza y conseguir su primer campeonato en el 88. Y es la hora es la hora... de que salga Xuxa. ¿A quién no le gustaba Xuxa? Recuerda el documental aquel numerito entre AY y Xuxa en el programa infantil de la primera, con besos y palabras al oído y todo lo demás. Y luego el 89, con Prost y Senna juntos, celo y odio, la guerra, ni hablarse. De esto me acuerdo brumosamente, pero está bien empezar a recordar: la penúltima carrera en Japón, vuelta 44 de 53 y chocan, y Prost queda fuera de juego y Senna gana. Pero no. Otra vez, "la política". Y la eliminación de Senna tras la carrera... alegando que no pasó por la chicane correspondiente tras el accidente. ¿Volver? Y Prost campeón del mundo. Ron Dennis quejándose. Prost defendiéndose, y los seis meses de suspensión de Senna, que dijo textualmente: "Se me ha tratado como a un criminal". Y luego salto al 90. Japón otra vez. Marmotas todos, ese gato que ya hemos visto como en Matrix, pero termina distinto. Prost se había ido a Ferrari. Si Prost no terminaba, Senna campeón. Y así fue. Tensión a raudales en la reunión de pilotos. Me gusta del documental que es todo como muy interior, que salen asuntos que no debían salir (o quizás sí, pero solo fui la mitad de un cuatrimestre a clases de Periodismo). Y Senna campeón: las gallinas que entran por las que salen. Y luego el 91. Gran Premio de Brasil. Y el famoso bloqueo de la caja de cambios del coche de Senna, y acabar en sexta velocidad y ganar bajo la lluvia. Y aquellas imágenes (no las recordaba yo) del desmayo al final del GPB por el dolor y los espasmos en los hombros (se ve a AS gritando a todo aquel que lo tocaba sin permiso y besando a su padre y sin apenas poder levantar la copa de la victoria del dolor). Sigue el documental con ese aire entre místico y catastrófico, con el primer gran accidente de AY en el que ve de cerca la muerte sin ataduras en Méjico. Y otra vez, interioridades. La siguiente es la de reunión de pilotos en el GP de Alemania con el intento de sustituir por neumáticos por conos en escapatorias. Y, precisamente, en ese gran premio otro incidente Prost/Senna. Y en Japón otra vez campeón, tercera vez con 31 tacos. Y ver los títulos desde la barrera, con el dominio de Williams en el 92 gracias a la aportación de la electrónica. Mansell campeón. Y Senna dejándose querer por Williams. Y Adriane Galisteu. Y Prost con Williams ganando en el 93 su cuarto campeonato. Y aquel último podio compartido entre Prost y Senna, antes de la retirada del primero y la llegada del segundo a Williams. Y los problemas con los coches sin componentes electrónicos. Coches menos estables. Y ahí empieza a verse que el asunto puede acabar mal. Se adelantan los accidentes. Se ven venir. Y las dudas sobre el coche de la escudería de Briatore y la figura de Michael Schumacher. Y luego el 94, Imola, el día maldito, la tensión hablando con ingenieros sobre la falta de equilibrio de un coche que se le iba de las manos aunque a pesar de todo consiguió el primer puesto en la clasificación. Y la charla con Barrichello antes del susto de Rubens. Y el accidente el sábado a 320 por hora del simtek. Muerte casi asegurada. O no. Los que no tenemos ni idea vemos estas cosas con distancia. 320. O los que sean. Alguno, con razón o sin ella, podría decir que nos acordamos de todos los muertos. Nos acordamos del último pero no del penúltimo. El penúltimo también tenía familia. Gente llorando y esos tópicos. ¿Quién quiere acordar(se) de Roland Raztengerber? ¿Nadie? ¿Se debió correr después de aquella muerta? Dios, la política y el resto están presentes en todo el documental. Y antes del incidente Senna, el accidente de Lehto y Lamy. Era cuestión de tiempo. Unos y otros. La sexta curva. Tamburello. Y todo lo que viene después. La barra de supensión en la cabeza. Ni un hueso roto en el resto del cuerpo. Cosas que pasan. Y el entierro con sus compañeros. Y con Prost. Con Prost. Prost.
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