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martes, 14 de mayo de 2019
The victim. Primera temporada.
The victim es otra de esas joyitas que te invitan a pensar. A pensar mucho. ¿Pensar te mete en líos? Sí. Mucho. En la primera temporada de The victim nos ponemos (entre saltos temporales) en tesituras muy jodidas. ¿Qué hubiera hecho yo en el caso de la protagonista? Sin saber el resultado final, desde el primer capítulo, desde la paliza que vemos en la noche de jalogüín, nos ponen el corazón en un puño. Hay conversaciones familiares, hay recordatorios de dolor, hay jodiendas con vistas a tierras escocesas. Y pone de relieve el peligro, últimamente común, de los grupos de mamás y papás en los que se dispara con bala vía mensaje en red: de tal maestro, de tal médico, de tal dependiente de hipermercado, de tal vecino. La vieja historia del acusica. Pero como decía Alfredo Díaz: "Acusica Barrabás, en el Infierno acabarás". O muerto. ¿Justifica el dolor personal la venganza? ¿Qué hubieras hecho tú si piensas que el asesino de un famliar se merece una venganza palestina como decían Los Nikis? Y, además, hace pensar en el modo de afectarnos lo que estudiamos, lo que leemos, lo que limpiamos: el desastre. De todo. The victim es vomitar sin motivo y recapacitar. Y tragar vinagres. ¿Qué hubiera hecho yo sí...? ¿Qué no hubiera hecho? Mucho dolor, mucha lágrima... Pero obligatorio. Siempre obligatorio. Esos últimos 25 minutos de conversación y cuchillo no tienen precio. Ni aquí, ni en Albacete.
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