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viernes, 30 de abril de 2021
Silvio (y los otros)
"Todo documentado. Todo arbitrario". Cerdeña. Aire acondicionado. Borrego muerto. Telebasura. Y de Cerdeña a Apulia. ¿Se escribía Apulia o cómo se escribía? ¿Aparte del Prestoden hay algo decente para las almorranas de la señora? Vaya tela. Vaya tela. Y apertura, o abertura, o como se diga, en alta mar. Y todo arreglado. Y el tatuaje berlusconiano que lo cambia todo. Absolutamente todo. Y de ahí, pegando saltos, a Roma. Vaya tela Silvio (y los otros). Vaya tela. "Yo soy un liberal; hay que acabar con los monopolios". Y más frases: "Es más mala que Putin". Yeeeeeepa. Albanesas al poder. Y luego, Silvio. Silvio. Todo alrededor de Silvio. Pero hay cosas que chirrían, como los futbolistas que leen a Saramago. "Parece un espectáculo de la RAI3; es la tele de los comunistas". Hasta que alguien le dice, "todo no es suficiente". Y contesta Silvio: "¿Pero a tí te parece justo que yo esté todavía en la oposición? Pues a mí no". Claro que no. Si no tuvimos suficiente en 1994, pues más Silvio (y los otros). Que no nos falte. Todo mentira en Roma y en las villas. Silvio (y los otros) y todo lo demás. Y la esposa con sus lecturas, con El hombre duplicado, y sus esculturas. ¿Qué hacía esa mujer con ese Silvio? Vaya usted a saber. Se necesitaban.
Y dale con lo mismo: “La vida es dura cuando no sabes hacer nada”. Siempre lo mismo. Y tras el borrego, o lo que fuera lo del principio (Agnus Dei para todos), una rata enorme. ¿De verdad Galliani hablaba de tú a Berlusconi? Fiestas, despiporre, jodiendas con vistas recordando los estudios en los Salesianos, y los listines de teléfonos, y un espectáculo visual sin sorna o con toda la sorna, porque Silvio y los otros es un no parar, un viaje no hecho andando a Camboya (o a algún lugar así), y el complejo de inferioridad hecho presidente, y escuchas telefónicas y frases para citar (no solo vamos a repetir hablando del comunismo lo de comunismo o libertad): “¿Sabéis cual es la diferencia entre el cristianismo y el comunismo? El primero predica la pobreza; el segundo, la hace realidad”. Realidades paralelas y yeeeeeeeeeeeeeeepas que te salen al subirte a un tiovivo, al notar la ausencia de una caracola, al sentir un indulto enmascarado de una nueva presidencia. Vaya show el de Silvio (y los otros).
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