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martes, 18 de febrero de 2020
Narcos: Mexico. Segunda temporada.
Recuerda Narcos:Mexico en su segunda temporada aquel terremoto bestial de mitad de los 80's que llevó al personal a las calles. Nos refresca la memoria de aquella escoria continua con las torturas y las cintas que sacaban más escoria y una DEA que no descansaba. La famosa Operación Leyenda y todo lo demás. Y el recuerdo de Chabelita. Casi nada. Y en mitad de esa corrupción, aparecen hasta los parientes del presidente, como Rubén Zuno Arce. Todo queda en casa. Corrupción al poder. Y en cualquier longitud y latitud, si hay que cruzar un río siempre te encuentras una oficina o un Juan Guerra. Siempre. Cuando hablo en clase de La Escuela de las Américas les suena a chino. Pero les digo que no solo a chino. No. Y Amado Carrillo, y Pablo Acosta Villarreal, y Sergio Espino Verdín. Y en toda esa mierda, aparece una complicidad (mal)entendida. Y las nuevas oportunidades de negocio, con el negocio del crack en el vecino del norte. El Chapo, cansado de estar cansado de ser ninguneado, ideando un túnel de 400 metros para pasar de tierras mejinas a gringas. El matón quiere crecer, quiere dejar de ser matón y convertir(se) en patrón. Y el escenario nicaragüense, salpicado de mierda sobre mierda: contra, sandinistas, narcos, yankis. Y gringas que se apuntan a la aventura. Y los daños colaterales del Irangate y la detención de Matta y todo lo demás. Y ahora que estamos con Fartblinda, hasta Salcedo se aparece antes de robar bancos desde dentro del banco. Y los hermanos Salinas de Gortari, siempre en el asunto. Y la tensión entre Tijuana y Sinaloa jodiendo toda geografía mejicana. Y Benjamín, y las cuitas del Chapo y todo lo demás. Y Juárez y el DF, y la compra de flotas de aviones y lo que haga falta. Viva Sinaloa y el Golfo con Juan Guerra y todo lo que hiciera falta. Proveedores y jodiendas con vistas al tequila. Y si hay fiesta y payasos y globos, no puede dejar de sonar Perlas ensangrentadas. Nunca. Y las elecciones del 88, y los Salinas de Gortari beneficiando a sus amistades. Nada nuevo bajo el sol. Privatiza y enriquécete. O como cojones se diga. Y otra vez el flequillo de Héctor Palma Salazar para arriba y para abajo. Sin parar. Y las faldas, que no falten para enredar más el tema. Y el caciquismo electoral, el pucherazo institucional y la aparición de Cárdenas para cuestionar muchos asuntos del PRI desde su nuevo partido. Aquellas elecciones que pudieron cambiar el asunto. Pero no. Aquel 88 se quedó en lo que pudo ser y no fue. Lástima, dijeron unos; lo mismo de siempre, los otros.
Coda: Al final, es imposible escapar. La huida es utópica. Y por el comercio, cambio de cromos.
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