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sábado, 27 de marzo de 2021
Libertad. Primera temporada.
Obrar de una manera o de otra. Obrar o maniobrar. O como se diga. ¿Qué pijo es la libertad? ¿Una caja b? ¿Un chalé en Galapagar? ¿Pujoladas? ¿Eso es la libertad? ¿Para eso ha luchado España durante siglos? ¿Para conseguir eso? ¿Y luego qué? Nos lleva Libertad de Urbizu, en su versión televisiva, a un ritmo lento donde se cuenta cosas. Desde dentro. Desde fuera. Aparece un medioguiri en el Londres de 1809 poniendo diapositivas de cristal (de esas que me enseñó por primera vez Paco Luján en el IES El Carmen y que me quedé con ganas de quedármelas…) y hablando de España, y de bandoleros y de libertad. ¿Pararías todo lo que estás haciendo para hablar de libertad? ¿La libertad nos sirve para recordar los coches bomba de ETA? ¿Terra Lliure? ¿Qué fue el cantón de Cartagena? ¿Qué fue la Guerra Civil? ¿Qué autoridad nos dice que es la libertad? Y esta primera temporada de Libertad empieza con un caballo muerto, una mujer en una celda, una soga en el cuello de un hombre y todo como si fuera un cuadro, y velas y sombras y retortijones goyescos. ¿Por qué todo ha de ser goyesco en la España de 1807? ¿Qué pijo era la libertad? Sopas y verdugos, tambores rotos, brazos y piernas de un bandolero que es paseado por un pueblo como un afilador muestra sus trabajos por la megafonía de turno. O el coche de los muertos. Y siempre, antes o después, la cabeza desaparece, las ideas muerten , las jodiendas. Siempre hay un hospital de los incurables. Siempre. Cuando Fointeanebleau y cuando el COVID: siempre hay que intentar huir. “No hay limosnas para extranjeros, y menos un lunes”. Inglés de mierda, coge tu barco y vuelve, pero no pases por el canal de Suez. Nunca. A caballo regalado… ¿De verdad que un inglés que luchó con Nelson en Trafalgar vendría a la España prenapoleónica a contar la historia de una bandolera? ¿Cómo diantres se enteró de la historia de una bandolera mil veces condenada y nunca ajusticiada? Y esos nombres de los bandoleros… ¿Aceituno? ¿Soñador? ¿Mercurio? Para Mercurio el de Jota de los Planetas con Bermúdez, pero este es otro Mercurio. Demasiado lento Libertad. ¿Moraleja? Pues que por mucho que luchemos, si algo tiene que alcanzarnos, lo hará. Siempre. Otro nombre: Lagartijo. Y alguna buena frase más sobre el guiri: “Deberiáis colgarlo dos veces, por escritor y por inglés”. Sobre todo por no escribir bien. Y como en Gigantes, vuelve a salir el torero. Falta Morante, o Fran Rivera en un descanso de Espejo público. O no. Está bien así. Buitres y ruidos de pájaros hasta que dejan de escucharse. Y más frases: “Aquí el rocío pesa más que los pecaos”. Viva la indulgencia plenaria y el Concordato con la Santa Sede y Godoy. Que no falte una referencia a Godoy. Nunca. “El camino es largo, más largo sin comida”. Se me ha hecho larga Libertad, y es corta. Si hubiera tenido un libro a mano, quizás no la hubiera visto. Si hubiera estado conduciendo (aunque no tengo el documento de turno), no hubiese acelerado el vehículo libertario para ir antes a casa a verla. No. Peleas entre bandoleros: eso sí es el reflejo de España, de la España de 1807 y la de las tres comidas diarias errrejonianas y la de compra de diputados teodorianos, la de los ERTE’s y la de cortar orejas (pensaba que estaba viendo Soldado Universal un viernes por la noche en Telecinco en el Cine 5 Estrellas). Quizás sea todo mentira, quizás tengamos que volver a hacer fuego con piedras, quizás nuestra sed nos lleve a tener una “lengua de esparto”. O no. Y más frases que deja la serie, que es de lo poco que podemos subrayar con boli rojo, algunas sentencias que sin libertad también se pueden repetir en cualquier momento: “¿Por qué todo el mundo se piensa que lo peor ya ha pasado? ¿Lo peor no era el periodo pretalayótico en Baleares? Quizás no. Y sí: siempre hay hierbas para cualquier dolencia. Y por salvar algo, salvamos al personaje de Ginés García Millán, un tipo que en mitad de ningún sitio está haciendo un barco para marchar a Portugal y a América, que tiene una bandera francesa y que cuenta que estuvo cinco años en galeras (¿alguien que estuvo cinco años en galeras de verdad quiere volver a subirse a un barco?) y no para de hablar de libertad, de países sin reyes, de lugares donde todos los hombres son iguales. Igualdad, otra gran mentira, que unida a la fraternidad nos llevan al triunvirato de la irrealidad. Y ese GGM, Pedro Urquijo en Libertad (vivan los bancos), se salva: “No soy de familia, ni de coros ni de regimientos”. Claro que sí. Añade: “La soledad es lo que más puede llenar a un hombre”. Aunque la gran pregunta que te haces es: ¿Cuándo sale Coronado? ¿Ha salido y no me he enterado? ¿Seguro? ¿Por qué se cargan al que hacía de Bárcenas en B? Un buen intento, pero no redondo, el que han llevado a cabo en Libertad. Y otro día hablaré de los tribunos de la plebe.
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