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domingo, 23 de enero de 2022
Archivo 81. Primera temporada.
Ha tenido que llegar la radio podcastiana para que tengamos que volver a buscar imágenes en nuestra mente, para que volvamos a ilustrar con colores lo que escuchamos. Archivo 81 sigue con la estela de otros podcasts, imágenes dentro de imágenes. Pero como ahora nos va lo añejo, lo vintage, la mentira edulcorada viene de la mano de un restaurador de cintas viejas (de lo que sea, da igual casete que video), con un flamígero pasado (ríase usted de lo que se quemó del Císter) y una pregunta que nos hacemos mucho: ¿Tienes miedo de lo que puedes encontrar? Lo que pasa es que Archive 81 mezcla accidente y suposición, terror y ratas, edificios con muchas puertas y pisos inaccesibles, urgencia y llamadas de teléfono de las de toda la vida. ¿De verdad queremos saber todo el pasado de lo nuestros? Además aparece, como en un buen misterio que se tercie, el gran interrogante sobre el jefe contratador. Y la chica de la cámara, transmisora del mensaje que toda reciclar. En la época del ecologismo salvapatrias está bien que un cirujano de cintas viejas, puro esteta del purismo, nos rescate la tortura existencia de una chica que no soporta los sonidos, que nos recupere la torturada existencia de un padre, que nos refresque la peligrosa convivencia de la comunidad de vecinos (aunque para eso ya teníamos Aquí no hay quien viva). Quizás Archive 81 meta en la batidora del terror demasiados elementos al principio y de sopetón, como la existencia de una secta de tipos que gimen a un pequeño bicho enjaulado. O no. Quizás todo sea un sueño y la mentira del VHS, también. La verdad es que hay que ponerle imaginación. Archive 81 es como el capitalismo: o te lo crees y sigues en el sistema, o dudas y te conviertes en un proscrito. Un señalado. Y habrá que creer, digo yo. Los árboles genealógicos televisados tienen demasiadas ramas injertadas y que hay que fumigar. Quizás Archive 81 hubiese funcionado mejor con menos imágenes y más silencios, con el rostro enfebrecido del protagonista mirando la pantalla del ordenador donde restaura los restos del incendio. Y suena una melodía familiar, incendio antes del incendio. Y nada como ir al loquero para superar la ansiedad. Otra gran mentira la de la rehabilitación en cualquiera de sus variantes, que se lo digan a Amy. Y camisetas de El ministerio del miedo de Fritz Lang, himnos de Joy Division y el Gran Hermano de las cámaras que siempre nos controla. ¿Nos suena de algo o es todo muy original? Frases para apuntar o para recrearse en ellas: “Tienes que ser más como Sarah Connor y menos como Mary Poppins”. Y que no falte la píldora del cura y las vidrieras, del cura que lee y da respuestas a gente que no sabe el camino que escoger. También nos recuerda Archivo 81 que no existe la amistad, existen personas con las que pasamos ratos. Snuff movie e invocación a los muertos, y toca la antena que no veo bien, y da un salto en el tiempo que me pierdo. El Infierno, pese a todo, sigue lleno de buenas intenciones, de motas de polvo, de viajes temporales, de carnales locos, de sangre que debe salir por algún sitio. Un buen ejercicio aunque no siempre materializado bien. Si se trata de soñar, habrá que seguir soñando y comprar un calendario. Y todo lo demás.
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