Hace 4 horas
jueves, 31 de julio de 2008
American idiot.
Ese es el título de una canción de Green Day. El problema es que no son sólo (únicamente) americanos. Sobre todo son del país. De nuestro país. Vaya maldita panda de gilipollas de la que estamos rodeados. Panda de julays. El adjetivo de idiota se queda corto. Aunque, llevad cuidadín, que ahora el pescado es fresco. Y el merluzo, y la merluza, están al acecho. Y no pican el anzuelo. Gentuza, pues. Chusma a la de diez.
Una catedral muy lejana.

Doble cumpleaños.






El último justo.
En el día inmediatamente anterior al día de ayer vi El último justo. Sectas en la iglesia, y fotógrafo con pasado y cicatrices, y Ana Claudia Talancón. No está mal. Tal y cómo está la oferta de los videoclubs. Siempre hay curas dispuestos a joder al personal, manos que se ofrecen para matar, aunque sean temblorosas. Y Federico Luppi como gurú sectario, como un hombre que junta piezas de un enorme puzzle. Españoles en países de habla hispana. Policías que tienen que demostrar que lo son de verdad. Intrusos y muertes prematuras. La salvación del mundo. Y todo lo demás. El pecado, aquí, era nacer en un hospital en un día señalado. Y punto.
Pastiches decorativos.



martes, 29 de julio de 2008
Un martes cualquiera.

Las 4 canciones del día:
1) La Fuerza, de Facto de la Fe y de las Flores Azules. Grandiosa (y el video, espectacular). A la altura de Enero en la playa.
2) Mi gintonic, de Calamaro. En su línea.
2) Mi gintonic, de Calamaro. En su línea.
3) Clases de baile, de Bunbury y Aurora Beltrán. Algo que siempre tiene sentido.
4) Cerca del sol, de Cooper. Ideal para siestas sin sueño, como todo su disco Retrovisor.
Y la frase del día es de Kameni, portero del Espanyol: "La malaria ha sido tan leve que para mí ha sido menos que una gripe aquí". La estrellita me ha tocado limpiarla. Creo que le he hecho daño a la estrella. No tengo perdón.
Absolutamente real.
Lo juro. Lo que voy a escribir ahora pasó de verdad. Lo escuché de verdad, lo puedo jurar. Domingo a las 23:05. Aída en la tele. Pedro con el portátil en el salón. Llegan unos parientes a casa de Is, y allí estaba yo, debajo del aire acondicionado pidiendo a gritos una legionella. Y va la parienta del pariente, y al ver a Pedro le dice: "Me llamaron el viernes de la compañía telefónica pa' ofrecerme la manga ancha y el ese ele". Pedro y yo disimulamos cómo nunca me creí capaz. Bendito sea el dulcísimo nombre de nuestro señor Jesucristo.
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