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viernes, 31 de enero de 2020
El gran apagón. Primera temporada.
¿Podríamos aguantar 82 días sin abastecimiento eléctrico con lo que ello supone? En esa tesitura nos pone la primera temporada de El gran apagón. De traca. Si no aguantamos un día sin luz, no sé si seríamos capaces de hacerlo durante casi tres meses. ¿Estamos preparados para un asunto de tal magnitud? Cuando explico en clase guerras y batallas, derrotas al por mayor y bajos instintos, comento a los alumnos (y a las alumnas y alumnes, que no se me enfanden Calvo y Montero, o debería decir Calva y Montera, ahora que está más cerca el Bando de la Huerta), que piensen en aguantar un día sin agua potable, que piensen el número de veces que van al aseo en un día. También les recuerdo la frase de Borges sobre el papel higiénico y la existencia de Dios y muchas cosas más. Quizás, demasiadas. Y la sociedad contemporánea no sabe renunciar a lo que tiene (o, mejor dicho, a lo que cree que tiene). Nada. No sabemos renunciar a nada. Estamos perdidos. Por completo. El gran apagón saca también lo peor de la clase política, o de esos políticos, políticas y polítiques que antes criticaban la casta y ahora son casta, casto y caste. Sí. ¿Sería capaz la clase política de silenciar un apagón provocado por una tormenta (¿no podríamos decir tormento o tormente?) y que nos dejase sin agua potable y sin luz eléctrica? ¿Serían capaces? Por supuesto. A los alumnos hay que recordarles el asunto del Prestige, y la mancha de Gorbachov, y Stalin y el asunto del aceite de colza, y las checas y la matanza de Badajoz, y Bárcenas y tantos temas más. ¿Y qué tenemos de valor mueble en este país que no se cansa de apuñalar(se) una y otra vez en plan goyesco? Pues el oro del Banco de España y los cuadros del Museo del Prado. Del oro ya hay poco tras la Segunda República y la venta de Solbes, del Prado, esa joya de incalculable valor (al tiempo, todo se venderá), habría que ir escogiendo piezas. ¿A qué lugar llevarías tú el oro en primera persona del singular en una noche? ¿Y qué cuadro sería el de más valor? El gran apagón especula con mucha razón sobre como nos comportaríamos y se pregunta el modo de sobrevivir ante semejante hecho. Yo, si tuviera que elegir una obra iría a esconder a buen recaudo a Mari Bárbola y María Agustina Sarmiento de Sotomayor, a Isabel de Velasco y la infanta Margarita, a Felipe IV y a Mariana de Austria, a Nicolasito Pertusato y a Marcela de Ulloa, a Velázquez y a ese guardadamas que no sabemos su nombre, a José Nieto y a los que hicieran falta...
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