Hace 32 minutos
miércoles, 26 de mayo de 2021
Patrick Melrose. Primera temporada.
Deja Patrick Melrose un rastro de sangre en la garganta, una voz susurrante cuando estás abajo, una colección de frases del desastre, el desamor, la desesperación, el olvido y el dolor. Patrick Melrose es una serie sobre el dolor de no conseguir superar un trauma. Está sazonado Patrick Melrose de recuerdos desagradables, de oraciones ante un Dios que no responde. Se trata de quemar los libros de autoayuda, y, de paso, desear la muerte de los tuyos. Y sí, esas frases quedan: "El sufrimiento es lo que acontece cuando otros comen". También es Patrick Melrose una sucesión de personas indeseables y un ensayo sobre decisiones incoherentes y malas interpretaciones. "Los adictos no lo dejan hasta que tocan fondo". Pero como siempre dicen los catequistas irredentos, "siempre sale el sol". O no. Y hay decisiones que hay que tomar, y principios que cumplir: "Solo lo mejor o nada". Siempre hay pastor y perros fieles, pero también hijos de la perra de satanás. ¿Soluciones? Pocas, porque siempre hay algo podrido, siempre hay alta fidelidad y niñas perdidas, siempre es ese "saco de mierda que además de gotear siempre te salpica". Pero entre la locura y la cordura, está el día a día, la supervivencia, la asistencia a funerales y bodas, aunque, como bien dicen en la serie, “solo habría que ir a los funerales de los enemigos”. De ahí en adelante, nada, o como reflexionan aquí, “lo que uno ansía es el hastío”. Y reuniones anónimas después de fiestas infumables, pero es imposible borrarlo todo del disco duro porque “olvidar sería maravilloso si no tuviese tanto miedo a hacerlo”. ¿Por qué nos da pavor no recordar e intentar pasar página? ¿Por qué no dejar atrás la época heroica? Imposible para algunos, factible para otros. ¿Balanza? ¿Término medio? Las silenciosas desesperaciones que hacen que tomemos decisiones en los peores momentos. Y Patrick Melrose es un bravo retrato de esa gentuza esnob que se cree por encima del mal y del supermal, de esa chusma con traje y corbata, de esa burguesía que pide a gritos guillotina: “Son los últimos marxistas, los últimos en creer que la clase social explica todo”. Evasión del mundanal ruido es lo que nos pide el cuerpo, pero no siempre está a nuestro alcance. La nostalgia siempre lo fastidia todo a partir de cierta edad. Podemos prestar atención a algunas cuestiones, pero se nos escapa casi todo. Y todo es mentira.
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