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sábado, 29 de octubre de 2022
Fartblinda. Segunda temporada.
Fartblinda nos vuelve a llevar al drama del fin de la suerte y de sentirse especial en su segunda temporada. Pérdida y números, saltos que llevan a más drama ya más cirios y a preguntas sin respuesta. Titulares ambiguos. Nuevos comienzos, llevando lo racial y lo personal a la venganza. Desahucios y chinos, deudas que no paran de crecer, cambios que nos llevan a un abismo que se nos escapa las de las manos. El tira y afloja de las relaciones, las demandas por difamación, las disculpas y errores que nos involucran a todos. Dirección prohibida. Influencias que nos llegan, aunque no queramos. “La cerveza tibia y ningún millonario a la vista”. Y en mitad del riesgo, porque siempre hay que arriesgarse, nos sale el espía que vamos dentro y que sale a relucir, aunque no queramos. Siempre. Hay momentos en los que Blinded, o Fartblinda, o como queramos llamarla, tiene la pretensión de ser una Succession de serie B, de familias que todavía no se han formado o ya están destruidas, de hijos que dan problemas porque los padres eran un problema aún mayor. O quizás es todo una impresión equivocada, un error continuo, una constante situación de desequilibrio. Y como en Dopesick, la perversión se va extendiendo, se nos escapa de las manos, alcanzando límites insospechados. Sistemas en los que vivir, aunque no sean los deseados. Y ya se sabe que “esto es lo malo de los nuevos ricos, que se lo toman todo muy a pecho”. Y el infierno sigue lleno de buenas intenciones.
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